El desplome de la vivienda que viene en 2020: hasta un 30% menos de ventas de las previstas por el Covid-19

El sector inmobiliario no esperaba un año 2020 especialmente boyante. Con la economía perdiendo fuelle desde hace meses, el mercado apuntaba a una ligera desaceleración, pero con un volumen de ventas algo por encima de las 500.000 unidades. Pero la irrupción del coronavirus ha cambiado por completo el panoramay aboca las transacciones a un derrumbe que algunos expertos creen que podría incluso alcanzar el 30% respecto a la cota del medio millón prevista.

Coronavirus al margen, el ejercicio ya venía algo torcido para el sector inmobiliario. El mes pasado apenas se registró un ínfimo repunte del 0,1% en las operaciones de compraventa de vivienda con respecto al año pasado, hasta las 44.104, según la estadística publicada esta semana por el INE. Sumado este dato al mal arranque de enero, el resultado es que en los dos primeros meses del año, las transacciones retrocedieron un 1,3% respecto al mismo periodo de 2019. En el escenario precovid, Fernando Encinar, jefe de Estudios del portal inmobiliario idealista.com, anticipaba un cierre de año con una ligera desaceleración, aunque por encima de las 500.000 operaciones. Pero la irrupción de la pandemia “ha cambiado por completo" la realidad, según advierte. “Es probable que terminemos el año con una horquilla entre 350-370.000 viviendas vendidas”, explica. Eso supondría hasta un 30% menos de ventas de las previstas. "2020 será dramáticamente bajo y el mercado, si se toman las medidas económicas y laborales adecuadas, podría comenzar a mostrar síntomas de recuperación a finales de año y progresar durante 2021, aunque tardaremos en volver a los niveles previos a la pandemia”, advierte Encinar.

Algo más optimistas son las previsiones de Ferran Font, director de estudios de Pisos.com. Font prevé dos escenarios.Si la recuperación del mercado después del confinamiento es rápida, el volumen total de operaciones inmobiliarias estará en torno a las 450.000 en 2020, lo que supondría una caída del 10% respecto a las 500.000 que se esperaban para este año. Si la recuperación fuera más lenta, las operaciones registradas serían unas 400.000, un 20% menos, según sus previsiones. Para el comprador, no obstante, será “un buen momento”, asegura Font. “No porque la caída de precios vaya a ser generalizada y muy grande, sino porque probablemente haya propietarios interesados en vender lo más rápido posible su vivienda”, lo cual significa que tendrá que hacer adaptaciones en el precio y se presentarán “oportunidades interesantes para aquella demanda que disponga de capacidad económica o ahorros previos”, según explica.

Financiación y precios

Para los que tengan oportunidad de comprar, también será un buen momento porque la financiación acompañará. Ruth Armesto, managing director de hipotecas.com, asegura que “la autoridad monetaria europea mantendrá la política de tipos bajos más tiempo para estimular la economía, por lo que será un buen momento para el inversor de compra de vivienda. No se prevé una subida del euribor, sino todo lo contrario. En este sentido, tampoco se prevé en el corto plazo que las condiciones de los bancos varíen”, explica.

En general, y como sucede en cualquier escenario de caída económica, los precios también van a sufrir con la pandemia. Font calcula que retrocederán en una horquilla que se sitúa entre el 6,6% y el 13,6%. El banco UBS sitúa la caída en un 6 %, con mayor incidencia en las localizaciones secundarias y en menor medida en las grandes ciudades, según un informe reciente. Font también coincide en que la caída será en mayor “en regiones rurales con menos industria o en aquellas muy ligadas al turismo”.

La profundidad del abismo para la vivienda dependerá de lo que se prolongue la crisis del coronavirus y cuan importantes sean sus efectos en al economía. Por de pronto, las previsiones para marzo apuntan a un derrumbe muy importante del sector. Tras conocerse las estadísticas de febrero, los portales inmobiliarios auguraron retrocesos en las ventas el pasado mes de entre el 45% -en niveles similares a los de la crisis de 2008- y el 60%. Una caída que podría prolongarse en los próximos meses si la pandemia no se pone bajo control.