Tenis

Tenis

Wimbledon arranca con Djokovic como rival a batir

El tenista de Belgrado, de 29 años, busca en la capital británica el que sería su decimotercer «major»: se quedaría a uno de Rafael Nadal (14) y a cuatro de Roger Federer (17).

El tenista de Belgrado, de 29 años, busca en la capital británica el que sería su decimotercer «major»: se quedaría a uno de Rafael Nadal (14) y a cuatro de Roger Federer (17).

El serbio Novak Djokovic, indiscutible número uno del mundo, afronta a partir de mañana en el All England Lawn Tennis and Croquet Club de Londres el reto de revalidar, en la edición 130 de Wimbledon, su corona y conseguir así su tercer 'major' de la temporada.

Después de brillar en el Abierto de Australia y también en Roland Garros, donde logró completar su Grand Slam, Djokovic regresa al barrio de SW19 con el objetivo de levantar su cuarto título de Wimbledon y proseguir su camino triunfal en la presente campaña.

El tenista de Belgrado, de 29 años, busca en la capital británica el que sería su decimotercer 'major': se quedaría a uno de Rafael Nadal (14) y a cuatro de Roger Federer (17).

Aunque parte como máximo favorito al título, el serbio llega a Londres sin apenas rodaje sobre hierba, puesto que, en su único partido esta campaña sobre el verde, en el torneo de exhibición de The Boodles, cayó con David Goffin.

Nole, que ha sido afortunado, a priori, en el sorteo del cuadro

principal -debuta el lunes en primera ronda con el inglés James Ward-, aspira a emular a leyendas como el estadounidense Don Budge y el australiano Rod Laver, únicos tenistas masculinos en la historia en ganar los cuatro Grand Slam en el mismo año.

Además de Djokovic, el británico Andy Murray, triunfador la pasada semana en Queens, el torneo que se considera como la antesala de Wimbledon, y el suizo Roger Federer, siete veces ganador en el All England Club, finalista el pasado año y rey indiscutible de la hierba, parten como las opciones más claras para pelear por el título.

Murray, número dos del mundo, parece el único que ha sido capaz de plantarle cara a Nole en los últimos meses, y sólo él ha osado arrebatarle una final este año, en el Masters 1.000 de Roma. Bien es cierto que el de Dunblane ha caído a manos del número uno mundial en tres finales: Abierto de Australia, Madrid y Roland Garros.

Al ídolo local, ganador en Londres en 2013, le ha tocado un rival asequible en primera ronda, su compatriota Liam Broady, quien recibió una carta de invitación, pero tiene, a priori, el camino más complicado hacia la final de entre todos los favoritos.

El tercero en discordia es el suizo Roger Federer, viejo amigo del All England Club, donde ha levantado el título en siete ocasiones. El de Basilea, finalista el pasado año, llega a Londres con las dudas sobre sus problemas de espalda que le obligaron a renunciar a Roland Garros.

El veterano Federer busca en el barrio de SW19 su decimoctavo título de Grand Slam casi cuatro años después de levantar el último, precisamente en Wimbledon.

La llamativa ausencia de Rafael Nadal por su lesión en la muñeca izquierda ha dejado ligeramente descafeinado el torneo, incluso si consideramos que el balear hacía cuatro años que no superaba la cuarta ronda (segunda ronda en 2012, primera en 2013, cuarta en 2014 y segunda en 2015).

Los trabajadores del All England Club daban este fin de semana los últimos retoques y ponían a punto el recinto para, continuando 130 años de historia, recibir al mejor tenis del mundo en el torneo más antiguo y más acreditado de la historia de este deporte.

Durante las próximas dos semanas se espera que en la presente edición de Wimbledon, que repartirá 28,1 millones de libras (34,5 millones de euros) en premios (un 5 % más que en 2015) salgan a escena toda la elegancia y el glamour propias del torneo, además de las ya características fresas con nata, tan propias del exclusivo club inglés.

Se estima que durante el torneo se consumirán alrededor de 30.000 kilos de fresas, traídas exclusivamente desde el condado de Kent (sureste del Reino Unido), y 7.000 litros de nata, en una combinación que ya es tradición inseparable de Wimbledon.