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Aena ha echado ya el cierre a nueve aeropuertos

En los últimos días, cuatro aeródromos más se han sumado a los que ya sólo operan bajo demanda y para vuelos esenciales

Coronavirus aeropuertos
Imagen del aeropuerto de Manises (Valencia) completamente vacío el pasado viernesJuan Carlos CárdenasEFE

Aena sigue ajustando su operativa a la repentina caída en picado del tráfico aéreo provocada por las restricciones a la movilidad decretadas para frenar la expansión de la pandemia del coronavirus. Si el pasado día 7 el gestor aeroportuario decidió echar la persiana en cinco de sus aeropuertos y dejar su actividad bajo mínimos, en los últimos días otras cuatro instalaciones han pasado a operar bajo las mismas condiciones. Se trata de las de Logroño-Agoncillo, el Aeropuertos Internacional de la Región de Murcia, el de Almería y el de Pamplona. Todos ellos se suman a los de Asturias, Vigo, La Coruña, Granada-Jaén y Santander, cuya actividad ya quedó reducida días atrás al mínimo por causa del coronavirus.

Como en el caso de los cinco primeros, los cuatro nuevos aeródromos que Aena ha cerrado al tráfico comercial regular operarán únicamente a demanda dentro de su horario operativo habitual, bajo petición previa de las compañías aéreas con tres horas de antelación. Además, su actividad en lo que a los vuelos de carácter esencial se refiere estará garantizada en las mismas condiciones que venían realizándose hasta ahora.

La carga, prioritaria

La entrada en barrena del tráfico aéreo ha llevado al gestor aeroportuario a tomar la decisión de ajustar la capacidad de sus aeropuertos a las necesidades concretas de la operativa actual. Los aeropuertos de la red de Aena apenas llegan en estos días a las 200 operaciones diarias, según los datos que aportó ayer la secretaria general de Transportes, María José Rallo. En este momento, con los vuelos comerciales suspendidos casi en su totalidad, sus prioridades pasan por mantener la actividad de los vuelos de carga destinados al abastecimiento de la población y a las actividades esenciales, los cargueros que transportan la mercancía sanitaria, y otros vuelos de emergencias, de la Organización Nacional de Trasplantes, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad u otros comerciales que se ajusten a lo establecido por los diversos reales decretos. Con el cierre, además, el gestor aeroportuario no sólo reduce costes derivados de mantener abiertas instalaciones que no se van a utilizar en las actuales condiciones de restricción de la movilidad sino que, como explican fuentes de la propia compañía, reduce el riesgo de que sus trabajadores resulten contagiados por el Covid-19.

Las cuentas de Aena se están viendo seriamente afectadas por la interrupción del tráfico aéreo. Tanto es así que la compañía comunicó el pasado 1 de abril a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que ha suscrito nuevos préstamos con diversas entidades financieras por una cuantía de 1.075 millones de euros para reforzar su liquidez. Los préstamos tienen plazos de vencimiento de entre uno y cuatro años, según explicó la empresa semipública.

Con la firma de esta financiación, Aena cuenta con una disponibilidad de caja y crédito de 2.425 millones de euros. A esto se le añade la posibilidad de realizar emisiones a través del programa de Euro Commercial Paper (ECP) de hasta 900 millones de euros, de los que, a la fecha de hoy, se encuentran disponibles 495 millones de euros.

Más préstamos

Los aeropuertos afectados por los cierres parciales de su actividad tienen un tráfico limitado. La Coruña (44.475) fue por el que más viajeros pasaron en marzo, cuando el coronavirus comenzó a dejarse sentir con fuerza en España. Ese mismo mes, en Logroño, por ejemplo, apenas se registraron 414 pasajeros, según los datos oficiales reportados por Aena.

Pero los ajustes operativos no se han ceñido a estos pequeños aeropuertos. Los grandes también han reorganizados sus instalaciones para adecuarlas a la nueva realidad del sector aéreo. En Madrid-Barajas, todas las operaciones se han concentrado en la T-4, mientras que en Barcelona-El Prat se realizan desde la T-1. En el caso de Palma de Mallorca, todas sus actividades han quedado concentradas en el Módulo B, mientras que en Málaga, el control de seguridad y el embarque se hacen en la T-2. En Gran Canaria, Aena ha cerrado dos terceras partes de la terminal del aeropuerto.