FMI

España crecerá un 7,2% en 2021 gracias a los fondos europeos

El FMI prevé que el PIB caiga un 12,8% este año, casi dos puntos más que la previsión de la ministra de Economía, pero mejora un punto su pronóstico para el año que viene

Colas en el comedor social y.centro de día Hijas de la Caridad San Vicente de Paul en Madrid
Colas en el comedor social y.centro de día Hijas de la Caridad San Vicente de Paul en Madrid©Gonzalo Pérez MataLa Razón.

La economía española recuperará en 2021 apenas la mitad del terreno perdido este año como consecuencia de la pandemia de Covid-19. Así lo estima el Fondo Monetario Internacional (FMI) en sus conclusiones sobre el impacto de la crisis sanitaria y económica. La institución pronostica, como en junio, una caída del PIB en 2020 del 12,8%, la más aguda de las grandes economías mundiales junto a Italia. El retroceso de casi seis años en términos de crecimiento se verá aliviado en 2021, cuando el FMI prevé un robusto crecimiento que, sin embargo, será insuficiente para volver a la casilla de salida. Para 2021, el PIB podría crecer un 7,2% graciasa los fondos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia de la UE y sus efectos de generación de confianza. Esta previsión supone una mejora de casi un punto porcentual en su anterior evaluación de junio, cuando se apuntó a una recuperación del 6,3% del PIB.

Pero la recuperación está en cuarentena, dependiendo a la capacidad de limitar nuevas infecciones. En este sentido, el FMI alerta del riesgo de la economía española ante una segunda oleada. El organismo recuerda que en el primer semestre, la economía española sufría la caída más pronunciada del PIB entre las grandes economías avanzadas. Mantener controlada la segunda oleada de infecciones “será crítico para las perspectivas económicas”.

“Las características estructurales de la economía (entre otras, un extenso sector servicios dominado por las pymes, la importancia del turismo y el uso generalizado de los contratos temporales) agudizaron el impacto del confinamiento y harán que la economía sea particularmente vulnerable a disrupciones prolongadas. La rápida puesta en marcha de medidas de apoyo en materia fiscal, monetaria y para el sector financiero ha amortiguado el impacto económico y social de la crisis”, señala el documento presentado por Andrea Schaechter, jefa de la misión para España del FMI.

El FMI espera que la demanda externa apoye cada vez más el crecimiento según vayan recuperándose las exportaciones y un mayor número de turistas extranjeros regrese a España. La producción tardará varios años en alcanzar su nivel pre-pandemia. La incertidumbre acerca de las proyecciones a corto y medio plazo es muy elevada. Los riesgos se decantan marcadamente a la baja. Un fracaso a la hora de controlar nuevos brotes, un progreso más lento que el previsto en materia de vacunas y tratamientos, un Brexit sin acuerdo y una escalada de las tensiones comerciales podrían empañar aún más las perspectivas.

El FMI aplaude “el exitoso régimen de expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE)” y exhorta al Gobierno a seguir prorrogándolo el tiempo necesario a “los sectores más afectados”. Sin embargo, previene del abuso de los ERTE, que pueden mantener con respiración asistida a "sectores inviables”. En este sentido, se remarca que, pasado lo peor, las prestaciones por desempleo, que deberían fortalecerse, tienen que convertirse "en la red de seguridad predominante”.

Menos deuda a partir de 2022

Se espera que la pandemia haga subir la ratio de deuda pública en casi 30 puntos porcentuales hasta situarla por encima del 120% del PIB en los próximos años. Un ajuste fiscal gradual que encauce la deuda pública por una firme senda a la baja debería comenzar una vez que la economía se encuentre en una senda de crecimiento sostenible con el desempleo en disminución. Según las previsiones actuales, esto sucedería como pronto en 2022.

El FMI respalda el sostenimiento de medidas de mantenimiento de las rentas y de apoyo a la liquidez (tales como los avales con fondos públicos, y diversas modalidades de medidas de mantenimiento de rentas) para prevenir la morosidad, las quiebras y pérdidas de ingresos. También respalda la posibilidad de apoyar con capital público a las empresas privadas viables que afronten dificultades financieras derivadas de la pandemia.