Banca
La fusión entre Sabadell y BBVA acaba en divorcio
Ambas entidades han comunicado a la CNMV su decisión por el desacuerdo en la ecuación de canje de acciones
Todo ha acabado en nada. Lo que parecía iba a ser la segunda mayor fusión bancaria de la historia de la banca España -tras la que está ahora mismo en proceso en CaixaBank y Bankia- se ha roto por la falta de acuerdo sobre el peso final que debería tener cada parte en la nueva compañía. Ambas entidades han comunicado su decisión de no seguir adelante con el proceso en sendos hechos relevantes remitidos a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
En su comunicación al supervisor, el Consejo de Administración de Banco Sabadell ha explicado que su decisión, por unanimidad, se ha tomado al no haber alcanzado las partes un acuerdo sobre la eventual ecuación de canje de las acciones, por lo que Sabadell ha anunciado que desarrollará un “nuevo plan de negocio” que priorizará el “mercado doméstico” como fórmula para incrementar la eficiencia en el uso del capital y los recursos del grupo, “aumentando así la rentabilidad y la creación de valor para los accionistas”. En este sentido, la entidad que preside Josep Oliu ha detallado a grandes rasgos los ejes y objetivos principales del nuevo plan, que se harán públicos en su totalidad durante el primer trimestre de 2021.
De momento, ha avanzado que se va a optar por la ampliación del “programa de eficiencia y transformación en el mercado retail” en España -con “impacto neutro en el capital”- y analizará con sus asesores “alternativas estratégicas de creación de valor respecto a los activos internacionales del Grupo, incluyendo TSB”. De esta forma, Sabadell ha decidido seguir adelante en solitario con la premisa de “incrementar la eficiencia en el uso del capital y los recursos del grupo”, defienden en su nota.
Por su parte, BBVA ha presentado el mismo guion planteado por Sabadell ante la CNMV, y ha defendido en su comunicación que la ruptura de las conversaciones se ha debido exclusivamente a “razones económicas”, por el desacuerdo en cuestiones que consideran prioritarias, como el canje de acciones, y no al reparto de poder en la entidad fusionada. Estas “razones económicas” ya fueron puestas sobre la mesa por el propio presidente de la entidad, Carlos Torres, que ha reconocido en varias ocasiones que la fusión solo llegaría a buen puerto si realmente creaba valor para el accionista y que no tenía ninguna prisa para invertir el capital obtenido por su desinversión en Estados Unidos -la venta de su filial estadounidense por 9.700 millones de euros-, que le otorgaba “tiempo y flexibilidad” -básicamente un excedente de capital de 300 puntos básicos, unos 8.500 millones de euros-.
El propio consejero delegado, Onur Genç, ya había advertido esta semana que el BBVA no está “obligado” a hacer compras en España, y que estaban “analizando todas las oportunidades”, pese a que todo parecía ir viento en popa cuando el pasado lunes se acordó entre ambas entidades que la presidencia ejecutiva del futuro grupo quedaría en manos de Torres, y la vicepresidencia no ejecutiva sería para Oliu. Ahora, cada uno seguirá su camino por separado. Según fuentes de BBVA, se mantiene la opción de llevar a cabo “una compra relevante” de acciones con el exceso de capital logrado en EE UU, y no descarta la posibilidad de poner el punto de mira en otros mercados. Sin embargo, no ha querido concretar si se dará el paso de ampliar su actual participación en Garanti, donde ostenta el 49,85% del accionariado.
Las conversaciones de fusión entre BBVA y Sabadell se hicieron públicas el pasado 16 de noviembre y en los últimos días se habían filtrado diversas informaciones que apuntaban a que el acuerdo estaba cerca. De haberse llevado a cabo la fusión se hubiera conformado el segundo banco de España, con activos globales de 963.108 millones de euros (727.014 millones de BBVA y 236.094 de Sabadell), un total de 9.769 oficinas en las geografías en las que opera (7.565 de BBVA y 2.204 de Sabadell) y 148.028 empleados.
Una vez conocida la ruptura, el reflejo en los mercados no se ha hecho esperar. Sabadell encabezaba las pérdidas en el inicio de la sesión bursátil, con una caída que superaba el 15%, mientras que BBVA empezó con dudas, pero ha sumado, de momento, una subida entorno al 2%.
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