LaLiga
El Valladolid completa el descenso
Le faltó un gol para seguir en Primera. Todos los implicados hicieron lo que necesitaban para no descender menos él
El Valladolid se marcha a Segunda. Comenzaba la jornada en puestos de descenso y fue el único equipo que no hizo lo que necesitaba para mantenerse en Primera. Necesitaba un gol el equipo que preside Ronaldo, pero no fue capaz de acercarse con peligro verdadero a la portería de David Soria.
Nada cambió en los noventa minutos de partido aunque incluso Masip, el guardameta del equipo, se animó a subir en la última jugada buscando un remate con el que agarrarse a la Primera División. «El equipo lo ha intentado. Hemos intentado poner en dificultades al Espanyol, pero no lo hemos conseguido. Es una pena para todo el equipo, para toda la afición, para toda la ciudad», se lamentaba el guardameta y capitán del equipo blanquivioleta. «Nos ha faltado meter un gol, no hay otra. Hubiera hecho que el Getafe se abriera y hubiera sido otro partido», añadía.
Fue él, Masip, el único que cumplió con su cometido al salvar un gol de Jaime Mata de cabeza en los últimos minutos de la primera mitad. Sacó la pelota a la altura de la línea, pero su equipo no aprovechó la prórroga que le había concedido su portero con esa increíble parada.
Para el Valladolid la esperanza estaba fuera, en los otros estadios donde se jugaba la permanencia. El gol del Betis al comienzo de su partido contra el Valencia animaba a la afición pucelana. Igual que los goles del Espanyol, que acabaron convirtiendo al Almería en el verdadero rival del «Pucela».
Se habían adelantado los almerienses en Cornellá con un gol de Bilal, pero Puado y Pierre Gabriel dieron la vuelta al encuentro. Eran los goles que cantaba la afición en Zorrilla, porque el Celta se escapaba de la pelea con su victoria ante el Barcelona que comenzaba con un gol de Gabri Veiga. Y el Cádiz apenas se sentía implicado en esa guerra. Hasta el Valencia acabó consiguiendo la igualada en el Villamarín en la despedida de Joaquín como futbolista profesional.
Todos dependían de sí mismos, pero el Valladolid fue el único que no hizo su trabajo. La extraña decisión de Ronaldo de destituir a Pacheta después de salir goleado del Bernabéu cuando quedaban menos de dos meses de competición se mostraba tan inútil como difícil de entender al final de la temporada.
Dos goles de Embarba acabaron dando al Almería el empate que necesitaba ante el Espanyol para mantenerse en Primera. El segundo de ellos de penalti sancionado por el VAR cuando Koleosho había vuelto a poner por delante al equipo blanquiazul. Conseguido el objetivo, Rubi, el entrenador del Almería, anunciaba que no continuará la próxima temporada en el equipo.
El Getafe salió a aguantar en Valladolid y consiguió su objetivo. También cambió de entrenador en las últimas jornadas, recuperó a Bordalás para sustituir a Quique, pero al club que preside Ángel Torres sí le salió bien el movimiento en el banquillo.
«Es una parte muy importante. No hay que echar culpas a nadie, pero a veces se necesita ese revulsivo, que ha llegado y ha salido bien. Muy agradecido a su llegada y muy felices todos», explicaba Jaime Mata, uno de los capitanes del equipo, sobre la importancia del regreso de Bordalás al banquillo del equipo.
Acabó el encuentro en Zorrilla y, mientras Almería y Getafe celebraban su permanencia, el Valladolid lloraba su descenso. Un grupo de seguidores se quedaron en el campo para acompañar a sus jugadores al grito de «Pucela, Pucela». Probablemente los mismos que gritaban «sí se puede» cuando el Espanyol marcaba el tercero que acercaba al Almería al abismo.
Masip apretaba las manos de casi cada uno de los aficionados que ocupaban la primera fila de la grada en uno de los fondos. Apenas un año, 368 días, han pasado desde que el Valladolid firmara su regreso a Primera. Espera volver tan pronto como se ha ido.
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