Tenis

Así es Rune, que derrotó al tenista del momento, Auger-Aliassime, y ahora desafía a Djokovic en la final de París

El joven de 19 años, de la generación de Alcaraz, al que venció en cuartos, disputa su primera final de Masters 1.000 contra el serbio, que sufrió muchísimo para superar a Tsitsipas (6-2, 3-6 y 7-6 [7/4])

Holger Rune, antes de dar un revés en su partido de semifinales de París-Bercy ante Félix Auger-Aliassime
Holger Rune, antes de dar un revés en su partido de semifinales de París-Bercy ante Félix Auger-AliassimeYOAN VALATAgencia EFE

Hay otro chico de 19 años en el circuito aparte de Carlos Alcaraz que aprieta fuerte. El español ha corrido mucho en este 2022 (al que ya ha puesto fin por una lesión abdominal) y tiene un Grand Slam en su palmarés y dos Masters 1.000 y ha alcanzado el número uno del mundo. El danés Holger Rune, de su generación, ha tenido un camino algo más humano, pero sólo un poco, porque también está impresionando lo que está haciendo a su edad, sobre todo en este tramo final del curso. En Roland Garros ya avisó con su presencia en cuartos, frenado por Casper Ruud en un duelo de alto voltaje que puso de manifiesto ciertas malas maneras del danés, pecado de juventud seguramente. “Federer era peor que yo con mis años y ahora es uno de los tenistas más queridos”, llegó a decir. Precisamente en la tierra de París Rune conquistó el Grand Slam en júnior, en 2019, cuando era número uno de la categoría.

Su nombre completo es Holger Vitus Nodskov Rune y juega al tenis desde los seis años, puliéndose con su hermana Alma, que es cuatro años mayor y que le exigía dar el máximo. Uno de sus talentos ocultos son los malabares, porque su entrenador, Lars Christiensen, era artista de circo y le ha enseñado. Los hace con tres y hasta con cuatro pelotas. Pero lo que mejor hace con las bolas es golpearlas con la raqueta, sobre todo con su golpe preferido, la derecha. Desde que pasó el US Open, ha disputado tres finales: la de Sofía, que perdió contra el suizo Marc-Andrea Huesler; la de Estocolmo, que ganó a Tsitsipas para sumar el segundo torneo de su carrera (en mayo levantó el de Múnich, en tierra batida) y ahora la de su primer Masters 1.000, tras un recorrido de mucho nivel: Wawrinka (con el que también tuvo polémica, pues el veterano suizo le acabó diciendo que no actuara como un bebé), y cuatro “top 10″, Hurkacz, Rublev, Alcaraz (el número uno) y Félix Auger-Aliassime, el hombre del momento, ya que traía una racha de 16 triunfos seguidos, para ganar tres torneos: Florencia, Amberes y Basilea. Al canadiense, eso sí, visiblemente agotado, lo ganó Rune por la vía rápida (6-4 y 6-2) y ahora el desafío es todavía mayor: Novak Djokovic, que también llega imparable, con 13 partidos sin perder y los títulos en Tel Aviv y Kazajistán.

El último triunfo del serbio, las semifinales de París-Bercy, le costó muchísimo porque Tsitsipas se rebeló cuando parecía que lo tenía todo perdido (6-2, 3-6 y 7-6 [7/4]). Nole está acabando como un tiro una temporada difícil para él, en la que no ha podido jugar, por no estar vacunado contra el covid, el Open de Australia, el US Open, Miami, Indian Wells, Montreal, Cincinnati... En definitiva, algunos de las mejores citas del circuito. Y además los 2.000 puntos por su triunfo en Wimbledon no le suman, por el castigo al torneo londinense por no dejar jugar a rusos y bielorrusos por la guerra en Ucrania. Parece que Djokovic quiere dar un golpe en la mesa y decir que diga lo que diga el ranking él es el mejor. Con el público en contra, algo que le molestó, pues nadie ha ganado más veces París-Bercy (en seis ocasiones, la del domingo será la octava final allí), superó un 4-3 en contra en el tie break definitivo y terminó con su clásico grito retador.

Hay un precedente entre Djokovic y Rune: en primera ronda del US Open 2021, con triunfo para el serbio por 6-1, 6-7 (5/7), 6-2 y 6-1. Al danés le encantan las películas de James Bond, y está protagonizando una aventura a la altura de su héroe.