Ruud sucumbe al ritmo de Alcaraz, que se mete en semifinales de China

Carlos Alcaraz derrotó a Casper Ruud por cuarta vez en sus cuatro enfrentamientos. En los cuartos de final del Open de China fue con un resultado de 6-4 y 6-2 en 1 hora y 45 minutos. Al murciano ya le está sucediendo como ha pasado recientemente con los tenistas que han marcado el circuito, con los Djokovic, Nadal, Federer, Murray y compañía: para ganarle no hace falta sólo jugar bien, además hay que hacerlo durante un rato muy largo. El ritmo lo pueden soportar muy pocos.

Ruud lo hizo al comienzo de cada set. Fue imponente el arranque del noruego. Podía en los intercambios desde el fondo con el español, movía perfectamente la mano con la derecha, era profundo y desplazaba a un rival que también salió decidido. Alcaraz no empezó mal, tuvo cinco pelotas de break en ese primer juego que duró quince minutos, pero cuando le tocaba arriesgar fallaba. Se puso Ruud 0-1 en un cuarto de hora y mantuvo la inercia después para conseguir la rotura a la primera oportunidad, que confirmó sin problemas. Estaba 0-3 y con la sensación de estar jugando y venciendo de tú a tú a Carlos.

Pero sucede que el español no baja el listón o lo hace poco, y mantener esa intensidad, ese nivel de golpes y esa concentración un juego tras otro es más que difícil. Ruud fue cediendo terreno y del 0-3 pasó a 5-3 sin poder reprocharse demasiado. Lo intentó, después de que Carlos le recuperara el break (en blanco, además), dispuso de más posibilidades, pero la más clara la salvó el pupilo de Juan Carlos Ferrero con una dejada maravillosa. Además de ritmo tiene recursos para dar y tomar Alcaraz, cada vez más poderoso en los intercambios y más acertado cuando tenía que acelerar la derecha. Ya no se quedaba la bola en la red; pasaba y entonces al otro lado es difícil sujetarla.

El segundo set comenzó de forma parecida. El jugador nórdico, que entrena en la Rafa Nadal Academy, lo intentó con todo e hizo muchas cosas bien y amenazó con el break y se defendió después con su saque de manera fantástica y enseñó los dientes, pero el español de nuevo le sacó de rueda. Si uno pegaba fuerte el otro más, un intercambio duro, otra bola que pasa y al final el descontrol del noruego en cuanto no podía dominar. Uno iba al límite y el otro en una velocidad como de crucero, con la sensación de que todavía podía meter una marcha más.

No es que jugara mal Ruud, al revés, a ratos lo hizo muy bien, pero se encontró con alguien que fue mejor y que además está cogiendo la bendita manía para él de sacar mejor cuando más complicada es la situación.

Carlos venció y se enfrenta a Sinner en semifinales. La otra semi es otro partidazo: Zverev - Medvedev.