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La sentencia sobre el BCE abre un pulso entre Bruselas y Berlín

Bruselas está sopesando la apertura de un procedimiento de infracción contra Alemania tras la rebelión de su Tribunal Constitucional

FILE PHOTO: German Chancellor Merkel welcomes International Monetary Fund Managing Director Lagarde ahead of the 'G20 Compact with Africa' summit at the Chancellery in Berlin
Angela Merkel y Christine Lagarde en una imagen de 2018 durante una cumbre del G20Hannibal HanschkeReuters

Bruselas no piensa quedarse de brazos cruzados. El ejecutivo comunitario está sopesando la apertura de un procedimiento de infracción contra Alemania tras la rebelión de su Tribunal Constitucional. La corte de Karsruhe sembró la semana pasada dudas sobre el programa de compra de deuda del Banco Central Europeo, en un momento en que la artillería de la entidad monetaria está permitiendo que el pánico no se apodere de los mercados financieros, ante los estragos económicos ocasionados por el coronavirus.

Pero las repercusiones de este fallo no son sólo económicas sino también jurídicas: el Tribunal de Justicia de la UE, el máximo órgano a la hora de sentar jurisprudencia sobre la interpretación del derecho europeo, ya se había pronunciado sobre este tema en 2018 y había avalado de manera expresa la política monetaria del BCE puesta en marcha por su ex presidente Mario Draghi. La sentencia del alto tribunal alemán –independientemente de su signo- pone en cuestión uno de los principales principios de existencia del club comunitario: la preminencia de la ley europea sobre la nacional en aquellos asuntos de su competencia.

La revuelta del tribunal de las togas rojas ha supuesto un misil en la capital comunitaria ya que abre una posible Caja de Pandora si otras cortes nacionales deciden seguir su ejemplo.

Este pasado sábado, la presidenta del ejecutivo comunitario, Úrsula von der Leyen contestó en un tiempo record a la pregunta parlamentaria planteada por del eurodiputado de los Verdes, Sven Giegold. En esta misiva la política alemana no descartaba expedientar a Berlín y, por si había pocas dudas sobre la seriedad del ultraje, ayer la Comisión Europea envió un comunicado en el que volvía a demostrar que no le temblará el pulso a la hora de actuar. Este pasado viernes, el Tribunal de Justicia de la UE también recordó que sus pronunciamientos suponen la última palabra en la aplicación del derecho europeo. “Ahora estamos analizando la sentencia del Tribunal Constitucional en detalle. Y evaluaremos los próximos pasos, lo que podría incluir la opción de procedimientos de infracción”, resalta el texto tras recordar que la Comisión Europea es la guardiana de los Tratados y, por lo tanto, debe asumir este deber. En el mismo comunicado se resaltan tres principios fundacionales del club y la moneda única: la política monetaria es de exclusiva competencia del derecho europeo, la preeminencia de la legislación comunitaria sobre la nacional y el carácter vinculante de los fallos del Tribunal radicado en Luxemburgo.

En Bruselas preocupa especialmente que las sentencias del alto tribunal europeo comiencen a ser ignoradas en países como Polonia y Hungría dónde la corte europea se ha convertido en un elemento indispensable para frenar su deriva autoritaria y preservar la separación de poderes. “La Unión Europea es una comunidad de valores y Derecho, que debe ser sostenida y defendida en todo momento. Eso es lo que nos mantiene juntos. Eso es lo que nos representa”, concluye el comunicado.

La sentencia del Tribunal constitucional alemán da un ultimátum al BCE para que justifique su política monetaria expansiva y , si estas aclaraciones no resultasen convincentes, amenaza con que el Bundesbank deje de participar en el actual programa de deuda y venda sus obligaciones compradas con anterioridad. A pesar de estas advertencias, la presidenta de la entidad, Christine Lagarde, ya aclaró la semana pasada que el BCE continuará con su actual política “sin inmutarse” por el órdago alemán. En caso de que Bruselas acabe abriendo un procedimiento de infracción contra Alemania y el Bundesbank cumpla su amenaza, la pelota volvería a estar en el tejado del Tribunal de Justicia de Luxemburgo que es la única voz autorizada para resolver este tipo de disputas.