Pensiones

La deflación amenaza a las pensiones

Estas prestaciones se revalorizan por segundo año consecutivo muy por encima de los precios. Las previsiones apuntan al estancamiento del IPC hasta 2021, lo que dejará el alza para el año que viene rozando el mínimo del 0,25%

Una pareja de jubilados en un mercado de Barcelona
Una pareja de jubilados en un mercado de BarcelonaEmilio MorenattiAgencia AP

La subida de las pensiones decretada por el Gobierno este año es del 0,9%. Su aprobación llegó a primeros de enero, en el primer Consejo de Ministros del recién estrenado Gobierno de coalición. Nadie en el Ejecutivo vislumbraba el escenario que se cernía sobre España. De hecho, se garantizó en el Real Decreto-ley una compensación adicional a los pensionistas si se superaba la estimación prevista de subida en el IPC. El coste de esta revalorización se estimó en 1.406 millones de euros, de los que 1.229 millones de euros correspondían a la subida de las pensiones contributivas, 144 millones a la de las clases pasivas, 23 millones de euros a las pensiones no contributivas y 10 millones de euros a las prestaciones familiares por hijo a cargo, que también se revalorizaron un 0,9% en 2020.

Esta subida del 0,9% coincidía con la estimación media del IPC para este año. Sin embargo, los estragos de la pandemia han dado la vuelta a todas las previsiones. El INE avanzó ayer que el Índice de Precios de Consumo (IPC) subió un 0,5% en junio en relación al mes anterior y elevó seis décimas su tasa interanual, hasta el -0,3%, frente al -0,9% de mayo. Con este avance de seis décimas, el IPC interanual rompe una racha de cuatro meses de retrocesos y encadena tres meses en tasas negativas.

Este nuevo dato mantiene las perspectivas de estancamiento de los precios. El Gobierno, en la nueva previsión macroeconómica remitida a Bruselas reconoce que los deflactores del PIB y del consumo privado registrarán tasas ligeramente negativas en 2020, debido a la fuerte caída de los precios del petróleo y al impacto de la pandemia sobre la demanda agregada. Así, se vislumbra una contracción del 1% en el deflactor del PIB en 2020 seguida de una fuerte expansión en 2021 del 1,8%. Sin embargo, la Airef pronostica que los precios cerrarán con una variación entre el 0% y el -0,5% este año y que la recuperación de los mismos en 2021 rondará el 0,5%.

En cualquier caso, las pensiones volverán a engordar mucho más de lo que lo hacen los precios. En el escenario menos adverso, los precios se mantendrán estancados mientras que las pensiones subirán un 0,9% merced al alza aprobada por el Gobierno en enero. Un alza que no tiene marcha atrás, como sucedió en 2019.

El año pasado, las pensiones contributivas se revalorizaron un 1,6% y de las mínimas y no contributivas en un 3%. Se trataba de un alza que ya se recogía en los Presupuestos Generales del Estado para 2018, una medida que fue introducida gracias al acuerdo entre el PNV y el PP, en ese momento en el poder.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mantuvo el alza pese a que la previsión de inflación del Gobierno para 2019 era del 1% para que los pensionistas recuperaran poder adquisitivo. Y lo hicieron, ya que finalmente sus pensiones se revalorizaron más del doble de la subida final de los precios, puesto que el IPC finalmente se cuadró en diciembre con una subida del 0,8% interanual por el alza de los carburantes, según el INE, con un dato de media anual del 0,7%.

Tras dos años seguidos en los que los pensionistas habrán visto cómo sus nóminas ganan poder adquisitivo de forma meteórica habrá que ver si el Gobierno podrá mantener subidas de las mismas por encima del mínimo del 0,25% fijado por el PP en 2013 siempre que el sistema de la Seguridad Social se mantuviera en déficit. Con una previsión de evolución de los precios cercana a la deflación cualquier alza sería bienvenida.