Empleo
El empleo perdido en el COVID-19 no se recuperará hasta 2026
Entre febrero y abril se perdieron 883.000 afiliados, el mismo número que se registró durante la crisis financiera de 2008/2009, según proyecciones de ManpowerGroup
España podría tardar casi una década en recuperar la pérdida ocupacional provocada por el COVID-19. Así se desprende al analizar los datos de afiliación a la Seguridad Social coincidiendo con la crisis sanitaria. Los 883.000 afiliados perdidos (4,6%) entre el 28 de febrero y el 31 de abril, equivalen a la pérdida registrada en los nueve primeros meses de la crisis financiera, desde septiembre de 2008 a marzo de 2009 o los dos primeros años de la crisis de 1991-94. En una hipótesis de mejora de la actividad durante la segunda mitad de 2020, se habrán destruido 1,5 millones de empleos en 2020, sin tener en cuenta los 1,2 millones de autónomos que han solicitado prestación por cese de actividad, y los 4 millones de profesionales incluidos en ERTES. Esta es una de las principales conclusiones recogidas en el Índice ManpowerGroup “La crisis del empleo del COVID-19: balance del choque ocupacional marzo-abril 2020 y perspectivas”.
Un escenario que podría agravarse todavía más, si finalmente la reforma laboral de 2012 fuera derogada, como plantearon anoche PSOE, Podemos y Bildu. “La derogación total o parcial de la reforma laboral que proponen PSOE, Bildu y Podemos, generará más incertidumbre y una anticipación de decisiones por parte de las empresas que no conviene a este país. La flexibilidad que da la reforma laboral en estos momentos, es necesaria si no queremos ver compañías cerrando”, apuntó Raúl Grijalba, presidente de ejecutivo de ManpowerGroup.
Si se confirma que el perfil de la crisis es en forma de una V particularmente aguda, en 2021 deberíamos asistir a una mejora de la ocupación, quizás en el entorno del 2%. Sin embargo y en la hipótesis de que en 2021 un 25% de los ocupados protegidos hoy en el esquema de ERTE terminaran perdiendo su empleo, tendremos que esperar hasta 2026, para reabsorber las pérdidas de ocupación provocadas por la pandemia del COVID-19, según el Índice ManpowerGroup.
Por su parte, Josep Oliver, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Complutense, señaló que la creación de empleo vivida desde 2014 (500.000 al año) será muy difícil de recuperar. “Hemos sufrido el choque más severo jamás experimentado por la economía española. En ninguna crisis anterior se había destruido tanto empleo en tan corto plazo de tiempo. Desde el punto de vista de la ocupación esta crisis no tiene parangón. Tenemos cinco millones de empleados protegidos por un ERTE y habrá que esperar para saber si esta actividad se mantendrá en el futuro”.
Restauración, construcción y comercio los sectores más afectados
El sector que más ha contribuido a la pérdida de afiliación es el de Restauración que, entre febrero y abril, han retrocedido un elevado –10,5% (perdiendo unos –136.000 afiliados), aportando el 17,2% de la pérdida de afiliación de estos dos meses.
A continuación, destacan las actividades de construcción especializada y la construcción de edificios que, conjuntamente, acumulan un retroceso de 130.000 empleos, explicando el 16,5% de la destrucción de afiliación.
Finalmente, el comercio al por menor, excepto vehículos de motor y educación, también ha reducido sus afiliados de forma intensa (un -3,4%, -63.000 afiliados), mientras que la educación se ha contraído más (un -5,1% y -56.000). La pérdida de afiliación entre la media de febrero y abril refleja la caída del Régimen General, que ha perdido unos 745.000 afiliados (un -5,0%), unos registros que explican más del 90% de la afiliación destruida en marzo y abril. Además del régimen general, son los empleados del hogar (que retrocede un –3,0% y –12.000) y del régimen especial de autónomos (-1,5%, unos -47.000 afiliados menos).
Mayor impacto sobre asalariados, con contrato temporal y a tiempo parcial
Por tipología de contratación, de febrero a abril, la afiliación con contrato temporal se reduce en -602.000, un elevado -14,7%, una caída muy por encima del –1,1% de los contratos indefinidos (unos -100.000 menos),
En el ámbito de la jornada, los afiliados han caído sustancialmente más en aquellos a jornada parcial: -10,1% (y –373.000 afiliados menos), muy por encima en términos relativos al tiempo completo (un –3,8% y unos –379.000). Esta asimetría tan marcada refleja, en lo fundamental, la muy intensa contracción de la jornada parcial en los contratos temporales (-18,9%, unos -284.000 afiliados menos).
Más severo en menores de 34 años, hombres e inmigrantes
Por edades, la pérdida de afiliación de los más jóvenes en marzo y abril ha sido muy elevado -8,2%, a comparar con la menor caída de los de 35 y más años (–2,8%). Así, los de 16 a 34 años, con un peso en febrero que superaba escasamente del 25% del total, han aportado más del 49% de la pérdida total de afiliación.
En el ámbito del género, el impacto ha sido menor en las mujeres. Este grupo, que pesaba un 46,6% de la afiliación en febrero, ha experimentado una caída del -3,6% (y –321.000 afiliados) y han aportado cerca del 41% de las pérdidas, una contracción inferior al -4,6% de los hombres (–471.000 afiliados).
Los hombres jóvenes (16 a 34 años), son los que más han sufrido el choque del coronavirus, con una pérdida relativa entre febrero y abril del -8,5%.
Según la nacionalidad, los extranjeros han presentado una contracción entre finales de febrero y de marzo mucho más intensa que los españoles (un –7,7% frente al -3,9%), aunque en términos absolutos su reducción es sensiblemente menor (unos -164.000 frente a los –670.000 de los españoles).
Mayores pérdidas en Canarias, Andalucía, Castilla-León, Comunidad Valenciana y Comunidad de Madrid
Por razones sectoriales las mayores pérdidas se han producido en Canarias: la hostelería ha contribuido con más de un tercio del total a su caída, mientras en Andalucía es el aporte negativo de la construcción (cerca de un 23% de la pérdida) y la hostelería (casi el 20%), dos sectores que explican el grueso de su pérdida (del -8,3%), algo parecido a lo que sucede en Castilla-León, donde hay que sumar a las actividades administrativas.
En la Comunidad Valenciana y la de Madrid, es la combinación de las pérdidas generadas en las principales ramas afectadas por el COVID-19 la que explica sus resultados.
Los aumentos de afiliación en sanidad han impedido que las pérdidas agregadas fueran mayores, en particular en Castilla-La Mancha, Navarra, País Vasco, y Castilla-León.
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