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El gasto del paro superará los 40.000 millones este año

El coste de las prestaciones se dispara un 106% en un año. Ascendieron a 3.238 millones de euros en el mes de julio

Presentación de los datos del paro del mes de agosto
El secretario de estado de Empleo y Economía Social, Joaquín Pérez Rey, en rueda de prensaEduardo ParraEuropa Press

Un 106,6% en un año. Eso es lo que ha aumentado el gasto total que el Servicio de Empleo Público Estatal (SEPE) ha desembolsado para pagar prestaciones por desempleo en el mes de julio. Fueron 3.237,9 millones de euros, una cifra que duplica la que contabilizó el mismo mes de 2019. Pese a ello, este importe es 877 millones de euros inferior al registrado en el mes de junio y 2.270 millones de euros inferior al del mes de mayo, cuando la partida de prestaciones alcanzó el máximo histórico durante el mayor pico de la pandemia y como consecuencia del confinamiento general de la población y la hibernación de la economía. Si los datos se centran en el número de solicitudes de prestaciones, las cifras asustan, ascendiendo el pasado julio a 2.696.490, lo que representa un 276,1% más que el mismo mes del año anterior. En total se tramitaron 2.116.271, lo que supone un aumento del 210,4% en los últimos doce meses.

El descenso de julio suma dos meses consecutivos de caídas. Sin embargo, desde que se declaró oficialmente el estado de pandemia, en el mes de marzo y entraron en vigor las primeras restricciones, el gasto en prestaciones por desempleo ha aumentado en 1.448,4 millones de euros, la diferencia que va desde los 1.789,2 contabilizados al final de marzo hasta los 3.237,9 de julio, según los datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social.

Pese a que el Ejecutivo ha evitado ofrecer previsiones oficiales sobre el gasto estimado hasta diciembre de este año en prestaciones de desempleo, las cuentas no son difíciles de hacer con los datos del primer semestre y, siguiendo una pauta lógica, la factura final a la que se tendrá que hacer frente superará de largo los 40.000 millones de euros, lo que significa duplicar lo que se pagó en 2019, que apenas llegó a los 19.000 millones. Y todo pese a que ese primer año de legislatura de Pedro Sánchez ya se elevó este gasto por primera vez en los últimos siete ejercicios.

Solo hasta el mes de junio, el Gobierno se vio obligado a hacer frente al pago de 3,4 millones de trabajadores que entraron directamente en ERTE por culpa de la crisis. Esta situación elevó la cuantía por encima de los 20.000 millones, cifra que se repetirá hasta diciembre si nos atenemos a lo declarado por Sánchez a finales del mes pasado, cuando reconoció que el paro costará a las arcas públicas alrededor de 4.000 millones al mes. Haciendo una simple cuenta de la vieja, la cifra superaría de largo los 20.000 millones. Sin embargo, en el mejor de los escenarios posibles, y manteniendo el gasto alrededor de los 3.300 millones, como en el mes de julio, la cifra podría reducirse hasta los 34.000 millones de euros este año. Pero los rebrotes y la amenaza de un nuevo confinamiento puede hacer saltar por los aires esta previsión.

Si se tiene en cuenta que todavía quedan bajo el paraguas de los ERTE 812.438 trabajadores –con la previsión casi total de que estos se prolongarán hasta diciembre tras acordarse con los agentes sociales–, su coste se mantendrá casi intacto hasta final de año, al ser un colectivo con una complicada vuelta a la actividad por depender de sectores muy volátiles, como el turismo. Todo esto, siempre y cuando el fin de la campaña de verano no eleve de nuevo el número de ERTE.