España 1-Ucrania, 0. Es lo que apuntaba la lógica, pero el camino no fue cómodo. O al menos tanto como pudiera esperarse. Un Fernando Verdasco muy irregular se vio obligado a remontar un set al número uno de Ucrania, Alexander Dolgopolov, para poder poner con ventaja a "La Roja". Si lo malo fue la irregularidad del español, lo bueno fue que nunca se abandonó del todo. Algo parado durante gran parte del partido, "Fer"no encontraba su fantástico golpe de derecha hasta la segunda manga y en cuanto el servicio le traicionó, cedió un "break"para ponerse 2-3. La rotura animó a Dolgopolov, el genio que combinaba dejadas al límite con reveses largos. Le centró ponerse por delante y el primer set fue más sencillo para él a partir de ahí. Verdasco gesticulaba, no se encontraba, pero recibía ánimos del capitán, Álex Corretja, y del resto del equipo, ya sin Rafa Nadal, que vio el primer parcial en directo, pero después se marchó al vestuario porque tenía que disputar el segundo punto.

El tenista madrileño, que jugaba en casa, aunque no se congregó demasiado público en la Caja Mágica, tenía que remar. Ya lo hizo en la primera manga, pero ahí se ahogó en la orilla, no pasaba del 40-40 cuando servía su rival. Hasta ahí llegó tres veces para no sumar ninguna pelota de ruptura. La primera la tuvo en el tercer juego del segundo set, salvada con una gran derecha por Dolgopolov. La rotura se produjo un poco después, en el séptimo juego, a la tercera oportunidad. El encuentro se movía entre la inestabilidad de ambos jugadores, que combinaban un golpe bueno con dos malos. La ventaja de Verdasco fue no venirse nunca abajo. No lo hizo al verse con un set en contra y tampoco al estar 0-3 en el tercer parcial. Dolgopolov, en cambio, no supo hacer frente a la reacción de su rival. En cuanto se vio por debajo en el resultado su raqueta comenzó a volar y a ser golpeada contra la tierra de impotencia. "Fer"se llevó el tercer set, y el cuarto ya fue un paseo para confirmar el 1-0, el primer paso hacia la permanencia, y dar el testigo a Rafa Nadal.