Vivienda

La casa en la playa ya no es la estrella de las segundas residencias

El buen funcionamiento del teletrabajo inclinará la búsqueda hacia viviendas que se disfruten más allá de las vacaciones, con más espacio, luminosidad o extras de las que tienen muchas de costa

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Algo tan español como la segunda residencia en la playa puede tener los días contados para muchos. Es una certeza que las necesidades habitacionales han cambiado y que, a raíz del confinamiento por el coronavirus, han surgido otras prioridades a considerar a la hora de adquirir un nuevo inmueble, como son que disponga de terraza o jardín. Pero los cambios, aparte de afectar a la compra de una vivienda habitual, también comprometerán la demanda de segundas residencias, según aseguran desde la inmobiliaria Solvia. El buen funcionamiento del teletrabajo ha convertido a las segundas viviendas en una alternativa a disfrutar más allá de las vacaciones. Este aumento de uso conllevará que los aspectos tradicionales que antes se tenían en cuenta a la hora de valorar su adquisición se modifiquen, dando lugar a la necesidad de mayor espacio, estancias para trabajar, luminosidad o extras, según aseguran los expertos de Solvia. Y muchas residencias de costa quedan lejos de cumplir con estos requisitos.

Tradicionalmente, las segundas viviendas de costa solían ser pequeños inmuebles de no más de 50 metros cuadradados y una habitación. Ahora, la prioridad estará en disponer de más superficie, flexibilidad y, sobre todo, estancias abiertas, según Solvia. Estas “no solo aportarán mayor sensación de amplitud. También incrementará la luminosidad de la vivienda y ayudará a crear ambientes más acogedores”. Tanto en el caso de los inmuebles de costa como en las casas ubicadas en zonas rurales, también se buscará que incluyan estancias que puedan adaptarse como espacio de trabajo, cuarto de juegos o zona de relajación.

En cuanto a la decoración, desde Solvia pronostican el fin del “reciclaje” de muebles procedentes de la primera vivienda. Ahora, el diseño de las segundas “tomará personalidad propia y el desembolso en su decoración será mayor, ya que el objetivo es disfrutarlas mucho más tiempo”.

Espacios exteriores

Como está ocurriendo en la caso de la primera residencia, Solvia considera que los compradores de segunda residencia valorarán extras como balcones, terrazas o jardines. Después de semanas de confinamiento, “los futuros compradores valoran mucho más el hecho de contar con estancias al aire libre (balcones, terrazas, patios, pequeños jardines…)”. Tener este tipo de extras de vivienda supone disfrutar de múltiples ventajas: posibilidad de hacer, desde casa, ejercicio al aire libre, plantar un pequeño huerto, organizar reuniones familiares... Esto también se trasladará a las segundas viviendas.

La luz natural también es un requisito que los expertos de Solvia consideran que se valorará al adquirir una segunda residencia. La iluminación natural, que anteriormente no era una prioridad absoluta en estas viviendas, tiene una gran influencia en la salud física y mental, por su papel protagonista en la regulación de gran parte de las funciones vitales del organismo y las buenas sensaciones que aporta, fomentando la concentración a la hora de trabajar y aportando mayor energía para afrontar el día. “Por no hablar de que una buena iluminación permitirá obtener el máximo rendimiento de las horas de sol, en detrimento del gasto en electricidad de la luz artificial”, añaden. Precisamente, ahora que parece que estas residencias se disfrutarán durante más tiempo, los expertos de la inmobiliaria destacan que el ahorro energético también tomará protagonismo. Esto ocasionará que se refuerce la importancia de contar con soluciones como electrodomésticos de bajo consumo, aislamiento térmico, tecnología inteligente con sistemas de localización o programable... También crecerá la instalación de sistemas de aislamiento acústico, a fin de garantizar el mayor ambiente de confort interior posible.