Tenis
Ni francés ni tenista: Quién fue Roland Garros y por qué el mejor torneo de tenis sobre tierra lleva su nombre
El segundo Grand Slam del año, el más importante sobre tierra batida, le debe su denominación a un héroe de la Primera Guerra Mundial
Rafa Nadal anunciaba hace unos días que no podría jugar en Roland Garros debido a que los problemas físicos que arrastra desde hace tiempo le impedían acudir con garantías a su torneo fetiche, un torneo que nadie ha ganado más veces que él. En 14 ocasiones la logrado levantar la copa de campeón. El de Manacor ha anunciado que 2024 será su último año como profesional y el colofón perfecto sería poder ganar el oro olímpico en la pista central de la tierra parisina. Las opciones españolas para este año pasan por Carlos Alcaraz, actual número 1 del mundo, que deberá desbancar a un irregular pero siempre efectivo en las grandes citas Novak Djokovic.
Roland Garros es el gran torneo de la temporada de tierra y lo lógico es que su nombre estuviera relacionado con algún jugador de los muchos que han hecho historia en París. Sin embargo, y para extrañeza de muchos, el torneo lleva el nombre de un aviador. Sí, han leído bien. Roland Garros fue uno de los pilotos franceses más relevantes de la Primera Guerra Mundial y ha sido mundialmente conocido por su apellido, cuando su nombre real era Eugéne Adrian Roland Georges Garros.
Nació el 6 de octubre de 1888 en Reunión, una isla francesa situada en el océano Índico, al este de Madagascar.. Después de graduarse de Letras y Derecho, decidió abrir un concesionario de coches de segunda mano. Sin embargo, en 1909 hubo un hecho que le cambió la vida. Tras acudir a una exhibición de vuelo acrobático decidió que lo suyo era pilotar aviones y desde ese momento decidió dedicar todos sus esfuerzos en conseguirlo. Entrenó junto con los mejores aviadores del momento y tras participar en varios eventos, su nombre comenzó a resonar con fuerza en el mundo de la aviación. De hecho, protagonizó la primera carrera aérea entre París y Madrid. Pero era un hombre ambicioso y se propuso retos hasta el momento impensables. Fue ser el primer hombre que logró cruzar el Mediterráneo por el aire en 1913. Y no fue tarea fácil. Las aeronaves de la época no tenían nada que ver con los aparatos modernos, la capacidad de combustible era mucho menor, las incidencias mucho más probables y muchos de los aventureros acababan perdiendo la vida en sus vuelos. Pero Roland Garros estaba destinado a pasar a la historia. Durante su viaje tuvo que superar numerosos contratiempos. Al llegar a Túnez estaba casi sin combustible pero lo logró. Desde ese momento, sus vuelos rozaban siempre lo épico.
En ese contexto estalló la Primera Guerra Mundial. Roland Garros sabía que el poder aéreo iba a ser decisivo en el conflicto bélico así que decidió alistarse en Francia. Y su labor fue clave porque en esa época era más importante la pericia de los pilotos que la tecnología. Es más, gracias a su trabajo y al del ingeniero Raymond Saulnier crearon un sistema de sincronización que le permitía a los pilotos poder disparar de frente, evitando que las balas dañaran las palas de las hélices.
Garros logró así ser el primer piloto que abatía un avión enemigo disparando de frente.
Sin embargo, poco después Roland Garros tuvo un accidente durante un combate y cayó cerca de las líneas enemigas. A pesar de que trató de deshacerse del avión quemándolo para que los alemanes no le copiaran su invento, los enemigos lograron copiarlo y lo instalaron en sus aviones. En 1918 Garros logró escapar del campo de prisioneros en el que se encontraba internado y participó en los últimos combates del frente occidental a bordo de un caza Spad. Un mes antes de que finalizara el conflicto, el 5 de octubre de 1918, entabló un combate contra un equipo de seis aviones alemanes equipados con su invento y acabaron con su vida.
En el año 1927 Francia ganaba la Copa Davis a la potente Estados Unidos y al año siguiente le tocaba organizar el torneo para defender título, pero no tenían un estadio acorde a esta competición. El Estado francés ofreció unas tres hectáreas de terreno cerca de Porte d’Auteil a la Federación Francesa de Tenis, pero con una condición: que el nombre del estadio fuera Roland Garros, en honor al aviador caído durante la I Guerra Mundial. Con una capacidad inicial de 10.000 asientos, desde aquel año, Roland Garros sirvió como estadio principal durante la disputa del Open de Francia y también otorgó su nombre al torneo. En la actualidad, es una de las cuatro grandes citas del tenis mundial, agrupadas bajo el nombre de Grand Slam junto al torneo de Australia, el Open de Estados Unidos y Wimbledon. Se disputa a finales del mes de mayo y tiene una duración de dos semanas y media.
El aeropuerto internacional de la isla de Reunión, el Roland Garros Airport, también optó por su nombre como homenaje a sus gestas militares. Un monumento a Garros en Bizerta, en el sitio de su aterrizaje, llamado “Roland Garros Place” recuerda, asimismo, la hazaña que le llevó a entrar en la historia de la aviación en 1913.
Philippe Chatrier tampoco fue un tenista de leyenda
Otra de las curiosidades es que el nombre de la pista central de Roland Garros tampoco lleva el nombre de un tenista, aunque sí el de una persona que hizo mucho por el tenis francés. Philippe Chatrier llegó a la presidencia de la Federación Francesa de Tenis en 1973 y estuvo 20 años en el cargo. Cuando llegó había alrededor de 224.000 jugadores en Francia y registrados cuando lo dejó la cifra se había disparado hasta 1.350.000. Philippe Chatrier fue el encargado de inscribir en la escuela de tenis francesa a un jovencísimo Yannick Noah, que se convirtió en uno de los mejores tenistas del país y el primero en ganar en Roland Garros desde que Marcel Bernard lo hiciera en 1946. Ocho años después, Noah rompió la sequía francesa de la Copa Davis y revalidó un título que no ganaban desde hacía 59 años.
En reconocimiento a su labor por el tenis francés, la pista central del complejo Stade Roland Garros, la sede del segundo Grand Slam del año, lleva su nombre desde 2001.
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