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La “mochila austriaca”, la solución del Banco de España para salvar la caja de la Seguridad Social

De Cos apuesta por mantener los mecanismos de protección al empleo y a las empresas, en base a la posibilidad de implantar un sistema mixto de protección y cotización

Comisión de Reconstrucción Social y Económica del Congreso de los Diputados
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, compareció en la Comisión de Reconstrucción Social y Económica del CongresoFERNANDO ALVARADOEFE

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ve en el empleo uno de los mayores retos que han de afrontar tanto el presente Gobierno como los posteriores que salgan de las urnas, máxime con una situación de máxima vulnerabilidad por culpa de la crisis del coronavirus. Por ello, en su último informe, apuesta por mantener los mecanismos de protección al empleo y a las empresas -en cuya base debe estar presente la posibilidad de implantar un sistema mixto de protección y cotización, lo que se conoce como “mochila austriaca”, así como extender las condiciones de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) vinculados al covid-19, y reformas estructurales y del sistema de pensiones.

El objetivo es que que la crisis económica que ha dejado el coronavirus no se cronifique, más allá del retroceso de entre el 16% y el 21,8% en el segundo trimestre del año, pronosticada por el supervisor bancario. Superada la fase de reactivación de la economía, el Banco de España incide en la necesidad de sanear las cuentas públicas a medio plazo y continuar con una agenda de reformas “ambiciosa” que reduzca el elevado déficit y la deuda pública. Y dentro de este saneamiento se encuentra la caja de la Seguridad Social, en quiebra técnica y con la necesidad de recibir créditos extraordinarios por parte del Estado para poder afrontar sus pagos, por lo que un “sistema mixto” de financiación -propone De Cos- sería una solución plausible para recuperar su viabilidad financiera.

Uno de los ejes principales de esta nueva política reformista debe ser la apuesta por las políticas activas de empleo y la formación de los trabajadores suspendidos temporalmente para mantener su empleabilidad, al tiempo que insiste en la necesidad de reforzar el sistema educativo y revisar los procesos de reestructuración e insolvencia. Para De Cos, uno de los grandes problemas estructurales del empleo en España es la temporalidad. Por ello, cree que “los mecanismos de protección al empleo deberían ser revisados bajo el prisma de compatibilizar la necesaria protección de los trabajadores con las necesidades de flexibilidad” pero, sobre todo, con el objetivo de alcanzar un “reparto más equitativo de la protección” entre los trabajadores con diferentes modalidades contractuales. Los mecanismos contractuales que evitan “fuertes discontinuidades” en el grado de protección del trabajador, en función del tipo de contrato que tenga en cada momento, constituyen “una opción interesante para afrontar esta importante disfuncionalidad de nuestro mercado laboral”.

En este sentido, el gobernador considera que explorar figuras como la de contratos con costes de despido crecientes puede constituir un buen punto de partida en la discusión sobre el diseño de un “nuevo marco regulatorio, que, en ningún caso, debería promover una ampliación de la brecha de protección ya existente entre trabajadores temporales e indefinidos”. Es en este punto donde De Cos apuesta por el desarrollo de modelos mixtos que combinen la posibilidad de acumular por anticipado una parte de los costes de despido en un fondo -a modo del tipo de la “mochila austriaca”-, mientras el trabajador mantiene el empleo, con una indemnización en caso de despido de cuantía creciente según la experiencia acumulada.

Para de Cos, “las políticas activas del mercado laboral y las políticas de formación, convenientemente rediseñadas para potenciar su eficacia y eficiencia, y dotadas con los recursos adecuados, constituyen una palanca natural que permita a los trabajadores adquirir nuevas competencias, perfeccionarlas y reciclarse profesionalmente ante un entorno cambiante y, previsiblemente, muy exigente en términos de habilidades tecnológicas. Este reto es aún más acuciante en un contexto de envejecimiento poblacional, al que me referiré más adelante”.