Un aviso para París

Restan cinco semanas para el arranque de Roland Garros , siete para la final en París y Novak Djokovic ha lanzado en Montecarlo el primer aviso. El serbio ha planificado la temporada por y para ganar el único «Grande» que tiene pendiente, el torneo que Nadal ya se ha llevado siete veces. Su principal obstáculo es el español y en el primer duelo directo el número uno del mundo acabó con la increíble racha de Rafa en el Principado. En la novena final no llegó el noveno título. Djokovic estrenó su palmarés en su lugar de residencia con una victoria en dos sets (6-2 y 7-6 [7/1]), fundamentada en un arranque demoledor.

«No es una tragedia, he perdido después de ocho años sin hacerlo aquí», afirmó Nadal cargado de razón y aplicando hielo a una derrota que tampoco estuvo tan lejos de transformarse en un nuevo triunfo. Llegó a controlar el segundo set por 4-2; sacó con 6-5 para forzar la tercera manga y tuvo a Djokovic físicamente contra las cuerdas antes de llegar al «tie-break» definitivo. Y eso que en Montecarlo Rafa ha estado lejos de su plenitud física. «No entrené en Mallorca, sólo aquí un poco antes del torneo y sin mucha preparación he sido capaz de alcanzar la final. Esto me ayudará para estar en forma las próximas semanas», aseguró antes de partir hacia Barcelona, donde debutará el miércoles en busca de su octava victoria en el Godó.

Rafa estaba lejos de encontrarse en plenitud, pero tampoco Djokovic se sentía tan fino como debería estar a finales de mayo. En esa balanza, el margen de mejora favorece a Rafa. El serbio jugó los cinco primeros juegos (5-0 para él) como no lo había hecho en su vida y lo reconoció: «Los primeros seis, siete u ocho juegos han sido increíbles, lo mejor que he jugado sobre tierra batida, dando mi mejor nivel contra él; era la única solución».

Nadal apareció en la final con casi media hora de retraso. Fue el tiempo que tardó en conectar los primeros golpes ganadores, en gritar el primer «vamos», en meterse en la pista y contrarrestar la perfecta agresividad de Djokovic. Le bastó para evitar un «rosco» en el primer set y sembrar las primeras dudas en el juego del serbio. A medida que avanzó el segundo set, Rafa se sintió más y más cómodo. Sus progresos eran fruto de la competición. Necesita partidos exigentes, como el de ayer, para reencontrarse cuanto antes. «En el segundo set, sentí por momentos que estaba jugando mi mejor tenis de la semana, y es lo que importa. Cuando era capaz de hacerlo no estaba muy lejos de él. Necesito más partidos con esta intensidad todo el tiempo», confesó Nadal. Esos partidos pueden llegar en Barcelona, donde se puede encontrar con Murray, Ferrer o Berdych. Se trata de seguir rodándose para llegar lo más fortalecido posible a París. Y si por el camino se puede mejorar la quinta posición en el ranking, mejor todavía. De llegar con el número cinco a París, la hipotética final con Djokovic podría adelantarse incluso a cuartos.