Real Madrid

Zidane, sobre su planteamiento: «Sé que me darán hostias»

El técnico francés decidió colocar al croata Mateo Kovacic en el once inicial en el lugar de Isco Alarcón, a quien sentó en el banquillo y después no sacó al campo

Zidane, en el banquillo, durante el partido. EFE / Rodrigo Jimenez
Zidane, en el banquillo, durante el partido. EFE / Rodrigo Jimenezlarazon

«Mal». Así estaban el vestuario, el madridismo y el propio Zidane en el cierre de un año histórico. Los cinco títulos de 2017, algo que nunca había conseguido el Real Madrid, acabaron con un mediodía amargo en el Santiago Bernabéu. Una mezcla de sensaciones que los futbolistas deben limpiar de su cabeza en una semana, que es el tiempo que Zizou ha dado a sus chicos de vacaciones. «Seguro que vamos a volver más fuertes», aseguraba el francés, que utilizó su tono más firme desde que está en el cargo para afrontar una derrota que pone muy lejos la Liga justo el día en el que Ramos ofreció al público el Mundial de Clubes. No hubo lugar esta vez para una sonrisa, ni siquiera para un tímido gesto de relajación. Tampoco quedaba espacio para las excusas. «Seguramente podría decir que no merecimos tanto castigo, pero es fútbol y es lo que hay, forma parte de nuestro trabajo», insistía el francés, que defendió a sus futbolistas y sus propias decisiones.

«Sé que mañana me van a meter hostias, pero no va a cambiar nada de lo que pienso y hago. Yo decido y va a ser así mientras yo esté aquí», lanzó el técnico en relación a su planteamiento y al once inicial. Era la alineación de Cardiff, pero con Kovacic en lugar de Isco. El croata había secado a Messi este verano en la Supercopa de España, cuando el apocalipsis estaba en Barcelona y el Madrid volaba. La idea funcionó en la primera mitad, con Mateo presionando a Busquets, controlando a Messi y dando salida al balón en los contragolpes blancos. Pudo salir bien la apuesta, pero el Madrid no convirtió en gol su mejor fútbol y todo se desmoronó para el equipo y para Kovacic en el nacimiento del 0-1. «Es un error nuestro, no defendimos correctamente. Son detalles que pueden pasar. Se ha ido bien a un lado y mal al otro», decía Zidane respecto al momento de indecisión de su centrocampista. Sabía que tenía que seguir a Messi, pero le faltó ese instinto táctico para decidirse por parar a Rakitic. No lo hizo y todo acabó en el tanto de Suárez. Como siempre, el resultado determina todo, algo que Zizou sabe de sobra. «No me arrepiento de nada. Estoy aquí para elegir y tomar decisiones. Si metes gol el partido es diferente, no lo hicimos y ya está. Mi decisión fue Mateo al campo e Isco en el banquillo de inicio. Es una decisión mía y lo asumo con toda mi fuerza».

El vestuario se fue de vacaciones dolido, aunque convencido de que el curso es muy largo. Emilio Butragueño reclamó el mérito de una plantilla que ha ganado cinco títulos en 2017 y ya tiene los tres que tenía en juego antes del parón navideño. La Liga se ha complicado mucho, pero Marcelo, Zidane y el propio director de relaciones institucionales recordaron que si hay alguien que no se rinde, éste es el Real Madrid. Hasta el propio Valverde reconoció que estas derrotas dan paso al tremendismo, algo que le sucedió a él en la misma sala de prensa este verano. «El fútbol cambia rápidamente, decían que estaban hundidos (el Barça) y hoy dirán que somos nosotros. Hay que aceptarlo. Cuando ganas es todo bonito y cuando pierdes es jodido», añadía Zidane, que tiene varias tareas encima de la mesa para la vuelta al trabajo.

Benzema volvió a encontrarse con el palo y se fue entre pitos. El francés es uno de los mejores futbolistas del mundo cuando está en plenitud, algo que no le sucede ahora mismo. Si alguien puede recuperarlo es su entrenador actual, con el que ganó mucha confianza cuando era el ayudante de Ancelotti. No está fino el «9», como no lo está Marcelo, un huracán que no sopla con tanta fuerza desde el costado izquierdo. Por allí intentó el Madrid poner el partido a su favor y estuvo cerca de conseguirlo. Una vez más, faltó la pegada de otras veces. Cristiano sólo encontró aire en un remate de los que no suele perdonar y Bale no estaba para noventa minutos, aunque debería ser el mejor fichaje del mercado invernal. Al Madrid se le han escapado diez puntos en casa por esa contundencia que le hizo levantar cinco trofeos en el año que ya acaba.