Aerolíneas
Vía libre al rescate de Lufthansa por el Estado alemán
Los accionistas votan a favor de la inyección pública de 9.000 millones de euros
El rescate de Lufthansa por el Estado alemán ya es un hecho. Los accionistas del grupo de aerolíneas han aprobado hoy en una junta extraordinaria aceptar una ayuda pública por valor de 9.000 millones de euros -6.000 millones en una inyección directa y otros 3.000 en avales concedidos por Berlín en marzo- que supone la entrada del Estado alemán en su accionariado con una participación del 20%. Sin este rescate, Lufthansa se hubiera tenido que declarar insolvente. “No tenemos más dinero”, ha dicho el presidente del consejo de supervisión, Karl-Ludwig Kley, en la junta extraordinaria que se celebró de manera virtual.
El rescate, con el que está asegurada la liquidez de la aerolínea, que ha sufrido hasta marzo una pérdida operativa antes de extraordinarios de 1.200 millones de euros tras la paralización de su actividad por el coronavirus; debía ser aprobada con una mayoría de, como mínimo, dos tercios. Para lograrlo, era fundamental que el accionistas mayoritario de la compañía, Hermann Thiele, que cuenta con más del 15% de los títulos, se decantara a favor de la medida. Thiele, pese a su negativa inicial, ha acabado aceptando el desembarco estatal en la compañía.
Autorización de la Comisión Europea
La junta se celebró en un estado de relativa tranquilidad puesto que, desde primera hora de la mañana, el rescate se daba por hecho tras el “sí” de Thiele a la ayuda y el visto bueno de la Comisión Europea. Bruselas ha autorizado la operación porque considera que la operación “es necesaria, apropiada y proporcionada para aliviar una alteración seria en la economía de un Estado miembro”, lo cual está “en línea” con las normas temporales de competencia que ha adoptado el Ejecutivo comunitario a causa del impacto económico del coronavirus, más relajadas que las habituales. “La ayuda para la recapitalización evitará la insolvencia de DLH (Deutsche Lufthansa AG, la empresa matriz de Lufthansa), que tendría serias consecuencias en el empleo, conectividad y volumen de comercio extranjero en Alemania”, señala. El rescate, prosigue, “no excede el mínimo necesario para asegurar la viabilidad” de la compañía y “no va más allá de restaurar la posición de capital previa” a la pandemia. Bruselas asegura que la operación “mantienen las salvaguardias necesarias para limitar las distorsiones a la competencia”, algo con lo que no todo el sector está de acuerdo.
Condiciones
Bruselas no ha concedido, sin embargo, un cheque en blanco a Berlín. Como condiciones para la aprobación del rescate, Alemania se ha comprometido a trabajar en una estrategia para su salida en los doce meses posteriores a la concesión de la ayuda, y a aportar un plan de reestructuración de la empresa si el Estado alemán sigue en la aerolínea dentro de seis años. Además, DLH tendrá prohibido repartir dividendos, bonus salariales o la recompra de acciones, con vistas a que los propietarios de la compañía tengan incentivos a adquirir de nuevo las acciones que ahora posee el Estado cuando la situación económica lo permita.
DLH tampoco podrá usar el dinero del rescate para apoyar la actividades de compañías integradas en el grupo que estuvieran en dificultades económicas antes del 31 de diciembre de 2019, ni, en principio, adquirir una participación de más del 10% en competidores u otros operadores en la misma línea de negocio. El acuerdo también implica la cesión de 24 “slots” -derechos de despegue y aterrizaje en determinadas franjas horarias- en los aeropuertos de Fráncfort y Múnich, lo que dará opción a la competencia a entrar en dos “hubs” en los que la presencia de Lufthansa es ahora mayoritaria.
Al comunicado de Bruselas se había sumado desde primera hora de la mañana la noticia de que Thiele iba a respaldar el rescate. El empresario, en declaraciones al diario “Frankfurter Allgemeine Zeitung”, había asegurado que votaría a favor de la ayuda del Estado alemán Hasta ahora, Thiele se había opuesto a que el Gobierno alemán fuera a hacerse con una participación en Lufthansa como contrapartida a su inyección de fondos y había pedido que se explorara una alternativa. Lufthansa había advertido de que el fracaso del rescate estatal significaría que el grupo debería declararse insolvente.
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