Igualdad
España, a la cola del empleo femenino
Un informe de PwC detalla que en 2019 las mujeres cobraron un 13% menos que los hombres
El otro día Randstad publicaba un estudio en el que revelaba el impacto del coronavirus en el empleo femenino. Los datos eran demoledores: la caída en la contratación femenina se desplomó un 29% y la precariedad sigue a la orden del día (90% de contratos firmados eran temporales). Hoy es otro estudio el que demuestra que ellas son las más afectadas: en su análisis “Women in Work Index 2021″, PwC detalla que España se sitúa a la cola en el índice de empleabilidad femenina.
Este índice mide la participación de las mujeres en el mercado laboral a través de cinco indicadores: la brecha salarial, la población activa, la tasa de paro femeninos, la diferencia de la participación entre hombres y mujeres en el mercado de trabajo, y la proporción de mujeres empleadas a tiempo completo. El estudio se ha llevado a cabo evaluando a 33 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Así, España se mantiene en el puesto 28 del ranking al obtener 54,2 puntos en el Índice General, cifra ligeramente inferior a los 56,5 registrados en 2019. Por detrás de España figuran Italia, Gracia, Chile, Corea de Sur y México, con 29, 30, 31, 32 y 33 puntos, respectivamente.
Por el contrario, las tres primeras posiciones quedan ocupadas por Islandia, Suecia y Nueva Zelanda, por ese orden. Este último país irrumpe de manera repentina y sustituye a Eslovenia, quien lo ocupaba el año anterior y ahora desciende a la quinta plaza.
Peores salarios
Del informe también se extraen datos significativos en cuanto a salarios se refiere. El texto detalla que las mujeres en España cobraron en 2019 un 13% menos que los hombres, porcentaje aún mayor que en 2018, cuando la cifra se situaba en 11,9%. Las mujeres deberían cobrar casi 48.000 millones de dólares más para alcanzar a los hombres.
También existe la discriminación en los puestos directivos. El informe arroja que ellas ocupan menos puestos en los Consejos de Administración, pese a que se aprecie una ligera mejoría con respecto al año anterior. En la actualidad el 31,2% de puestos directivos son ocupados por mujeres frente al 26,2% de 2019.
Si el empleo femenino alcanzase las cotas de Suecia la economía crecería un 14% más. En cifras absolutas, este incremento se traduciría en una subida de 271.000 millones de dólares. A nivel mundial, el PIB de la OCDE aumentaría en 6 billones de dólares si el conjunto de los países alcanzase los niveles de ocupación laboral femenina del país.
¿Por qué ha afectado el COVID-19 al empleo femenino?
Del informe se extrae la conclusión de que el empleo femenino se ha visto claramente afectado por el impacto del coronavirus. El gran impacto en el sector servicios, donde ellas presentan altas tasas de empleo, ha ayudado a socavar esta situación.
También se refleja la carga desigual del cuidado infantil no remunerado y el trabajo doméstico que realizan las mujeres. Estas cargas familiares hacen que sean las mujeres quienes abandonen antes el mercado laboral, hecho que sólo acentúa más si cabe la brecha de género.
Para Sandra Deltell, socia responsable de Diversidad en PwC,“la pandemia está teniendo un efecto devastador en la economía y en el empleo. Pero este efecto se ve más acentuado en el caso del empleo femenino, lo que ha supuesto un retroceso tanto en la cantidad como en la calidad del mismo. Esto tiene un impacto negativo en el PIB y supone una ralentización en la recuperación de nuestra economía. Por este motivo, si bien las Administraciones públicas deben tomar acciones correctoras de esta situación de desequilibrio, desde el sector privado también debemos contribuir a solucionar esta situación promoviendo la corresponsabilidad y trabajando para eliminar los sesgos inconscientes que tanto perjudican a la consecución de la igualdad y, por tanto, a la mejora económica y social que ella conlleva”.
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