Copa del Rey

Los Williams llevan al Athletic a la final

Los hermanos liquidaron la eliminatoria en la primera parte con un gol cada uno. Guruzeta marcó el tercero . El Atlético se dio cuenta pronto de que no tenía ninguna posibilidad para la remontada

BILBAO, 29/02/2024.- El centrocampista del Athletic Club Nico Williams (i) celebra con su hermano Iñaki su gol, segundo del equipo vasco, durante el partido de vuelta de semifinales de la Copa del Rey que Athletic Club de Bilbao y Atlético de Madrid disputan este jueves en el estadio de San Mamés, en Bilbao. EFE/Luis Tejido
Los hermanos Williams celebran el segundo gol del AthleticLuis TejidoAgencia EFE

Los hermanos Williams agarraron al Athletic de la mano y lo llevaron hasta la final de Copa. Se saben el camino, será la tercera que jueguen en cinco años, pero esta vez tiene argumentos más poderosos para pensar en ganarla 40 años después del último título. Esa pareja de hermanos que es capaz de encontrarse sin mirar.

Lo hacen, además, a una velocidad insospechada, imposible de seguir para sus rivales, como demostró Iñaki encarando a Hermoso camino del segundo gol del Athletic, que acabó regalando a su hermano. El mayor llegó hasta la línea de fondo y puso la pelota atrás para que la empujara el pequeño. Era sólo la devolución del regalo que le había hecho Nico en el primer gol.

Fue una volea extraordinaria de Iñaki cuando el Athletic aún no se había acercado a la portería de Oblak. Pero el pase fue de Nico, que había comenzado ya a torturar a Nahuel Molina por su costado. Remató el hermano mayor sin oposición y sin que Hermoso se acercara a molestar. Lo mismo que sufría Molina por el lado derecho de la defensa del Atlético con Nico sufría Hermoso por el otro lateral con Iñaki.

Esa volea torció el partido para el Atlético, que a partir de ahí fue consciente de que llegar a la final de Copa estaba entre muy difícil e imposible. No fue un baile como el del partido de Liga en el que el Atlético nunca supo cuál era su sitio en el campo. Empezó apretando y acercándose a la portería de Agirrezabala, pero los minutos iban pasando y los goles sólo llegaban del otro lado.

Pesaba ya en el comienzo del partido el gol de Berenguer en el partido de ida. Y pesaba también que Griezmann llegara a Bilbao como un espectador más. No le ha dado tiempo a recuperarse de la lesión que sufrió en Milán y vio el partido desde la grada, entre su compatriota Lemar y el jefe de seguridad del club.

Correa no hizo el mismo efecto y a Morata le faltaba algo. Aunque llegaron a acercarse al gol en una pelota que bajó el internacional español y que el campeón del mundo mandó por encima del larguero. Pocas más tuvo el Atlético, que se fue diluyendo poco a poco mientras el Athletic se ilusionaba ya con volver a sacar la gabarra por la ría.

Cuarenta años lleva parada la embarcación en la que el Athletic celebró las dos Ligas que ganó en los 80 con Clemente en el banquillo y aquella Copa del Rey que acabó en batalla campal contra el Barcelona de Maradona.

El gol de Guruzeta animó esa ilusión. Oblak estuvo acertado para despejar un disparo de Sancet, pero nadie fue a incordiar al delantero de Athletic para que no empujara a la red el tercero de su equipo.

Sólo al final del partido, cuando la eliminatoria ya estaba decidida y se juntaron en el campo Barrios y Riquelme el Atlético se decidió a probar las manos de Agirrezabala, el portero que ha elegido Ernesto Valverde para la Copa. Y siempre respondió bien, sin importarle que desde el banquillo le viera el portero de la selección, Unai Simón.

El entrenador del Athletic cambió a Iñaki Williams en los últimos minutos. Un premio en el fondo para que se llevara el premio de los aplausos de su afición. Un premio que debió compartir con su hermano. Entre los dos están dispuestos a volver a pasear la gabarra por la ría. De momento, ya han llevado al Athletic a la final.