Tenis

Final del US Open: los motivos que tiene Alcaraz para temer a Sinner y los números de Carlos que intimidan a Jannik

Tras la tierra de Roland Garros y la hierba de Wimbledon, la gran batalla entre Alcaraz y Sinner llega al US Open, a la pista dura, donde el italiano abruma a todos sus rivales... Menos al español. El ganador será número uno del mundo

05 September 2025, US, New York City: Spanish tennis player Carlos Alcaraz reacts after winning his semi final match against Serbian tennis player Novak Djokovicon Day 13 of the 2025 US Open at USTA Billie Jean King National Tennis Center. Photo: Marcin Cholewinski/ZUMA Press Wire/dpa Marcin Cholewinski/ZUMA Press Wi / DPA 05/09/2025 ONLY FOR USE IN SPAIN
Carlos Alcaraz juega la final del US Open contra Jannik SinnerDPA vía Europa PressEuropa Press

La gran batalla del tenis en el circuito masculino vive su tercer capítulo gordo en apenas tres meses. De la tierra de Roland Garros pasó a la hierba de Wimbledon, y ahora se traslada a la pista dura del US Open, el territorio que más domina Jannik Sinner. Él ha sido el ganador de los tres últimos Grand Slams en esta superficie: el Open de Australia de 2024 y el de 2025, y el US Open de 2024. La última vez que fue derrotado a cinco sets en circunstancias como las de la final de hoy contra Carlos Alcaraz (20:00, Movistar+) fue en los octavos de 2023, cuando el italiano perdió contra Alexander Zverev. Ahí todavía no era el tenista en el que se ha convertido ahora. Desde ese momento empezó a crecer y su victoria sobre Djokovic en la final de la Copa Davis de ese 2023 fue la confirmación definitiva de que un monstruo acababa de nacer.

Desde ahí, ha ejercido una tiranía que por momentos es sonrojante para los rivales, a los que golpea sin piedad, metiéndoles 6-1 o 6-0 como si fueran juveniles. Pero hay un pero...

Carlos manda 6-2 en los cara a cara en pista dura

Las estadísticas de Sinner en pista dura son distintas si en la ecuación entra Alcaraz. Desde enero de 2024, con el monstruo ya convencido de su potencial y devorando oponentes, Sinner ha jugado 13 torneos (incluida una Copa Davis), y ha conquistado nueve. Son 66 partidos ganados y solo cuatro perdidos... tres de ellos contra el chico de El Palmar. El único tropiezo en estos casi dos años en superficie rápida con un tenista distinto al español fue contra Rublev en Canadá, en agosto de 2024. Carlos le pudo en las semifinales de Indian Wells 2024, en la final de Pekín 2024 y recientemente en la final del Masters 1.000 de Cincinnati, pero este partido no hay que tenerlo en cuenta por el virus que afectó al pelirrojo y que le hizo retirarse cuando en el primer set ya iba 5-0 abajo.

De los 14 duelos que han tenido los dos genios de la raqueta del momento, con 9-5 a favor del español en el global, ocho han sido en superficie dura, y el murciano manda 6-2. El más significativo de ellos fue en el mismo escenario en el que se jugará el choque de hoy, la pista Arthur Ashe, en 2022, en unos cuartos de final apasionantes en los que Carlos salvó una pelota definitiva para imponerse en cinco sets y levantar después el título.

Ya se habían enfrentado antes, pero ese encuentro fue especial... «Siento que nuestra rivalidad empezó aquí, jugando un partido increíble. Ahora somos dos jugadores diferentes, con distinta confianza también. Así que veamos qué nos depara el futuro. Hemos jugado bastante este año y nos conocemos muy bien», reflexiona Jannik, que también admitió que ese conocimiento hace que cada vez busquen nuevas fórmulas para sorprenderse. Aquel duelo de 2022 se jugó a todo ritmo, pero plantear un partido así con el actual Sinner es prácticamente un suicidio, de ahí que el español suela recurrir a su habilidad con la raqueta, a los cambios de altura, a cortar las jugadas con las dejadas... Y estas dos semanas también está teniendo un aliado en el servicio, golpe que necesita para poder hacer frente a su gran rival.

Sinner, ¿con problemas físicos?

Sinner llega con los incontestables números citados en pista dura, pero también con algunas dudas físicas por un pinchazo abdominal que tuvo en las semifinales contra Auger-Aliassime, a las que quitó importancia, seguramente para no dar pistas. Hasta que no arranque hoy el encuentro no se sabrá si le limitan o no, sobre todo en el saque. Se ha dejado dos sets en el camino, los dos únicos días que le hicieron partido de verdad, ante Shapovalov y Auger-Aliassime. Carlos, sin un parcial cedido en Nueva York, disputa la octava final seguida, desde su derrota en el estreno de Miami contra Goffin, en marzo. Se tomó unas vacaciones y volvió despejado de cabeza, para encontrar la regularidad que le faltaba en todos los sentidos: en encadenar últimas rondas de torneos y en tener menos altibajos durante los partidos. Solo ha perdido contra Rune en Barcelona, en un duelo en la que tuvo problemas físicos; y la final de Wimbledon con Sinner, en la que se frustró: «¡Está siendo mejor que yo en todo!», gritó durante un enfrentamiento que en el marcador estaba parejo. Ha sido la única vez en estos meses en la que se dejó invadir por los malos pensamientos, aunque siguió peleando.

La lucha por el número uno

La guinda al partidazo de esta noche es que el vencedor no ganará solo un nuevo Grand Slam, que sería el sexto para el español y el quinto para el italiano, también amanecerá al día siguiente como número uno del mundo.