Aeropuertos

El aeropuerto de Teruel quiere ser algo más que el mayor parking de aviones de Europa

Está cerca de empezar a operar pequeños vuelos comerciales e inaugurará un nuevo negocio de pintura de aviones

Para el sector aeronáutico, Teruel existe. Vaya que si existe. En el municipio de Caudé se ubica el mayor centro de mantenimiento, almacenamiento de larga duración y reciclado de aeronaves de Europa. Plata, como se denomina oficialmente –acrónimo de Plataforma Aeronáutica de Teruel–, es un aeropuerto casi único. En torno a su inmensa pista de despegue, en la que puede despegar un Airbus A-380, el avión más grande del mundo, se concentra un gigantesco estacionamiento de larga estancia con capacidad para 250 aeronaves que llegan allí para su mantenimiento, aparcamiento o reciclado de piezas. Ese es el negocio principal de Plata. Pero tiene más. También se realizan pruebas de motores cohete, ensayos en vuelo, trabajos aéreos o investigaciones para el sector aeroespacial.

Pero Plata quiere seguir creciendo y para ello ha colocado la carga en su punto de mira. Esta misma semana, el Consejo Rector del Aeropuerto ha aprobado su Plan Director 2020-2030 en el que se recoge un análisis de la situación del aeródromo y establece tanto las necesidades a corto plazo, que están fijadas en el Plan Estratégico 2020-2023, como a largo plazo. El plan analiza la posibilidad de abrir una nueva línea de negocio con la operación de aviones de mercancías a partir de 2024. Como explica el director del aeropuerto, Alejandro Ibrahim, se trata de momento de una idea que todavía está en fase de estudio pero que, en su opinión, tiene visos de poder convertirse en realidad. «El tráfico de mercancías está creciendo a un ritmo de un 10% anual en los últimos ejercicios favorecido por el desarrollo del negocio del comercio electrónico, lo que nos hace pensar que podría haber espacio para más aeropuertos de los que ahora la operan».

Barajas y Zaragoza son en este momento los líderes de este sector en España. Pero Ibrahim cree que Teruel puede tener sitio. Aunque esté muy cerca de Zaragoza, a 150 kilómetros, Ibrahim argumenta que el aeródromo de la capital aragonesa tampoco está tan lejos de Madrid, a unos 300 kilómetros, y hay negocio para los dos. En su opinión, su estratégico enclave, entre Madrid, Barcelona, Zaragoza y Bilbao (60% del PIB español y más de 20 millones de habitantes en un radio de 400 km) y próximo a Toulouse, uno de los centros del sector aeronáutico europeo, convierten al aeropuerto de Teruel en un candidato ideal para el negocio de la carga.

El aeropuerto se encuentra en la fase final de un proyecto de un hangar de pintura para aeronaves hasta tipo A350-900. En los planes de Teruel está también la aviación comercial, aunque a pequeña escala. El aeropuerto opera ya vuelos privados, pero está cerca de empezar a trabajar con pequeños aviones de pasajeros de hasta 19 plazas. La instalación está pendiente de un informe de la Dirección General de Aviación Civil para comenzar a operar. Abrir el aeropuerto a esta aviación obedece a una demanda de las compañías que ya trabajan en sus instalaciones, «que nos sugirieron la posibilidad de hacerlo directamente sin necesidad de tener que volar a otros aeropuertos», explica Ibrahim.

La carga, la aviación comercial o la pintura no dejarán de ser negocios complementarios al principal de Teruel, el estacionamiento y mantenimiento de aeronaves. Su dirección contempla una inversión de 30 millones de euros –el aeropuerto costó 45- que le convertirán, como dice su director, si no en el primero, en uno de los primeros centros de este tipo del mundo. La instalación ampliará la plataforma actual destinada al mantenimiento y aparcamiento de aeronaves en 37.000 metros cuadrados, con lo que tendrá un espacio total para estos fines de 100.000 m2. Asimismo, tiene proyectada la construcción de un hangar con capacidad para dos A380. También tiene en fase de construcción avanzada una nave logística de 900 metros cuadrados destinada al almacenaje de material aeronáutico.

Desde que arrancó su actividad siete años atrás, el aeropuerto de Teruel no ha parado de crecer. Sus gestores calculan que, hasta septiembre, sus ingresos de explotación han crecido un 15%. Estas ventas superan en un 50% a sus gastos, a pesar de que para seguir creciendo, la instalación ha duplicado su personal. En el primer semestre de 2019 se han superado las 3.000 operaciones aéreas y en los últimos tres años se han contabilizado unas 13.000.