Coronavirus

El suministro de productos básicos resistirá el impacto del coronavirus en España

Las empresas de distribución descartan desabastecimientos. Solo admiten retrasos puntuales en casos «muy limitados». Farmacéuticas y tecnológicas creen, en cambio, que tendrán problemas en un mes

Residentes milaneses se abastecen de productos básicos en un supermercado en Milán
Residentes milaneses se abastecen de productos básicos en un supermercado en MilánCARLO COZZOLIEFE

Un ataque de pánico es el peor aliado para resolver una crisis. Y el coronavirus ha provocado ya varios episodios entre los ciudadanos. Uno de los principales es el furor acaparador, que puede llevar al desabastecimiento de tiendas y supermercados. Ya ha pasado en países donde la crisis sanitaria ha impactado de lleno, como China, Italia, Australia o Alemania. No así en el caso de España. Nuestra dependencia del exterior en alimentación y productos básicos es mínima, por lo que por mucho acopio que hagan los consumidores sería «prácticamente imposible un colapso de la cadena de suministro o un desabastecimiento generalizado. Pueden darse problemas en productos y casos puntuales. Nada más. Y no se extenderían mucho en el tiempo». Así de tranquilizadores se muestran las grandes empresas de distribución, que han confirmado a LA RAZÓN que el suministro está asegurado, ya que la mayoría de productos tienen origen nacional y la reposición es rápida. «Hasta ahora ha habido una demanda muy superior a la normal de productos desinfectantes, guantes de látex o papel higiénico, pero la reposición en los lineales ha sido casi inmediata».

No gozan de la misma tranquilidad otros sectores. Empresas farmacéuticas, tecnológicas, textiles y de automoción ya han empezado a implementar planes de contingencia ante la bajada de sus estocajes, el corte parcial en el suministro de componentes y materias primas, y el bloqueo de algunos productos por el cierre industrial en China. Al contrario que las empresas de distribución, las compañías de estos sectores advierten de posibles problemas de desabastecimiento a corto plazo si el bloqueo se prolonga en el tiempo y la producción se detiene. Estiman que los primeros efectos serios comenzarán a notarse a partir del mes que viene, cuando las reservas acumuladas en los almacenes de las empresas no cubran todas sus necesidades de material.

Algunos sectores tienen una dependencia casi total del gigante asiático. En el caso del sector farmacéutico, un gran número de los componentes de los medicamentos fabricados en Europa proceden de las factorías chinas. Por eso, la patronal Farmaindustria ya ha pedido a sus asociados que informen de cualquier anomalía que tengan en sus pedidos, además de que evalúen la actual situación de desabastecimiento de algunos medicamentos, que se ha cronificado a lo largo de los últimos meses. «Ahora mismo se comercializan en España más de 15.000 referencias y existen problemas con 500 de ellas, apenas un 3%. Pero esta situación puede empeorar muy rápidamente si no se reinicia la producción en China o no se buscan nuevos proveedores, algo que no es fácil», explican desde la patronal.

Fernando Simón, director de coordinación de emergencias, confirmó esta semana que «ahora no existen problemas para adquirir medicamentos», aunque reconoció que hay «disfunciones puntuales» con las mascarillas y algunos productos sanitarios –no solo en España, sino también en otros países de la UE–. Para intentar paliarlo, Bruselas ha propuesto una fórmula de compra centralizada que facilite el control sobre el precio y evite la especulación en el proceso, pero a este modelo debe ratificarlo cada uno de los países miembros.

En los sectores dependientes de las nuevas tecnologías y de la electrónica el problema radica en que se ha cortado de raíz la llegada de componentes y materias primas, pero también de productos finales, como móviles, ordenadores, tablets y otros aparatos electrónicos. El cierre de las fábricas chinas ha provocado este vacío que, de momento no afecta al consumidor, pero cuyos efectos pueden notarse «en un mes», apuntan fuentes del sector.

En el caso de la automoción, el problema radica en que la dependencia del exterior es máxima, ya que la mayoría de componentes y piezas que se montan en las factorías españolas llegan del exterior. Desde la patronal Anfac, han apelado a la tranquilidad, aunque también han advertido que «la automoción es un sector muy sensible a las alteraciones de los mercados». Aseguran que, «a día de hoy, no se prevén problemas de suministro a corto plazo, porque los principales proveedores son europeos».

Más negro lo ven las empresas de logística, que fechan a mediados de abril los primeros problemas de desabastecimiento, principalmente en productos textiles, alta tecnología, componentes y artículos del hogar.