Transporte aéreo
Air Europa: ¿un rescate que complica su venta?
El Gobierno inyecta 475 millones de euros a la aerolínea para salvarla de la quiebra pero impone un gran control sobre sus decisiones estratégicas, algo que Iberia no ve con buenos ojos para cerrar su compra
La que iba a ser la granoperación de concentración del sector aéreo español de la historia es desde ayer una incógnita mayor si cabe de lo que ya era con el estallido de la crisis del coronavirus. En noviembre del pasado año, Iberia pactó con la familia Hidalgo la adquisición de Air Europa por 1.000 millones de euros. Una operación que debía alumbrar una compañía -o grupo de compañías- líder en Latinoamérica y que debería servir para impulsar el aeopuerto de Madrid-Barajas a la altura de otros «hubs» europeos como los de Heathrow, Fráncfort o París-Charles de Gaulle.
Pero el coronavirus truncó los planes de ambas compañías. Air Europa, como reconoció su fundador, Juan José Hidalgo, estaba «sin un duro» en julio. Y en cuanto el Gobierno levantó el Fondo de Rescate Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas con 10.000 millones, fue la primera empresa en pedir ayuda. Ayer,el Consejo de Ministros aprobó una inyección de 475 millones de euros para evitar su quiebra a través de un préstamo participativo de 240 millones de euros y de otro ordinario de 235 millones. La aerolínea tendrá seis años para devolver unos fondos que el Estado no ha entregado ni gratis -sus intereses son crecientes en el tiempo- ni de forma incondicional. Según apuntó la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, a cambio del dinero, el Estado «se reserva la posibilidad de nombrar dos consejeros en el consejo de administración de Air Europa que acompañen el devenir de la compañía y, por tanto, para garantizar que el destino de este dinero público se emplea en la mayor eficiencia y la mejor transformación que tiene que experimentar Air Europa para adaptarse a las condiciones del entorno». También podrá dar su opinión y trasladar criterios respecto a «la posibilidad de que se autoricen operaciones de mayor nivel en relación con la compraventa de Air Europa o en relación con las alianzas que Air Europa pueda desarrollar en este nuevo marco de configuración de las empresas del sector de la aviación después de la pandemia». Además, el Estado contará con derecho a veto sobre posibles procesos de despido y a consensuar con la aerolínea el nombre de su consejero delegado.
Aunque la ayuda se consideraba imprescindible para desbloquear la venta de Air Europa a Iberia, no lo es menos que la compañía del grupo IAG no ve con buenos ojos que haya injerencias estatales que puedan condicionar sus planes de futuro con la aerolínea de Globalia.
Restricciones
El pasado viernes, durante la presentación de los resultados del holding hispano-británico, su presidente, Luis Gallego, advirtió de hecho de que estudiarían si las condiciones de las ayudas recibidas por Air Europa suponen alguna «restricción a la decisión estratégica» sobre la compañía, lo que conduciría a reiniciar el acuerdo porque «no se está comprando lo mismo». «No es lo mismo una aerolínea saneada que una endeudada que pide rescates», por lo que «hay que volver a mirar» el acuerdo alcanzado el pasado año para la compra de Air Europa por Iberia por un importe de 1.000 millones de euros, explicó Gallego.
Ahora mismo, Air Europa tiene una mochila de 600 millones de euros, ya que ha recibido un crédito sindicado por valor de 140 millones de euros a través del Instituto de Crédito Oficial (ICO), a lo que suma ahora los 475 millones que le ha inyectado el Estado a través de este Fondo.
Situación diferente
Iberia lleva meses diciendo que el acuerdo de noviembre es, ahora mismo, papel mojado y que Air Europa no vale ya los 1.000 millones que se pactaron. Y el hecho de que el Estado pueda condicionar la marcha del negocio de la compañía de Globalia viene a ratificar esta posición. La propia Air Europa, cuando solicitó la ayuda fondo, trasladó a su gestora, la Sepi, su deseo de que el Estado no entrase ni en su capital ni en su gestión para allanar el acuerdo con Iberia.
Aunque Gallego reiteró que esta operación tiene «todo el sentido» para reforzar el «hub» de Madrid y mejorar la competitividad, también lanzó un mensaje que ahora suena a presión para que el Gobierno facilite las cosas. La operación, dijo, es «buena para todos», pero «si no es posible, se habrá perdido una oportunidad única para que el ‘hub’ de Madrid pueda competir con otros ‘hubs’ europeos donde los gobiernos están apoyando al otras aerolíneas de bandera».
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