Europa
Bruselas se inclina por permitir el gasto público sin cortapisas en 2022
La Comisión planea reactivar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento en 2023
La bula continuará dos años más. La Comisión Europea aboga por mantener suspendido el Pacto de Estabilidad y Crecimiento que regula las normas de déficit y deuda públicas durante este año y el que viene. Aunque la decisión no es definitiva, el Ejecutivo comunitario ha presentado esta mañana un documento orientativo en el que se inclina por esta opción debido a la situación extraordinaria que atraviesa la economía europea, con motivo de los estragos económicos ocasionados por el coronavirus.
“Hay esperanza en el horizonte para la economía europea, pero ahora la pandemia continuar hiriendo la vida de las personas, lo que se extiende a la economía. Para amortiguar este impacto y promover una recuperación resiliente y sostenible, nuestro mensaje principal es que el apoyo fiscal continuará todo el tiempo que sea necesario”, ha declarado hoy el vicepresidente económico Valdis Dombrovskis que antes de esta crisis era conocido por sus postulados a favor de la ortodoxia fiscal.
En marzo de 2020, por primera vez en la historia, la Comisión Europea decidió activar la denominada cláusula de escape que permite guardar en el cajón las normas fiscales y otorga a los países europeos plena libertad para inyectar dinero público en la economía. El gran interrogante por el momento reside en cuándo llegará la resurrección del Pacto de Estabilidad y Crecimiento y qué ritmo de ajuste se exigirá a los países más endeudados y que, a su vez, son también los más castigados por la pandemia.
Se espera que el veredicto final llegue en el mes de mayo tras un proceso de diálogo con las capitales, pero de momento el Ejecutivo comunitario ha fijado su posición preliminar. Según el documento presentado esta mañana, la Comisión Europea cree que la vuelta a los niveles de actividad económica previa al estallido de la pandemia debe ser el indicador que marque la también vuelta del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. El diagnóstico actual indica que esto no sucederá hasta 2023 y que, por lo tanto, este año y el que viene deben continuar las medidas extraordinarias de grifo abierto.
Sobre cómo se abordará la situación específica por países y cuál puede ser el ritmo de ajuste, Bruselas promete seguir manteniendo la manga ancha: “La situación específica de cada país se seguirá teniendo en cuenta después de la desactivación de la cláusula de escape general. En el caso de que un Estado miembro no haya recuperado los niveles pre-crisis en su actividad económica, se utilizarán todos los mecanismos de flexibilidad dentro del Pacto de Estabilidad y Crecimiento”, sostiene el comunicado.
De esta forma, la Comisión Europea se une a las voces, como el Fondo Monetario Internacional, que han alertado en los últimos meses del peligro de retirar las ayudas demasiado pronto o ser excesivamente tímidos en el momento actual. Bruselas de esta forma también abjura de la respuesta durante la crisis de deuda que hizo de la austeridad y los recortes la receta para luchar contra el incremento del déficit público en los países del sur del club comunitario. “Nuestra decisión el pasado mes de marzo de activar la cláusula de escape fue un reconocimiento de la gravedad de esta crisis que está teniendo lugar. También fue una declaración sobre nuestra determinación de poner en marcha todas las medidas necesarias para hacer frente a la pandemia a apoyar a las empresas y puestos de trabajo. Un año después, la batalla contra el coronavirus no está todavía ganada y debemos asegurarnos de no repetir los mismos errores de la década pasada retirando el apoyo demasiado pronto”, ha declarado el comisario de Asuntos económicos Paolo Gentiloni.
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