Rafa Nadal

Nadal se rearma

Nadal su triunfo ante el serbio Viktor Troicki en torneo de Stuttgart.
Nadal su triunfo ante el serbio Viktor Troicki en torneo de Stuttgart.larazon

Logró en la hierba de Stuttgart su segundo título del año, el cuarto de su carrera en esta superficie. Sacó mejor que nunca. «Es muy bueno para ganar confianza», asegura.

A dos semanas para Wimbledon, Nadal ganó en Stuttgart su segundo título de la temporada. Necesitó dos sets (7-6 [7/3] y 6-3) ante el serbio Viktor Troicki para lograr su cuarta victoria en hierba, el título 66 de su carrera. Un torneo menor, como el que ganó el 1 de marzo en Buenos Aires, pero lo importante no es tanto la victoria sino lo que hay detrás. Rafa llegaba a Alemania después de una temporada europea sobre tierra batida en la que no estuvo a la altura que él y su entorno esperaban. Después de lo de París ante Djokovic, el objetivo era recuperar confianza y llegar a Londres en las mejores condiciones posibles jugando más torneos, Stuttgart y Queen’s, que en años anteriores. Dos citas para sumar partidos y el mayor número de victorias posibles. En Alemania el plan no ha podido salir mejor. Después del triunfo, viaje a Londres donde sueña con permanecer hasta el 12 de julio, el día de la final de Wimbledon.

«Estoy muy contento porque es un título muy especial al ser en hierba. Es una victoria importante para mi confianza», aseguró Rafa después de derrotar al que es el mejor amigo de Djokovic en el circuito. Cuatro años después de su última final sobre el pasto, Nadal se impuso en su tercer partido definitivo de 2015.

Una de las virtudes de Nadal fuera de la pista es analizar con precisión los partidos y la perspectiva general de todo el año. Después de aceptar que la temporada de tierra batida no ha salido como deseaba, Rafa tiene muy claro que en la segunda mitad del año apenas tiene puntos que defender. Entre Wimbledon, Pekín, Shanghái y Basilea, los únicos torneos que disputó en la segunda mitad de 2014, acumuló 370 puntos. Ahora sólo puede crecer y emprender la escalada desde el número 10 del mundo. «A partir de ahora se trata de ir sumando al disco duro», aseguró hace semanas. Y eso es lo que ha empezado a hacer con la victoria en Stuttgart, donde ya había ganado dos veces (2005 y 2007), cuando el torneo se disputaba sobre arcilla.

Es cierto que en Alemania no se ha encontrado con ningún «top 15» en el cuadro, pero su nivel de juego le hace ser optimista para lo que se avecina. Baghdatis, Tomic, Monfils y Troicki han comprobado que Nadal también puede llegar a ser un buen sacador. Sólo ha cedido tres veces el saque en toda la semana y en la final presumió de un 85 por ciento de primeros servicios y, lo que es mejor, logró once saques directos. Nueve de los puntos gratis llegaron en el primer set. Esos números que cuesta encontrar antes en su carrera le permitieron solventar las situaciones más complicadas como fue la del «tie-break». Nadal llegó al desempate habiendo logrado sólo tres puntos al resto, pero en el momento decisivo fue muy superior.

A Rafa también le ha desaparecido la alergia a la red. Durante toda la semana, como si fuese un mantra, se repitió que tenía que ser «más agresivo». En la final también usó la volea con acierto. Todo eso le permitió estar más fresco de cabeza y no tener las dudas que le asaltaron en anteriores partidos. Queda por ver qué sucede esta semana en Queen’s para confirmar que Rafa sigue en línea ascendente. Allí se encontrará con Wawrinka, Raonic y Murray en una hipotética final. Serán los test más fiables antes de llegar a la «Catedral».