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Sin vacaciones y con trabajo los fines de semana para evitar “una catástrofe económica”

Un estudio de la Universidad Autónoma de Barcelona sugiere recuperar gradualmente la actividad con medidas para recuperar el trabajo perdido por la hibernación

The spread of the coronavirus disease (COVID-19) in Troisdorf
La actividad de sectores no esenciales ha sido paralizada por el GobiernoWolfgang RattayReuters

La economía española se encuentra en estado de “hibernación”, según la terminología acuñada por el Gobierno para definir el parón que ha decretado de las actividades no esenciales por el estado de alarma. La realidad, por mucho eufemismo que emplee para definir la situación, es que el Ejecutivo ha parado en seco la actividad que no considera imprescindible para tratar de frenar la expansión del coronavirus. En las últimas semanas, la salud ha prevalecido sobre cualquier otro criterio en la toma de decisiones de Moncloa. Pero los economistas se empiezan a temer que si el confinamiento y la inactividad se prolongan demasiado en el tiempo, la economía sufrirá daños irreparables a corto y medio plazo.

Algunas voces han comenzado ya a sugerir que la actividad debería ir recuperándose de forma gradual para mitigar los daños. Sugieren, por ejemplo, que aquellos que ya han superado el Covid-19 puedan reincorporarse a su puesto de trabajo con las debidas medidas de seguridad una vez se han inmunizado frente al virus. Otros empiezan a lanzar ideas para recuperar las horas de trabajo perdidas. Es lo que han hecho tres expertos de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) que en un trabajado titulado “Evidencias de un emergente resquicio de esperanza. El difícil camino para evitar una catástrofe económica en España e Italia”, proponen trabajar los fines de semana y suspender parte de las vacaciones de verano para recuperar cuanto antes el nivel de actividad previo a la crisis del coronavirus.

Propuestas

Christopher Busch, Alexander Ludwig y Raül Santaeulàlia-Llopis, autores del estudio, consideran que “las medidas de bloqueo promulgadas están creando (y crearán) costes económicos y sociales muy altos pero que creemos todavía pueden reducirse sustancialmente si actuamos a tiempo”. Según estos tres expertos, “varios indicadores de la epidemia en el escenario de España e Italia sugieren que ya es hora de empezar a levantar las medidas de confinamiento y bloqueo económico existentes”. En vista de la mejora de la situación, Busch, Ludwig y Santaeulàlia-Llopis proponen ir recuperando la actividad económica de forma gradual con diferentes medidas. En primer lugar, proponen “que regresen los grupos con baja prevalencia y baja tasa de infección. Esto se debe hacer de manera paulatina, pero con frecuentes actualizaciones conforme surjan las pruebas representativas. Si las pruebas apuntan a que gran parte de la población ya está infectada, debemos plantear levantar el confinamiento más rápidamente”, según explican. Para recuperar el tiempo perdido durante la hibernación, plantean “extensiones del trabajo en sábado y domingo se deberían considerar la para producción de bienes y servicios en los que sea factible”.

Los autores también proponen que para garantizar el distanciamiento social durante los desplazamientos y en el lugar de trabajo, “el transporte público debe restablecerse a plena capacidad”. Además, sugieren que la jornada laboral se extienda a 16 horas “con empresas que ajusten su inicio y final de actividad de manera que menos trabajadores viajen y estén en su lugar de trabajo al mismo tiempo”.

Por último, proponen que los sindicatos, los empresarios y los gobiernos se coordinen para suspender parcialmente las vacaciones de verano para, de ese modo, “compensar parcialmente la pérdida de actividad económica”.

Mejora de la situación

Los tres expertos apoyan su tesis de que la situación ha mejorado lo suficiente como para pensar en una reactivación progresiva de la actividad en datos de la Johns Hopkins University. Según estos análisis, “el flujo de muertes diarias está ya empezando a disminuir. La caída en el número diario de muertes, es decir, una tasa negativa de crecimiento en el flujo de muertes, indica ya un avanzado estado de la epidemia”. Esto es posiblemente más cierto para España e Italia que para otros países dado que “tanto en España como en Italia las unidades de cuidado intensivo (UCI) y hospitalizaciones ya alcanzan su techo de capacidad. Es decir, el descenso en el flujo de muertes aquí no parece deberse a una mejora en el tratamiento, sino al hecho de que hubo menos infectados por el coronavirus hace dos semanas que hace más de dos semanas”, explican. Además, según añaden, “el flujo de nuevas infecciones diarios se está allanando desde hace una semana, y ya ha empezado a bajar durante los últimos días”.