Alcaraz puede con los servicios a más de 230 por hora de Shelton y se mete en octavos de Toronto

Carlos Alcaraz se mueve ya por el circuito como todo un veterano con sus 20 años. La misma edad tiene su rival en el estreno en el Masters 1.000 de Canadá, Ben Shelton, aunque cumple 21 en octubre, pero al estadounidense se le notó que le falta ese poso que sí tiene ya el tenista español, vencedor por 6-3 y 7-6 (7/3) en un partido sin apenas ritmo. Es de esos días en los que es necesario ganar sin jugar bien.

No quiso que hubiera ritmo Shelton, que desde el principio descubrió cuál era su plan: arriesgar, tirar duro, ir con todo. Y en sólo un juego ya encontró varios restos ganadores directos y sorprendió un poco a Alcaraz. El número uno del mundo supo sobrevivir a esos momentos. Las tres pelotas de break que concedió en todo el partido fueran en ese juego inicial, que terminó llevándose en ocho minutos. Tampoco tardó mucho en descubrir el murciano una de las mejores armas que tiene su rival estadounidense: el servicio. Tiene un gesto eléctrico, rápido, se agacha y en un momento, pum, ataca la bola con una violencia espectacular. Salvó Shelton su primer turno de saque sin problemas, pero en cuanto le vinieron malas, él no logró encontrar soluciones. En ese comienzo irregular, tuvo una primera pelota de rotura que solucionó arriesgando con un segundo a 202 kilómetros por hora, pero a la tercera intentó lo mismo y le salió cruz, pues cometió una doble falta letal.

La velocidad de ese segundo saque no era nada comparada con lo que se veía en alguno de sus primeros. Primero amagó con uno a 234 por hora que se fue fuera, pero dentro metió servicios a 232 y con asiduidad a 227 y 228. No fue suficiente.

Le hizo daño ceder ese juego, con ese golpe tan poderoso que tiene, y a partir de ahí fue más sencillo para Carlos en el primer set. Shelton empezó a fallar más, con esa estrategia de riesgo por la que apostó, y al español le bastó con poco para ponerse en ventaja. No estuvo, de todas formas, cómodo en ningún momento del partido. Se enfadaba a ratos cuando no le salían los tiros. Perdía los intercambios largos y, eso sí, cuando se trataba de demostrar quién tiene más mano en la red, la respuesta era clara: Alcaraz.

En el segundo set Shelton jugó un poco más a asegurar y se vio un poco más de juego, pero ninguno de los dos logró inquietar el saque del otro. El partido llegó a un tie break que siempre es peligroso cuando enfrente hay un cañonero. Pero no hubo rastro de nervios en Carlos. Pese a que se había reprochado alguna acción antes hablando con su banquillo, pese a alguna queja de que la pelota volaba mucho e incluso un amago de tirar la raqueta al suelo, en el desempate hubo una diferencia abismal. El número uno perdonó el primer punto al intentar un globo en lugar de un passing de derecha que parecía claro, pero nada más. Puso cada bola donde debía mientras su oponente se derretía.

Es el primer triunfo de Alcaraz en el Masters 1.000 de Canadá, después de que el año pasado perdiera con Tommy Paul en el estreno. Ahora, en octavos, le espera otro gran sacador como el polaco Hurkacz.

Gran victoria de Davidovich

En el resto de la jornada se produjeron un par de sorpresas, como la derrota de Tsitsipas a manos de Monfils (6-4 y 6-3) y el fantástico triunfo de Alejandro Davidovich ante Zverev (6-1 y 6-2). El malagueño se mide ahora a Casper Ruud.