Todos con Piqué

Desde el ministro Méndez de Vigo hasta Cardenal y sus compañeros en la Roja le muestran su apoyo.

Los pitos a Piqué se han convertido ya en una cuestión de Estado. La bronca que recibió el jugador del Barça en Oviedo, aderezada con los insultos que escuchó en Gijón –«Piqué, borracho»–, han servido para que haya un apoyo unánime al azulgrana, que el único delito que ha cometido es pronunciarse a favor del derecho a decidir de los catalanes, al margen de las pullas que el jugador lanzó contra el Real Madrid o los madrileños con motivo de la celebración del título de Liga. Del Bosque, Sergio Ramos e Iker Casillas, desde Macedonia, se sumaron en el apoyo a su compañero. El seleccionador ya lo había hecho nada más concluir el partido del Carlos Tartiere, además de insistir en que Piqué, como el resto de los internacionales, tenía permiso pasa salir la noche del sábado.

Un «daño» colateral de la situación de Piqué es la designación del estadio Rico Pérez de Alicante como sede del partido amistoso frente a Inglaterra del próximo 13 de noviembre. Oficialmente la Real Federación Española no se había pronunciado sobre el escenario del encuentro, pero cualificados dirigentes federativos habían comentado que el partido –una vez clasificada España matemáticamente, por eso no se ha oficializado nada– se jugaría en el Santiago Bernabéu. Incluso, el operador televisivo encargado de la retransmisión estaba convencido de que sería el campo del Real Madrid el que acogería el duelo frente a los ingleses.

Desde el Real Madrid aseguran –y dicen la verdad– que nadie de la Federación se ha puesto en contacto con ellos. Y tampoco consideran que las tiranteces que hubo con el escenario de la final de Copa, que nunca se pidió oficialmente al club, sean motivo para que el Bernabéu no pueda albergar partidos de la Roja.

El argumento federativo de que Piqué no tiene nada que ver en la decisión de jugar en el Rico Pérez porque Alicante es un feudo madridista y el jugador puede ser pitado suena a peregrino. El azulgrana se ha convertido en la diana de los aficionados y ahora lo que se intenta es que Piqué deje de ser objeto de las pitadas, como argumentaron desde Macedonia Del Bosque y los dos capitanes.

«Hemos hablado con él», admitió Casillas. «A nadie le gustan los pitos y que a un compañero le silben. Esperamos que la gente vaya olvidando este tema y que de alguna manera se llegue a una posible solución. Todos queremos lo mejor para la Selección. Si Piqué se pone esta camiseta es porque quiere estar con España. Todos representamos a este país, queremos el bien común y hacerlo lo mejor posible», añadió Iker.

En la misma línea se expresó Ramos. «Todos conocemos a Piqué, no lo vamos a cambiar ahora y no estamos para entrar en valoraciones de si ha estado más o menos acertado en los últimos años, pero aquí somos España y representamos a un país. Los pitos no benefician a nadie», aseguró.