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¿Por qué Federer le gana ahora a Nadal?

El suizo, sometido por Nadal en los cara a cara durante toda su carrera, logra el cuarto triunfo seguido en 2017 en la final de Shanghái. Rafa sigue con ventaja como número uno.

El español se lamenta en su encuentro ante Federer
El español se lamenta en su encuentro ante Federerlarazon

El suizo, sometido por Nadal en los cara a cara durante toda su carrera, logra el cuarto triunfo seguido en 2017 en la final de Shanghái. Rafa sigue con ventaja como número uno.

«Nunca voy coger a Nadal en los cara a cara», dijo Roger Federer tras vencer al español en la final de Shanghái con claridad (6-4 y 6-3) en un partido impecable del suizo: sacó tan bien que no concedió a Rafa ni una oportunidad de romper el servicio. Cometió pocos fallos, aguantó los peloteos, fue agresivo al resto y sobre todo en el segundo set jugó fantástico con su revés. Con el triunfo de ayer, el total de duelos directos entre los dos mejores jugadores de la historia queda en 23-15 para el balear. Pero la estadística particular era más escandalosa hasta hace poco, porque desde que empezó la temporada el suizo ha ganado cuatro de cuatro.

¿Qué ha pasado en 2017? El año de Nadal sólo puede calificarse como fantástico, pase lo que pase en el tramo final. Las posibles dudas que podía tener después de parar en octubre de 2016 para recuperarse física y mentalmente terminaron pronto. Rafa se reinventó de nuevo y ha jugado diez finales, con seis triunfos, dos de ellos en Grand Slams. Pero en Federer ha encontrado una piedra que no ha podido romper. La situación histórica ha dado la vuelta. El helvético sufría cada vez que se tenía que enfrentar al español, y el punto culminante fue en el Abierto de Australia de 2009, cuando Federer terminó llorando y se le escapó un: «Esto me está matando». ¿Qué ha cambiado para conseguir dar la vuelta a la situación? «Sumando varios argumentos se podría encontrar la respuesta», afirma Roberto Carretero, ex tenista y ahora comentarista en Movistar Plus. «El cambio de raqueta está ayudando al suizo a tocar menos cañas y a que le corra más la bola», explica Carretero. Federer empezó con su nueva «arma» en enero. La cabeza de la raqueta es un poco más grande y el propio tenista suizo ha reconocido que le está ayudando mucho, especialmente con el saque. Ayer, el sexto juego contra Nadal lo ganó con cuatro servicios directos en menos de un minuto. «La mejora de su revés es clave», continúa su análisis quien fue ganador del Masters 1.000 de Hamburgo en 1996. El punto débil de Federer contra Nadal era su revés a una mano. Estéticamente es impecable, pero contra las pelotas altas que le lanzaba el español, acababa jugando corto y siendo desbordado. Federer arriesga más ahora y se mete encima de la pelota para impactarla en el momento de subir y no ceder terreno. Es difícil de ejecutar, pero al hacerlo consigue ser más profundo. Y lo hace desde el primer golpe. «Fui muy agresivo, apreté con el resto y pude echar a Nadal hacia atrás en los momentos adecuados, haciendo que cometiese errores», opinó el propio Federer.

Y enganchando con todo esto... «La evolución de Nadal en las superficies rápidas hace que juegue más “recto” y rápido, sin tantos efectos, lo que hace que Federer esté más cómodo en los peloteos», piensa Carretero. Llegado un punto, Nadal, aconsejado por su tío y entrenador Toni desde hacía tiempo, buscaba acortar los puntos para no tener tanto desgaste físico. Con los años lo ha ido consiguiendo, pese a que eso haya supuesto que su pelota bote menos alta y Federer haya podido adaptarse mejor al juego de su rival que tanto le dañaba.

Y por último, Roberto Carretero señala: «¿Por qué huye Federer de la tierra? ¿Para que no le vengan los fantasmas del pasado? Puede ser, además de para dosificarse en cuanto a calendario». Federer ha cumplido este año los 36. Sólo ha disputado diez torneos y se ha saltado toda la temporada de tierra, la superficie, además, que exige un mayor esfuerzo físico. «Mentalmente, me ha ayudado el hecho de no perder tantos partidos contra él en tierra como en el pasado», admitió el propio tenista suizo, que ha jugado más suelto con menos «nadalitis».

Nadal vio cómo se cortaba ayer su racha de dieciséis triunfos seguidos en pista dura, que le han llevado a ganar el Abierto de Estados Unidos, en Pekín y a disputar la final de Shanghái. «Estoy muy contento de haber logrado estos resultados después de un año tan largo», dijo el español, que sigue número uno del mundo con bastante ventaja (ver gráfico). Ayer se le vio cansado, sin energía, y extrañó el vendaje en la rodilla derecha. «No estoy preocupado», dijo el español, que en principio tenía en su calendario ir a Basilea y París, pero puede que se salte alguno antes de la traca final en el Torneo de Maestros de Londres.