Economía

Los empresarios a Calviño: «Ya no hay leña para tanto fuego»

La desconfianza ante las medidas del Gobierno crecen. Lamentan que el equipo económico «está en la inopia» y alejado de la realidad: «Estamos en muy malas manos»

«Ni ella misma se lo puede creer, parece Alicia en el país de las maravillas». La frase corresponde a un destacado empresario que habló hace unos días con la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño. Ante el tenebroso horizonte del déficit, las cifras de paro, la parálisis del tejido productivo y la destrucción del turismo, varios dirigentes llamaron a Calviño para expresar sus temores. La desconfianza empresarial crece cada día y observan al equipo económico del Gobierno noqueado por Pablo Iglesias y los ministros comunistas de Unidas Podemos.

Tras sus conversaciones con la número tres del Ejecutivo califican las medidas como desastrosas y las previsiones remitidas a Bruselas voluntaristas y alejadas de la economía real, a pie de calle. La incertidumbre es enorme en la CEOE, las patronales, el Instituto de Estudios Económicos, el Círculo de Empresarios y los autónomos. Uno de sus altos responsables se lo dijo gráficamente: «Estimada vicepresidenta, aquí ya no hay leña para tanto fuego».

En efecto, la rueda de prensa de Calviño y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha encendido todas las alarmas en el sector empresarial e industrial. Las previsiones macroeconómicas del gobierno anuncian un rescate europeo con drásticas medidas de ajuste, que desde luego rechazarán de plano las huestes comunistas de Pablo Iglesias.

En sus contactos con Nadia Calviño los empresarios ven ya la puerta a solicitar el fondo europeo de rescate, el llamado MEDE (Mecanismo Europeo de Estabilidad), reconocido por la propia vicepresidenta en su comparecencia, pero dudan de que las condiciones se flexibilicen por el tremendo «shock» de la pandemia. «Están en el limbo», dicen sobre el equipo económico del gobierno. Advierten que nadie que deba dinero a sus socios se puede permitir gastos y alegrías sociales como exige Pablo Iglesias, y mucho menos alentar fuertes inversiones con una deuda desbocada del 115 del PIB.

La sensación subyacente es una gran división dentro del equipo económico gubernamental entre las dos guardianas de la ortodoxia, Nadia Calviño y María Jesús Montero, y el resto de los ministros. El titular de Seguridad Social, José Luis Escrivá, anda a la greña con la comunista de Trabajo, Yolanda Díaz, que no para de incendiar el mercado laboral con sus declaraciones. Por no hablar del enojo de la ministra de Industria y Turismo, Reyes Maroto, intentando calmar las aguas ante el sector turístico a quien la antigua sindicalista gallega de Comisiones Obreras condujo a la tumba del mes de diciembre.

La gota que colmó el vaso fueron las arrogantes manifestaciones de la vicepresidenta cuarta, Teresa Ribera, amenazando a los hoteleros con no abrir sus establecimientos si no quieren. Un mazazo en toda regla, criticado por varios miembros del gabinete. «Denota una falta de sensibilidad sorprendente», confiesa uno de ellos sobre la inapropiada soberbia de Ribera.

El sentir empresarial es que el equipo económico «está en la inopia» y alejados por completo de la realidad. Calviño habla con la seguridad de una alta funcionaria de la Unión Europea y la altivez de quien siempre ha vivido del erario público. Lo mismo que Teresa Ribera, Escrivá, Maroto y José Luis Ábalos, este último con su componente de número dos del PSOE. Ninguno de ellos ha pisado una empresa y desconocen la economía real de la calle.» ¿Alguno ha visto la desolación de los comercios cerrados?. ¿Y los carteles que cuelgan cada día anunciando su cierre definitivo?».

Son preguntas que se hacen los empresarios, que ven a Pedro Sánchez noqueado por Pablo Iglesias y, para colmo ha metido en el Comité de crisis a la polémica ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, a su poderoso jefe de gabinete, Iván Redondo, y al de Pablo Iglesias, el antiguo JEMAD Julio Rodríguez, llamado «Julio el rojo». Todo ello expresa un gran lamento empresarial: «Estamos en muy malas manos».

El último Consejo de Ministros fue de traca. Una vez más, el debate sobre las fases de la desescalada afloró las grandes contradicciones de la coalición. Entre los ministros económicos que habían contactado con la patronal y los agentes sociales, Calviño, Montero y Maroto, frente a los comunistas bolivarianos Iglesias y Yolanda Díaz. Los primeros habían dado ciertas esperanzas al sector, pero Pedro Sánchez les soltó el dardo envenenado de que los pequeños negocios (bares, restaurantes y comercios), sólo podían abrir con un tercio de su aforo.

Las Pymes de la restauración y hostelería recibieron la noticia como una bomba. ¿Cómo es posible resistir con un tercio de los ingresos y la totalidad de los gastos?, se preguntan. «Nos la han vuelto a jugar», denuncian los dirigentes a quienes Calviño y otros ministros les habían anunciado las fases de apertura, aunque sin entrar en muchos detalles.

Nadie confía en que la economía se reactive al ritmo previsto del 6,8 del PIB para el 2021. La vicepresidenta tercera, Nadia Calviño, eludió las preguntas sobre la evolución de la tasa de paro y condiciones del MEDE europeo, mientras la titular de Hacienda, Maria Jesús Montero, lanzaba el mensaje de una subida de impuestos y un ajuste fiscal sin concretar. La grotesca ecuación de la V asimétrica les parece a los empresarios «una tomadura de pelo».

Todos ellos atisban un rescate inevitable para el otoño, bajo unas severas condiciones de recortes públicos rechazadas por Pablo Iglesias. ¿Aguantará entonces la coalición?, sugieren los empresarios. En su opinión, habrá un aumento de la tensión con Unidas Podemos y Pablo Iglesias jugará su baza electoral. «Dejará sólo a Sánchez con el marrón y le acusara de todos los males», opinan muchos analistas económicos.

Según fuentes gubernamentales, la estrategia de Pedro Sánchez, auspiciada por su «gurú», Iván Redondo, es resistir como sea hasta la primavera del 2021, confiando en un remonte de la economía para convocar elecciones. El problema es si habrá dinero para pagar los caprichos sociales de Pablo Iglesias, la abultada tasa de parados y organismos públicos. Los empresarios son pesimistas: «Esto no aguanta».

La ministra María Jesús Montero pretende sufragarlo con un alza de impuestos, que para los empresarios frenan todavía más la actividad económica. «El gobierno no tiene visión de estado para financiar el país», y apelan a un gran pacto con el PP, hoy por hoy totalmente imposible. En su opinión, llega la hora de la verdad para Pedro Sánchez frente a Pablo Iglesias.