Real Madrid
Un campeón sin rival
Una de las finales más sencillas se resolvió en el primer minuto.
Una de las finales más sencillas se resolvió en el primer minuto.
Fueron las semifinales las que dieron la medida de este Madrid. Se había deshecho del Besiktas y del austriaco Wiener Sport con cierta facilidad, pese a que ya se encontraba con rivales muy duros, que jugaban al límite. Pero si el Madrid era conservador en los partidos de fuera de casa, resolvía las eliminatorias en el Santiago Bernabéu, donde lucía sus cualidades de campeón de Europa. Entonces, en las semifinales apareció el Atlético de Madrid. La Liga había terminado y los dos equipos se jugaban mucho en esta eliminatoria. El Madrid era favorito, pero el rival estaba concienciado para dar la sorpresa. Lo que resultó fue una eliminatoria tremenda, que no se resolvió hasta el partido de desempate, en el que en el minuto 88 el Atlético pudo empatar el encuentro. No lo consiguió y se quedó a un paso de la final, pero orgulloso del papel que había desarrollado frente al tres veces campeón. El primer choque se jugó en el estadio Santiago Bernabéu. Todos los goles se marcaron en la primera parte y Vava, el jugador del Atlético, falló un penalti que podía haber sido decisivo. En la vuelta, Collar hizo el único gol del encuentro al final de la primera parte y, tras el descanso, ninguno de los dos equipos quiso arriesgar. Se jugó el desempate en La Romareda. Collar empató el tanto de Di Stéfano y Puskas hizo el segundo. En el minuto 88 pudo marcar el Atlético. «Hasta los más desentendidos de uno u otro bando han quedado prendados en el hechizo de un choque que a cada momento parecía a punto de tomar un giro inesperado», se leía en la crónica de «La Vanguardia» acerca de ese encuentro.
Era la cuarta final de la Copa Europa. Se repitió la primera. Aunque le faltaron la emoción y la competitividad que se habían visto cuatro años antes. Kopa, el mejor jugador de aquella final, ahora jugaba en el Madrid y el Stade Reims era un equipo consciente de su inferioridad, dispuesto, como mucho, a hacer un buen papel frente al equipo más temido de Europa.
Si su objetivo era aguantar al Madrid, el plan se les cayó sin tiempo para nada más. Mateos hizo el primer tanto en el minuto uno. Los franceses intentaron alterar al Madrid con un juego duro, pero quizá fue la final en la que el conjunto blanco más confiado se vio, pese a que Kopa estaba lesionado. «Creo que el triunfo del Real Madrid ha sido justo, pero en el final de la primera parte pudimos igualar», decía el entrenador francés según recoge Cihefe. Después de ese momento no hubo más encuentro. Nada más comenzar la segunda parte, como había sucedido en la primera, Di Stéfano hizo el segundo gol y el partido transcurrió hacia el final sin que nadie dudara de la superioridad madridista.
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