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Sánchez e Iglesias disparan a su récord histórico la precariedad del empleo público

La tasa de temporalidad de los trabajadores del Estado alcanza el 27,9%, por el 23,2% del sector privado. En la Sanidad pública es 20 puntos superior a la privada

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, habla en el Congreso junto a Carmen Calvo y Pablo Iglesias
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, habla en el Congreso junto a Carmen Calvo y Pablo IglesiasEUROPA PRESS/E. Parra. POOLEuropa Press

La izquierda trae la precariedad laboral bajo el brazo. Así lo indica la Encuesta de Población Activa en su actualización de octubre. En los 12 últimos meses el empleo ha disminuido en 805.900 personas en el sector privado, mientras que ha aumentado en 108.500 en el público. Hasta septiembre se acumulan 3.337.100 trabajadores de todo el aparato del Estado. Los últimos datos de la EPA no dejan lugar a dudas: crece la cifra de funcionarios, pero lo hacen también con la temporalidad en máximos históricos. La variación anual en el sector privado es del -4,84% y el empleo público, del 3,36%.

Desde que Pedro Sánchez lograra hacerse con el poder en junio de 2018, se han perdido más de medio millón de empleos en el sector privado, al pasar la cifra de ocupados de 16,36 millones en el tercer trimestre de 2018 a los 15,83 millones del pasado trimestre. Por el contrario, el sector público ha ganado más de 170.000 trabajadores, al pasar de los 3,16 millones de ocupados en el tercer trimestre de 2018 a los actuales 3,33 millones. Sin embargo, la tasa de temporalidad global aumenta 1,82 puntos, hasta el 24,17%. ¿Por qué? La respuesta hay que buscarla, aunque parezca inaudito, en la precariedad galopante del sector público.

Comparativa empleo público y privado
Comparativa empleo público y privadoAntonio Cruz

Los partidos que conforman la coalición de Gobierno han atribuido al PP todos los males de la precariedad laboral y la temporalidad, y aseguraron que, cuando ellos gobernaran, reducirían rápidamente esas cifras. El vicepresidente político y líder de Podemos, Pablo Iglesias, se marcaba, en mayo de 2019, como objetivo fundamental del futuro Gobierno de coalición acabar con el «fraude» en la concatenación de contratos temporales más allá de los seis meses. «No vamos a plantear nada imposible, vamos a plantear que esos derechos sociales que forman parte de la Constitución se conviertan en una realidad y se traduzcan en políticas públicas», aseguraba. Pedro Sánchez también había enarbolado a los cuatro vientos la bandera de la lucha contra la temporalidad en su apuesta de Gobierno. Sin embargo, un año largo después, la temporalidad no solo crece, sino que ha alcanzado la mayor cifra de la serie histórica en el sector público: el 27,9% en las Administraciones Públicas frente al 23,2% del sector privado, casi cinco puntos de diferencia.

El sector público contaba a cierre del mes de septiembre con 931.600 personas asalariadas con contrato temporal, 64.000 más que en el trimestre anterior. Cuando Sánchez tumbó el Gobierno de Rajoy había 777.100 asalariados temporales en las distintas administraciones. La temporalidad en el sector público, con el Partido Popular aún en el Gobierno, representaba entonces el 24,9%. Hoy ha aumentado tres puntos con la izquierda en el poder.

Los datos son aún más preocupantes para las funcionarias. La tasa de temporalidad entre las asalariadas del sector público se encuentra en el 33,2%. Cuando Sánchez presentó su moción de censura, estaba en el 29,5%, 3,7 puntos inferior a la actual.

La temporalidad de las empleadas públicas cayó al 23% con Rajoy. No se trata de un hecho aislado. La realidad de la EPA desmitifica el celo de la izquierda contra el empleo precario allí donde más ejemplo debe dar, en los puestos de trabajo que dependen del Estado. En la anterior Administración socialista, la tasa de temporalidad en el sector público pasó del 22,7% del segundo trimestre de 2004 al 23,9% con el que se cerró 2011, pero en los casi siete años y medio de legislatura del PSOE se alcanzó el 27,2% de precariedad en las Administraciones en el tercer trimestre de 2006. En solo un año de Gobierno, el PP rebajó nada menos que cinco puntos la temporalidad pública, hasta el 19%. De hecho, la temporalidad de las empleadas públicas, en el citado 33,2%, va camino de batir el récord de otro Gobierno socialista, cuando en el tercer trimestre de 2006 se alcanzó el 33,5% de precariedad entre las trabajadoras del Estado. Cabe recordar que, en el primer año de Gobierno de Mariano Rajoy, la temporalidad de las mujeres que trabajaban en la Administración cayó al 23%.

En la Administración Central y en la de Seguridad Social, que representan el 17% del total del empleo público, la tasa de temporalidad ronda el 9,5% y el 9,1%, respectivamente, mientras que en un nivel intermedio se encuentran las empresas públicas, con una tasa de temporalidad del 17,8%, según un informe de Asempleo correspondiente al segundo trimestre del año.

En la administración local, que emplea al 19% de los trabajadores públicos, la tasa de temporalidad alcanza el 29,8%, mientras que, en la administración autonómica, que da trabajo al 58% de los empleados públicos, la temporalidad afecta al 31,9% de los trabajadores.

Una de cada tres mujeres y casi dos de cada tres jóvenes que se emplean en el sector público tiene un contrato temporal. La tasa de temporalidad juvenil en el sector privado afecta a un tercio, frente a dos tercios en el público. En aquellas actividades donde conviven trabajadores públicos y privados, la incidencia de la temporalidad es sistemáticamente más elevada en el sector público. Así, la tasa de temporalidad en el sector educativo público alcanza el 63%, frente al 27,7% en el privado, en tanto que la sanidad pública presenta una tasa de temporalidad del 41%, veinte puntos por encima de la del sector privado.

Con estos datos, el objetivo de reducción del empleo temporal hasta el 8% para 2020 que marcaba el II Acuerdo para la mejora del empleo público -firmado por los sindicatos en 2018 con el entonces ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro- es ya papel mojado por mucho que se aceleren las convocatorias de nuevas plazas. La llegada de Sánchez e Iglesias al poder no ha hecho sino alejar esa meta, según la EPA.