Industria del automóvil

Los coches eléctricos no tienen quien los repare

Ni siquiera los talleres oficiales están preparados: «Nos están llegando de sopetón». Los servicios de emergencia tampoco están preparados para rescatar a los conductores de estos vehículos

Volkswagen factory in Zwickau
Un técnico de Volkswagen trabaja en la fabricación de un vehículo eléctrico en AlemaniaUWE MEINHOLDEFE

Más de veinte años en la profesión no son experiencia suficiente para que un mecánico de un taller español sepa afrontar la reparación de un coche eléctrico. Ni siquiera los propios servicios oficiales están preparados. «Nos están llegando de sopetón», cuenta un mecánico del grupo PSA. Las propias firmas comenzaron a proporcionar formación a sus técnicos hace apenas dos años, pero la información llega con cuentagotas a los talleres de barrio. «No reciben mucha formación porque los primeros eléctricos no necesitan reparación. Aún están en garantía y van a los servicios oficiales», recalca. Sin embargo, el «boom» de los híbridos y los eléctricos ya está aquí y «en apenas 10 años el panorama va a cambiar muchísimo», alerta Guillermo Moreno, vicepresidente de la Confederación Española de Talleres (CETRAA). La capacidad de adaptación ante la avalancha de estos vehículos será un factor clave, tanto para la supervivencia de los talleres, como de los propios conductores, ya que ni siquiera los servicios de emergencia cuentan con la formación necesaria para enfrentarse a los cableados de estos vehículos al practicar una descarcelación.

España contaba en 2019 con más de 63.000 vehículos eléctricos en circulación, de los cuales 25.000 son automóviles, menos del 1% del parque automovilístico total del país, situado en 24 millones, según el portal Autocasión. «El parque de vehículos cien por cien eléctricos es tan pequeño y tan joven» que en la mayoría de los talleres apenas se realizan operaciones sobre ellos, señalan desde la Federación Española de Empresarios de Automoción (Conepa). Pero, ante la previsión de que su llegada vaya aumentando, las asociaciones del sector del motor han comenzado a ofrecer cursos y talleres de formación sobre vehículos eléctricos. No obstante, «esta demanda es prácticamente nula en las provincias pequeñas», advierten desde Conepa. «Hay talleres a los que se les va a escapar el tren y luego no podrán coger el ritmo», añade Guillermo Moreno.

Con menos piezas y sin apenas necesidades de mantenimiento, los vehículos eléctricos no deberían convertirse en un dolor de cabeza para los talleres. «La adecuación técnica no es un obstáculo insalvable. Eso sí, hay que invertir en formación», señalan desde CETRAA. «Un mecánico de coches eléctricos debe tener conocimientos especializados», declaran desde Conepa, sobre todo «en alta tensión», añade el mecánico del grupo PSA. Este requerimiento no se aplicaba en la formación profesional (FP) de hace 20 años, ni en la actual. «Se está impartiendo una educación desfasada» y que «no se adapta a los cambios de mercado», denuncia Conepa. Tan solo los mecánicos que trabajan para talleres oficiales de firmas que fabrican vehículos eléctricos tienen su propia formación. En el grupo PSA, todos los mecánicos pueden acceder a formación online en su tiempo libre y están obligados a asistir a cursos presenciales. A pesar de ello, en uno de sus talleres en Madrid, solo tres de ocho de sus mecánicos saben manejar este tipo de vehículos. Una proporción que desciende notablemente si el taller no pertenece a una firma en concreto. Por ello, Conepa pide al ministerio competente que ponga al día los programas de FP.

El peligro de la electricidad

La Administración o las propias firmas podrían estar convirtiéndose en obstáculos para la democratización de estos conocimientos, opina un bombero de Leganés (Madrid). La electricidad es una amenaza mortal e indetectable. La gasolina avisa a nuestro olfato antes del desastre, la electricidad no. Un pequeño chispazo sobre la piel es suficiente para fulminar a un mecánico, a una persona atrapada en un coche eléctrico o al bombero que intenta liberarla. Los conocimientos eléctricos y sobre programación pueden marcar la diferencia en un rescate. Por eso, algunos bomberos ya «están pagando con su dinero cursos para formarse en la materia», señala este bombero. «Los fabricantes deberían enviar una hoja de rescate de cada modelo que muestre cómo desactivar la batería» para poder asistir de modo seguro a los conductores de coches eléctricos e híbridos, reclaman los servicios de emergencia.

Los mecánicos suelen trabajar con tensiones de entre 6 y 24 voltios, una exposición que se dispara hasta los 340 o 450 voltios en el caso de los coches eléctricos. A pequeña escala, ningún conductor está obligado ya a llevar lámparas de repuesto debido al alto riesgo que conlleva su sustitución. «Estamos hablando de corrientes que sobrepasan los 5.000 voltios», advierte el vicepresidente de CETRAA. Los mecánicos que están en contacto con estos vehículos deben trabajar en una zona perimetrada, rodeada de cadenas, señalizada y con equipos de protección, compuestos por herramientas tales como una pértiga que sirve para separar del vehículo a un mecánico alcanzado por la corriente.