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Última estación para la gloria

Los jugadores del Madrid, antes de partir hacia Rabat
Los jugadores del Madrid, antes de partir hacia Rabatlarazon

El Madrid llegó a Marruecos para empezar mañana a disputar el Mundialito

Juan Manuel Bonet no se viste de corto, pero se está convirtiendo en uno de los hombres clave en este Madrid exitoso de 2014. Juan Manuel Bonet estuvo en Múnich y también en Lisboa y después en Cardiff. En todas las noches mágicas del conjunto de Ancelotti. Juan Manuel Bonet viajó ayer con el resto de la plantilla a Rabat, aunque el Madrid jugará los dos partidos en Marrakech. Bonet, en realidad, fue quien llevó el avión del equipo, como ha hecho el resto de veces que el Madrid ha triunfado en 2014. «Estábamos en el apartado de incidencias en la programación de vuelos y nos dijeron que había que llevar al Madrid a Múnich. Y pasó lo que pasó, ya se sabe. Volvimos a Madrid, acabó el vuelo, todo salió muy bien. Y como una semana o diez días antes de la final de Lisboa nos dijeron en Iberia: ‘‘Nos ha llamado el Madrid para que lleves al equipo’’. Era un tema de superstición, pero lo pasamos bien, hubo buen rollo, nos invitaron al partido... Se repitió la historia, volvieron a ganar, y al llegar agosto les llevamos a Cardiff también», explicó el piloto en la Cope.

Con Bonet al mando del avión, con la racha de victorias, con el potencial del equipo, el Real Madrid confía en ganar el Mundialito, la competición con la que pone el punto final a un año casi inmejorable. 2013 lo terminó con una victoria agónica en Mestalla, con un equipo en racha de partidos sin perder y con esperanzas en lo que estaba por llegar. Pero difícilmente iba a imaginar estar en una situación como la que vive ahora.

El equipo de Ancelotti llega a finales de diciembre con una racha única de 20 encuentros sólo ganando, una cifra que nadie había conseguido en España. Es el colofón a un año que empezó a tener muy buena pinta en aquella carrera que empezó Bale en abril en Mestalla contra el Barcelona y que culminó en mayo en Lisboa, para llegar al rechace de Courtois al tiro de Di María, romper el empate de la final de la «Champions» en la prórroga y acercar la «Décima», ese sueño tantas veces anhelado, que empezaba a convertirse en una obsesión.

Hasta ahora, todos los años nuevos, cuando el Real Madrid hacía el brindis oficial de Navidad con los capitanes, el entrenador y el presidente, deseaban salud, felicidad y la «Décima». Este enero va a ser distinto. Brindarán por la salud y la felicidad de todos, pero ya por la «Undécima», sin obsesiones que bloqueen, sino con la ambición habitual de la entidad del Bernabéu.

El Mundialito, como la Supercopa de Europa de mediados de agosto, es la consecuencia natural de la «Décima». El Real Madrid venció el viernes en Almería uno de los partidos más complicados de la racha de 20 victorias. Se dejó mucho esfuerzo, pero continuó con el optimismo que reina en el vestuario, bien dirigido por la mano de Ancelotti. Sin ninguna duda, es el máximo favorito para llevarse el torneo. Lo dicen hasta sus rivales: «Sabemos del potencial del Real Madrid, de sus estrellas, de la racha de 20 partidos ganando», decía ayer Pavone, el jugador de Cruz Azul, el rival mañana de los españoles. Pavone, que jugó en el Betis y en 2008 se enfrentó y ganó al Madrid que entonces entrenaba Schuster, sabe que su equipo necesita un día iluminado y que a los de Ancelotti se les olvide jugar al fútbol. Poco tiene que ver este Madrid con el de 2008: «Tenemos jugadores por banda que son rápidos y que pueden sacar beneficio de la defensa adelantada del Madrid, pero tiene que ser un partido que nosotros estemos al 110 por ciento y que ellos peguen un bajón», continuó.

El Madrid se entrenó por la mañana en Valdebebas y por la tarde partió para Marruecos. Khedira y James viajaron con el equipo. Se espera que el colombiano llegue a la final del sábado. La única ausencia es la de Modric.

Marruecos espera. Cuando Bonet llevó ese avión del Madrid a Múnich no sabía lo que venía después: «Yo ahora debería estar volviendo de Londres, pero me llamaron hace una semana para decirme: ‘‘Juan, han vuelto a llamar, que si no te importa...’’».