Copa del Rey

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Vinicius lo hace todo en la final de la Copa del Rey

Inventó la jugada de los dos goles del Real Madrid, vio amarilla, se peleó con Chimy y acabó cantando el himno de la Décima. "Cuando él coge la pelota todos se paran", dice Florentino Pérez

Vinicius, con la Copa del Rey en La Cartuja
Vinicius, con la Copa del Rey en La CartujaEuropa Press

El gran valor de Vinicius no son sólo sus goles, asistencias o su físico incansable, que también. Lo que le diferencia del resto es que siempre está, que nunca desconecta, pase lo que pase en el partido e independientemente de lo que le suceda a él. Puede estar protestando al árbitro, agradeciendo a la grada que canten su nombre o hablando con Ancelotti, un segundo después de cualquiera de esas cosas aparece en el juego para ser influyente y decisivo. Sucedió en el segundo gol de Rodrygo, justo después de los primeros cambios de la final. Cuando todo el mundo se estaba adaptando a las modificaciones apareció él para intentar el enésimo regate, meterse en el área, llegar a la línea de fondo y poner el balón para el segundo tanto. Una rendija le basta para cambiar un resultado y lo demostró también al comienzo, en la primera jugada del partido para asistir en menos de cien segundos para el primer tanto de su compatriota.

Todo gira alrededor de él en el Real Madrid y casi siempre está en el centro de atención de los partidos. Porque después de abrir el fuego con el balón, llegaron las guerras sin él: la amarilla por protestar una falta sobre Rodrygo, los roces con David García, que le pasó la mano por el pelo a ver si la provocación desestabilizaba a Vinicius e incluso el encontronazo con Chimy Ávila en el túnel de vestuarios en el descanso, cuando tuvieron que separarlos camino del vestuario.

Vinicius se las apaña solo, aunque tiene guardaespaldas que cuidan de él: uno de ellos Ancelotti y otros dos fueron Lucas Vázquez y Ceballos, que no podía jugar por lesión pero se acercó a la banda para hablarle al oído y pedirle calma.

Son 22 goles y 15 asistencias las de Vinicius en lo que va de una temporada en la que ya está superando sus mejores registros anotadores pero es que no necesita sumar estadísticas para se vital, porque en La Cartuja no sumó tantos ni tampoco asistencias, pero sin él ninguno de los goles hubieran sido posibles.

Y como es interminable, él empezó la final con la jugada del 1-0 y él estuvo cerca de terminarla tirando desmarques en los contragolpes cuando el tiempo se acababa y él seguía con las pilas cargadas.

El MVP suele ser el hombre de los goles, pero el hombre de la final fue Vinicius, otra vez. «Es un jugador especial, me encanta jugar con él y ojalá siga así», decía Rodrygo, efectivamente elegido el Más Valioso del partido y que dedicó el segundo gol a Ignacio, un niño con cáncer al que visitó hace un par de días. Le prometió que haría la i de la inicial de su nombre si marcaba y le dedicó el 2-1. Después de la entrega de trofeos, por si Vinicius no había hecho suficiente en los noventa minutos, cantó el himno de la Décima. Vale para todo.

"El mejor del mundo en su puesto"

"Vinicius es muy difícil de parar. Seguro que el martes al City también le cuesta", se lamentaba Jagoba Arrasate, que le puso hasta tres hombre para vigilarlo cuando tomase la pelota en la banda, y en la primera el brasileño se fue de todos y desde la línea de fondo puso el balón para el 1-0 de Rodyrgo. "Vinicius en la primera parte ha sido desequilibrante, Rodrigo ha marcado dos goles. Son desequilibrantes", añadía Ancelotti, feliz de que sus dos delanteros brasileños estén llevando el peso ahora que Benzema está un poco más pálido.

"Creo que en su puesto es el mejor del mundo. Le hacen muchas faltas, él protesta y le sacan amarilla, lo cual no lo entiendo, porque habría que proteger a los jugadores que dan espectáculo", confirmaba Florentino Pérez, que destacó cómo los rivales se paran a ver qué hace cuando coge la pelota un futbolista que es una apuesta personal del presidente del Real Madrid desde el principio.