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“Nuestros Premios tienen como misión fundamental mostrar modelos a la sociedad, transmitir referentes”

Entrevista con Teresa Sanjurjo, directora general de la Fundación Princesa de Asturias

Teresa Sanjurjo
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– ¿Cómo llegó a dirigir la Fundación Princesa de Asturias?

– Era directora de la Asociación Española de Fundaciones y recibí una llamada de alguien que, por razones que no me desveló, insistió en tener una reunión conmigo. Charlando con él, le dije que estaba feliz con la asociación, con el proyecto, con mis compañeros y con mi vida en Madrid y que no estaba en mis planes cambiar ni marcharme de una ciudad que me encantaba. Terminamos aquella extraña reunión y volvió a llamarme. Resultó que era un «headhunter» y que yo, sin saberlo, estaba participando en un proceso de selección. «Buscamos directora general para la Fundación Príncipe de Asturias (entonces aún se llamaba así). ¿Te interesa?». Y así fue.

– Era usted la candidata perfecta, tras haber dicho que no tenía ningunas ganas de salir de Madrid...

– ¡Jajaja! Sí, pero la propuesta claro que me interesó. Era el año 2009 y me trasladé. Al principio, sola. Luego, mi marido y mi hijo me acompañaron y en Asturias he sido madre otra vez.

– ¿Echó de menos el estrés de Madrid?

– En absoluto. Asturias es la tierra de mi familia y la vida aquí es más manejable, pero el reto que tenía por delante y la responsabilidad que asumí no me dejó estar muy relajada. Según llegué, casi empezamos con la reunión de los Jurados de 2010, así que no hubo transición. Consciente de lo afortunada que era, confié mucho en mí, porque no escatimo en esfuerzo, entusiasmo, escucha, buenas intenciones o voluntad. El entonces presidente Matías Rodriguez Inciarte me apoyó mucho.

– Organizar los premios considerados más importantes del mundo después de los Nobel es todo un desafío. ¿Cómo es su trabajo?

– No creo en los rankings y lo que nos interesa es competir contra nosotros mismos con el objetivo de hacerlo mejor cada año. Es un enorme trabajo organizar los procesos, los eventos y programas pedagógicos en los que implicamos a 114 colegios y miles de niños; contactamos con unas 4.000 personas o instituciones para que nos propongan candidatos cuyas trayectorias hay que contrastar, documentar y sintetizar para enviárselas a los miembros del jurado 2 o 3 semanas antes de que se reúnan de marzo a mayo. Se debate sobre unas 300 candidaturas en ocho categorías. Desarrollamos actividades todo el año en las que, finalmente, participan los propios premiados...no es solo la Gala.

– En estos 10 años, los premios se han consolidado. ¿Cómo ve la evolución?

– Tenemos claro que estos galardones tienen como misión fundamental mostrar modelos a la sociedad, transmitir referentes.

– ¿Son los adecuados nuestros referentes actuales?

– Creo que hay muchas instituciones y personas que hacen las cosas muy bien, pero hay mucho ruido que los tapa. Un ruido que va y viene y desvía la atención. Cada uno de nosotros no podemos arreglar el mundo pero si cumplir nuestra misión de la mejor manera posible, en lo grande y en lo pequeño. Debemos seguir generando impacto y valor social.

– ¿Hay falta de referentes femeninos?

– Hemos sufrido una falta de visibilidad del liderazgo femenino y, una vez lograda, esa conciencia, nos hace falta un tiempo de adaptación. A nosotros, por ejemplo, nos han dicho que no premiábamos suficientemente a las mujeres, pero los premios no se dan por cuota. Para que una mujer salga premiada debe llegarnos su candidatura y, hace apenas seis años, sólo un 7% de las candidatas eran mujeres. Por qué no llegaban, no lo sé: factores sociales, culturales... Hemos realizado un gran esfuerzo por identificar perfiles de mujer y, hoy, las candidaturas femeninas son un 25-26%. El jurado no podía premiar lo que no llegaba hasta él.