Coronavirus
La Reserva Federal baja por sorpresa los tipos medio punto por el coronavirus
El banco central estadounidense justifica la medida por la «magnitud y persistencia» de la epidemia. Trump celebra el primer recorte desde 2008, aunque considera que es insuficiente y debe dar «más facilidades»
La Reserva Federal de EE UU cortó ayer por sorpresa los tipos de interés en medio punto. La primera medida de este tipo desde la gran crisis financiera de 2008. Una solución de urgencia, que cogió desprevenidos a los inversores y provocó grandes turbulencias en Wall Street. Hasta el punto de que el índice Dow Jones acumulaba pérdidas de 980 puntos, un 3,67%, a dos horas del cierre de la sesión. La caída, que pulverizó parte de las ganancias del lunes, anunciaba las inquietudes de los inversores.
Que el estado de ánimo forma parte del juego bursátil lo demuestra el hecho que la subida del lunes fue debida, precisamente, a los rumores de un recorte de los tipos por parte de la Fed. Quizá lo que nadie esperaba entonces fuera la premura. En especial porque que Jerome Powell, director de la Rerserva Federal, parecía decidido a coordinar sus movimientos con el resto de la comunidad internacional y del G-7. De hecho, acababa de tener lugar una reunión telemática horas antes de que la Fed anunciase su medida. Pero la situación era ya lo suficientemente dramática como para considerar la urgencia de una intervención.
En una comparecencia ante los medios, Powell, que en no pocas ocasiones suscitó las críticas del presidente estadounidense, Donald Trump, por su reticencia a bajar los tipos, explicó que el coronavirus es ya un factor de distorsión a nivel mundial y que sus efectos «pesará en la actividad económica aquí y en el extranjero durante algún tiempo». «La magnitud y la persistencia de los efectos generales en la economía siguen siendo muy inciertos», añadió. Lo cierto es que a día de hoy la crisis por el coronavirus envía signos dispares, entre la tímida esperanza de una contención de la avalancha de casos en China y el desarrollo explosivo en el norte de Italia o Irán.
En Estados Unidos son ya más de 100 los infectados y seis los fallecidos. La gran cantidad de focos y el hecho de que varios de los contagiados no hayan viajado a los países más afectados por el virus ni hayan estado en contacto con ningún paciente conocido multiplicaba la inquietud de las autoridades. Mientras los médicos advierten de que estamos todavía lejos del punto de no retorno, cuando los esfuerzos deben ya enfocarse en salvar vidas más que en detener lo imposible, el avance de la enfermedad, y la creciente certidumbre de una ralentización económica, incluso de una posible recesión, provocaba al fin la explosiva reacción de la Fed. «Reconocemos que un recorte de las tasas no reducirá los números de la infección», explicó Powell y «no arreglará una cadena de suministro rota, pero creemos que proporcionará un impulso significativo a la economía. Y ayudará a aumentar la confianza de los hogares y las empresas».
Desde luego el presidente Trump celebró por una vez la medida de Powell aunque no dejo pasar la ocasión de advertir que no será suficiente. «La Reserva Federal está recortando», exclamó, «pero debe dar más facilidades y, lo más importante, alinearse con otros países-competidores. No estamos jugando en un campo de juego equitativo. No es justo para Estados Unidos. Es hora de que finalmente la Reserva Federal tome el liderazgo. ¡Más facilidades y cortes!», tuiteó. La Fed, entre tanto, asegura que su principal interés no tiene que ver con la medicina o la epidemiología, sino con las cifras del paro, la balanza de pagos, las inversiones, el precio de la vivienda, etc. Es desde ese preciso ecosistema, conscientes de que el mundo estaba mirando, que finalmente activaron el botón del pánico. Ahora sólo falta que la medida no sea antoje contraproducente.
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