Unión Europea
¿Qué son los “países frugales”?
La deuda pública de Holanda, Suecia, Dinamarca y Austria se encuentra por debajo de la media europea y en 2019 sus economías registraron superávit, mientras que el déficit español alcanzó el 2,8% del PIB
Austero, parco, sobrio, comedido, ahorrativo o mesurado. Todas estas palabras son sinónimo de “frugal”, el adjetivo con el que se han autodenominado Holanda, Suecia, Dinamarca y Austria y que define su postura en la cumbre destinada a pactar el plan de reconstrucción económica por la pandemia. Los “países frugales” piden, principalmente, que se reduzca tanto su volumen total como la proporción que se entregará en subvenciones con respecto a la propuesta sobre la mesa, que plantea un total de 750.000 millones de euros, de los que 500.000 millones serían subvenciones y 250.000 millones en créditos. En esta propuesta, reciben el apoyo de Finlandia.
También demandan un recorte en el presupuesto para 2021-2027 con respecto a los 1,074 billones de euros planteados ahora y quieren mantener sus cheques compensatorios. Estos “cheques” son unos descuentos que les permiten reducir su aportación y de los que también se beneficia Alemania. Su objetivo, en definitiva, es que la suma total de su desembolso sea la menor posible, por ello se oponen a los puntos principales del plan de recuperación de la UE.
Economías más saneadas
La austeridad también se refleja en su económica. La media de la deuda pública de la UE se sitúa en el 80% del PIB. La deuda de todos los “países frugales” se encuentra por debajo de esta cifra. Según datos de Eurostat, en 2018, la deuda de Dinamarca era del 34,1% del PIB, la de Suecia del 38,8%, la de Holanda del 52,4% del PIB y la de Austria más elevada, llegando a alcanzar el 73,8% de su PIB. Sin embargo, la deuda pública de España en 2018 fue del 97,1% y la de Italia del 132,2%, muy por encima de la media europea. En 2019 el déficit público en España alcanzó el 2,8% del PIB, mientras que Dinamarca, Suecia, Holanda y Austria tuvieron superávit.
Más garantías y control
Los “países frugales” son contribuyentes netos a las arcas comunitarias, lo que quiere decir que pagan más de lo que reciben. Con los daños económicos que ha provocado la crisis sanitaria, no están dispuestos a endeudarse sin saber a dónde irá a parar el dinero. Por ello, piden mayores garantías y condiciones para contribuir al fondo. Declaraciones como las del exministro holandés Jeroen Dijsselbloem reflejan, en parte, la opinión que los cuatro países austeros tiene de España o Italia, dos de los Veintisiete más afectados por la pandemia de Covid-19. En concreto, Dijsselbloem sugirió que no darían fondos a países que se gastarán el dinero en “alcohol y mujeres”. Este prejuicio fue condenado por el primer ministro portugués, Antonio Costa, quien lo calificó como “repugante”.
La desconfianza sobre la gestión de los países del sur de Europa también ha derivado en mayores exigencias de control sobre el destino de los fondos. En concreto, Holanda condiciona su aportación a la existencia de un plan de reformas por parte de los países receptores. Las reformas deberán ser de tipo laboral y de pensiones. El primer ministro holandés, el liberal Mark Rutte también exige que todos los Estado miembro tengan que tengan que aprobar por unanimidad los planes que tendrán que presentar los países para recibir ayudas del fondo de recuperación.
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