Rafa Nadal
Nadal se acerca a la red
El español Rafael Nadal, segundo cabeza de serie, se ha clasificado para la segunda ronda del Abierto de Estados Unidos de tenis, último grande de la temporada, al derrotar al local Ryan Harrison con facilidad.
Nadal solventó el siempre difícil compromiso inicial con tres rupturas al inicio de cada manga para vencer por 6-4, 6-2 y 6-2, y ya espera al ganador del encuentro entre el brasileño Rogerio Dutra Silva y el canadiense Vasek Pospisil.
El tenista balear, invicto en pista rápida este año, continuó con su buena racha en una nueva demostración ante un rival al que había ganado en la anterior ocasión en la que se habían enfrentado (en Indian Wells) y al que apenas dio opción a la sorpresa.
Es su décima presencia en el Abierto de Estados Unidos, donde ganó en 2010 y pretende prolongar su magnífico estado de forma tras ganar los dos últimos Masters 1000 en Montreal y Cincinatti.
Pese a cometer cinco dobles faltas, Nadal se mostró seguro con su servicio, puesto que tuvo mejores porcentajes que su oponente, al que tan solo le concedió dos opciones de ruptura y en ambas las salvó.
A su vez, fue eficaz con el resto, en las subidas a la red y aprovechó cinco de las siete bolas de ruptura que dispuso para descomponer a un Harrison que siempre tuvo que ir a remolque.
La superioridad de Nadal le obligó a arriesgar más de la cuenta y por lo tanto a cometer numerosos errores no forzados (34, por 21 del español).
Nadal supo además mantener la concentración cuando el partido sufrió una pequeña interrupción por humedad en la pista cuando dominaba por 6-4 y 2-1. En la reanudación incrementó incluso su dominio del partido y no lo abandonó. Efe - Nueva York
Rafa dominador, pletórico, invencible. Un nuevo guerrero surgido tras las dudas de su eliminación en primera ronda de Wimbledon. Un jugador sin parches en las piernas que no especula demasiado, que mantiene su fe cuando le toca correr en el fondo para salvar pelotas imposibles, como la que le permitió tener su primera bola de «break» en el primer juego, pero que a la mínima se va hacia adelante. «Está jugando a menos tiros, con menos altura», analiza Jordi Arrese.
Esto no es la tierra, la mejor superficie para defenderse, es pista dura y hay que adaptarse, hay que ser el que lleve la voz cantante. Así lo entiende Nadal y después del esplendor en la tierra y la decepción en la hierba volvió a las pistas para convertirse en un tenista letal: ganó en Montreal y también en Cincinatti, los torneos que sirven para preparar el último «Grand Slam» del curso. En marzo ya se había impuesto en Indian Wells y en los números del español aparecen, con la de ayer, 17 victorias sobre cemento por ninguna derrota. «También está variando muy bien la dirección con la derecha y subiendo mucho a la volea con una gran efectividad», continúa el ex capitán de la Copa Davis. Es la ley de la pista dura, donde el juego en la red es un aliado, un termómetro que indica que todo va bien, porque si la visitas mucho quiere decir que estás dominando y tienes que ir hasta allí a cerrar los puntos. Rafa se acercó a ella en 31 ocasiones para ganar 25 de los 94 tantos que se anotó en el encuentro.
Harrison sufría. Sólo cuando sacaba bien se llevaba los juegos, y a veces ni eso. Un «break» en el primer set, en el primer juego. Dos en el segundo y una montaña cuando perdía cuatro juegos a cero en el tercero. Rafa, en cambio, servía como en sus mejores momentos, como en 2010, cuando se llevó el Abierto de Estados Unidos y era número uno del mundo, algo que en buena lógica no tardará en suceder. Cien por cien de puntos ganados con el primer saque en el segundo parcial, sólo dos pelotas de ruptura concedidas en todo el encuentro, y con todo casi resuelto. «Y con buen porcentaje y variando bien las alturas», explica Arrese. Ésta es la superficie en la que el saque es un amigo. Nadal puso en pista el 71 por ciento de sus primeros servicios a una media de 175,5 kilómetros por hora, con uno máximo de 194,7. Agresividad, dominio con la derecha, voleas y servicio... El cóctel que dejó a Harrison fuera del torneo en dos horas y seis minutos. «Rafa no siempre juega así, pero cuando lo hace te da tranquilidad», piensa Arrese. Eso es que tiene confianza, que lo sucedido en la hierba está más que olvidado. Lo resume Feliciano López, verdugo ayer del francés Florent Serra: «Hacía tiempo que no veía a Rafa jugar tan bien. Está recuperado física y mentalmente».
Además, Albert Ramos no pudo con Tomic y Carla Suárez ganó por un doble 6-0 a Davis. Fue la única española que pasó ronda.
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