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Trabajo y táctica

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A veces, la visión del fútbol de los entrenadores y los aficionados coincide poco. Khedira, por ejemplo, es un futbolista al que le ha costado conectar con el Bernabéu. No es espectacular ni destaca por sus goles o regates. Él aseguró que sentía cierta distancia con el público madridista. Sin embargo, ha sido fundamental para Ancelotti, como lo fue para Mourinho. Esta temporada, se ha perdido dos encuentros. El de Granada y contra el Rayo. En los dos ganó su equipo, pero en los dos sufrió mucho para hacerlo.

Con Mourinho, Khedira era igual de necesario. En los últimos cuatro años no se concibe un equipo en el que el centrocampista no ocupara su lugar. O bien un poco más adelantado que el mediocentro, habitualmente Xabi Alonso; o bien, como hacía ahora, más pegado a la banda derecha, con libertad de movimientos y con facilidad para llegar al área.

Pero todo esto es, en realidad, pasado. Querido o no, básico o no, tras el «shock» de su lesión el sábado, Ancelotti y el Real Madrid ya han empezado a trabajar en un futuro distinto y sin él.

De los dos encuentros que no ha jugado, el primero puede que no sirva como ejemplo. Fue el segundo de Liga, en el campo del Granada. El Madrid ganó por 0-1, pero fue antes de que terminase el mercado de invierno. Bale estaba por llegar y Özil aún no se había ido. Era un equipo muy distinto al de ahora. Más conclusiones se pueden extraer del choque contra el Rayo. En Vallecas, el Madrid ya jugaba con tres hombres en ataque y tres en el centro del campo. Xabi Alonso fue titular y a un lado tenía a Modric, lo que es habitual; pero al otro, en vez de su escudero alemán, estaba Di María. No fue el mejor día del argentino, algo perdido en el campo frente al dominio rival.

Di María ofrece el trabajo necesario para esa posición, pero no mantiene la posición táctica. Lo que pide Ancelotti a un jugador en esa zona está muy claro. Es lo que le daba Khedira: «Tiene mucha experiencia. Tácticamente bueno. No tiene gran calidad técnica, pero juega simple, tiene carácter y trabaja», decía del alemán. Ahora necesita buscar en su plantilla un futbolista que cumpla con esos requisitos: Isco es la antítesis. Illarramendi podría probar, aunque hasta ahora, mientras otros centrocampistas han cambiado de posición, él siempre ha sido mediocentro.

Otra opción es Casemiro, en quien confía mucho el club, tras jugar la temporada pasada en el filial y ser una de las grandes sorpresas en la pretemporada. Tuvo unos minutos al principio y después, Ancelotti se olvidó de él. El club se negó a cualquier cesión. «Es muy joven y por eso hay que tener cuidado para no darle mucha responsabilidad», decía el técnico, cuando contaba con todos. El aficionado madridista estaba entusiasmado por sus partidos en Estados Unidos. Ancelotti no lo vio tan claro. A veces los modos de ver a un jugador de un entrenador y su público no coinciden. A veces, no queda más remedio que coincidir.