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El suministro de teléfonos móviles, en riesgo por el coronavirus

Orange asegura que habrá problemas con el “stock” de terminales si la epidemia no remite en tres meses

Tienda de Orange
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Algo que parece tan alcance de todos y tan sencillo de conseguir como es un teléfono móvil podría convertirse en un bien muy preciado en sólo unas semanas. China es la fábrica del mundo. Y entre los productos que fabrica con profusión están los terminales que venden las operadoras y sus componentes. Y, ahora mismos, estas factorías están al mínimo por el coronavirus. Tan en mínimos que Orange calcula que si la epidemia no remite, en tres meses podría haber problemas de suministro. Diego Martínez, director de Residencial y Financiero de la compañía, ha asegurado que la operadora francesa puso en marcha semanas atrás un plan de contingencia para que las tiendas tengan un “stock” suficiente de terminales dadas las dificultades de suministro que están experimentando de sus proveedores con los fabricantes chinos. No obstante, ha asegurado que, si la pandemia no remite, puede haber dificultades con el suministro en un plazo de tres meses. Martínez, no obstante, prefiere ser optimista y agarrarse a los últimos informes sobre la epidemia, que aseguran que, si no remitiendo, al menos se estaría estabilizando.

Martínez se ha referido al coronavirus y su incidencia en el sector de las “telecos” durante la presentación de resultados de la filial española de Orange. En 2019, la compañía facturó 5.280 millones de euros, un 1,5% menos que el ejercicio anterior. Un recorte que refleja la situación de extrema competencia que se vive en un sector en el que compañías “low cost” como Mas Movil o Lowi están marcando el paso al resto. Pese a esta caída de la facturación, Orange logró mejorar su EbitdaaL (beneficio bruto después de alquileres) en un 0,3%, hasta los 1.646 millones, gracias a su modelo operativo de optimización de costes que se asienta en un uso intensivo del “big data”. La compañía cerró 2019 con un retroceso del 1,9% en sus clientes de banda ancha fija, hasta los 4,075 millones, de los cuales el 83,4% son clientes con paquetes convergentes (móvil, internet y televisión). Laurent Paillassot, consejero delegado de la compañía en España, ha atribuido este retroceso a la falta de posicionamiento de la compañía en el segmento “low cost”. “Hemos defendido bien la posición de Orange y Jazztel [marcas de gama media y alta de la compañía], pero tenemos tasas negativas de portabilidad porque no hemos entrado en la guerra de precios del bajo coste”, ha explicado Paillassot.

No a la guerra de precios

Sin que su plan pase por competir en precios con otras compañías, Orange asegura ser consciente de que debe ganar posiciones en el segmento más económico para evitar la fuga de clientes. Para ello, Paillassot ha explicado que, en lugar de centrarse en el precio, la compañía apostará por posicionar sus tres marcas “low cost”, Simyo, Amena y República Móvil, para llegar a diferentes tipos de clientes. “Tenemos mucho potencial usando las tres marcas con posicionamientos diferentes, con estrategias diferentes y complementarias para atraer sectores del mercado sin canibalizar nuestras marcas premium”, ha explicado Paillassot.

Como ha venido haciendo hasta ahora, la prioridad de Orange será crecer en valor, no en volumen, una estrategia que le ha permitido mantener sus ingresos. Para ello, seguirá potenciando sus marcas premium y media Orange y Jazztel, con iniciativas como los datos ilimitados para la primera o la mejora de prestaciones de la segunda, ambas manteniendo los precios a los clientes. Paillassot ha explicado en este sentido que al no querer entrar en la guerra de precios desatada por otros competidores, los datos ilimitados que ofrece en sus tarifas premium no tienen sentido en las de bajo coste.