Aviación
Boeing no se fía de los robots para fabricar el 777
El fabricante de aviones estadounidense recupera el equipo de mecánicos humanos, que se encargará del trabajo en el fuselaje
Boeing no se fía de los robots. El fabricante de aviones con sede en Chicago eliminará gran parte de los robots que utiliza para la construcción del fuselaje de sus modelos B-777. En su lugar, destinará a un equipo de mecánicos expertos que se encargará de hacer los agujeros e instalar las partes correspondientes en la iniciativa conocida como "Construcción Vertical Automatizada del Fuselaje (FAUB, por sus siglas en inglés). Esta decisión que ha tomado la compañía es fruto de los problemas en la confiabilidad del producto instalado y la pérdida de tiempo debido a que, después de la FAUB, el equipo de mecánicos tenía que rehacer el trabajo que habían desarrollado previamente las máquinas.
Boeing comenzó con la fabricación automática de los fuselajes de los aviones B-777 en 2015. La compañía, que recurrió al uso de robots para perforar e instalar las fijaciones de la aeronave, se ha enfrentado a una multitud de reclamaciones de diferentes compañías con las que trabaja. En cuanto al sistema de construcción empleado por Boeing, FAUB, fue diseñado por la división comercial del fabricante y se probó tanto en los programas comerciales como en los de defensa, según ha asegurado el portavoz de la compañía, Paul Bergman, a través de un comunicado. Pero el resultado han sido retrasos en las entregas de sus aviones de fuselaje ancho.
Por este motivo, Boeing ha optado por cambiar a las "vías flexibles", es decir, empezar con un método automatizado con el que se taladrarán los agujeros a lo largo de la circunferencia del avión, y luego fijar estas perforaciones de manera manual. Esta implementación de las vías flexibles comenzó ya en el segundo trimestre de la compañía, pero será a finales de este año cuando se complete la transición, según ha señalado Bergman. Asimismo, Boeing ha explicado que "no hay cambios planificados en la plantilla total" y que continuará implementando sistemas robóticos en áreas como la fabricación de las alas para la gama 777 de sus aeronaves. El fabricante estadounidense también ha apuntado que seguirá utilizando robots para la construcción central del fuselaje de estos aviones.
Todo esto pone de manifiesto la continua presión que ha recibido la dirección de la compañía en un momento en el que está tratando de obtener la aprobación para devolver su avión 737 Max a servicio antes de finales de este año. En este sentido, el fabricante dijo que esperaba reanudar las entregas de sus 737 Max en diciembre, y que estima que el calendario de las aerolíneas reinicie el servicio comercial de este modelo en enero. Este modelo de aviones se encuentra en tierra desde mediados de marzo, después de los dos accidentes experimentados, uno en octubre de 2018 en Indonesia, y otro el 10 de marzo en Etiopía, en los que perdieron la vida 346 personas.
Al hilo de ello, Boeing aseguró hace unos días que sigue "trabajando estrechamente con la FAA, el regulador aéreo de Estados Unidos, y otras autoridades, para obtener la certificación y el regreso seguro al servicio comercial". En este sentido, señaló que "con el riguroso escrutinio aplicado estamos seguros de que el Max será uno de los aviones más seguros para volar". Frente a estas declaraciones, los inversores aplaudieron la nueva línea de tiempo, que indicaría que la compañía está al final del proceso de obtener la aprobación de los reguladores para sus aviones más vendidos. No obstante, se da el caso de que compañías como Southwest Airlines y American Airlines retiraron desde el viernes pasado los aviones Max de sus horarios hasta principios de marzo, casi un año después de las órdenes de puesta en tierra de los reguladores.
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