Crisis económica

El Gobierno empeora en 8.000 millones el déficit de este año: el agujero será del 8,4% del PIB

La deuda pública se situará en el 119,5% del PIB y se crearán 350.000 empleos netos

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero (c), presenta las proyecciones de déficit incluidas en el Programa de Estabilidad, este viernes en la sede del Ministerio.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero (c), presenta las proyecciones de déficit incluidas en el Programa de Estabilidad, este viernes en la sede del Ministerio.J.J. GuillénEFE

La tercera ola del tsunami llamado coronavirus se ha llevado por delante las previsiones macroeconómicas excesivamente optimistas diseñadas por Nadia Calviño en otoño pasado que, por entonces, apuntalaban un proyecto de Presupuestos Generales del Estado de 2021 poco creíble y que hoy ha quedado en aguas de borrajas. De hecho, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha revisado las líneas maestras de las cuentas públicas de este año, con el fin de acompasarlas al frenazo en seco dado en el ritmo de recuperación económica. La realidad se ha impuesto y, tras comprobar la contracción sufrida por el PIB en el primer trimestre de este año del 0,5% del PIB y el retraso en la llegada de los anhelados fondos europeos (27.000 millones en 2021), Calviño revisó el pasado 9 de abril a la baja en, nada más y nada menos, 3,3 puntos porcentuales su previsión de crecimiento, que situó en el 6,5% en 2021, con el impacto de los fondos, frente al 9,8% de alza del PIB pronosticada tan sólo hace menos de seis meses, contabilizando también la ayuda europea. El margen de error cometido en tan escaso período de tiempo por la vicepresidenta es superior a un 33%. Ahora Montero ha rectificado sus estimaciones de déficit público y deuda pública para el período 2021-2024, que incluye en su Plan de Estabilidad, que junto con el de Recuperación y uno de reformas se remitirá esta tarde a Bruselas para su aprobación y, así, poder abrir la puerta de la llegada a España de los fondos europeos. Así, modifica al alza su previsión de déficit público este año hasta el 8,4% del PIB, frente a su previsión inicial del desfase de las cuentas públicas del 7,7% del PIB recogida en los Presupuestos Generales del Estado de este año. Es decir que el déficit público crecerá este año 8.000 millones más de lo previsto inicialmente. Aunque la previsión del déficit este año se modifica al alza, lo hace sólo en siete décimas a una revisión de más de tres puntos porcentuales del vaticinio del PIB. Ello se debe, según Montero, al cierre de 2020 con un desfase inferior al previsto del 10,09% del PIB, el 10,97% si se incluye la deuda de Sareb “generada por el Gobierno del PP”. Eso sí, en este ejercicio espera que la tasa de paro baje al 15,2% de la población activa y se creen 350.000 empleos netos, después de una destrucción de puestos el año pasado cercana al millón. Además, adelantó que desde el día 1 de marzo hasta ayer, 29 de abril, 160.000 trabajadores acogidos a ERTE se reincorporaron a sus puestos de trabajo, quedando la cifra de los que aún continúan bajo este paraguas en 640.000.

La Administración central seguirá soportando el coste de la pandemia, con un desfase en 2021 del 6,3%, frente al 7,5% de 2020. Este ejercicio el Estado transferirá a las autonomías 13.486 millones de euros, que ayudarán a colocar su déficit en el 0,7%. Además, diez autonomías (Cataluña, Galicia, Asturias, La Rioja, C. Valenciana, Aragón, Castilla-La Mancha, Extremadura, Madrid y Castilla y León) han firmado el convenido con Hacienda para recibir los 7.000 millones aprobados por el Gobierno de ayudas directas a las pymes. Extremadura y Castilla- La Mancha ya han recibido los fondos y Galicia, Asturias, Comunidad Valenciana. Madrid y Castilla y León los percibirán alrededor del 7 de mayo próximo. En este punto, la ministra aseguró que el modelo de financiación autonómica muestra un comportamiento “lamentable” en épocas recesivas, como la actual, con caída de los ingresos. “Es un modelo pensado para etapas expansivas”. De ahí la necesidad de reformarlo.

Mientras, las cuentas de las corporaciones locales estarán equilibradas, las de la Seguridad Social registrarán un desfase del 1,5%. En este ejercicio los ingresos públicos representarán el 40,5% del PIB y volverán a niveles de la prepandemia, de 2019. En este escenario, todas las figuras tributarias crecen (el IRPF, el 5,9%; IVA, el 7,8%, y Sociedades, el 13,9%). Mientras, el gasto público este año representará el 48,9% del PIB.

Montero espera que el desfase de la cuentas públicas baje casi tres puntos en 2022 hasta el 5% del PIB, porcentaje que se recortará al siguiente ejercicio hasta el 4% y se situará en el 3,2% en 2024. Tras expresar su confianza en que no se levante hasta 2023 la suspensión de las reglas fiscales, la ministra explicó que estas previsiones están basadas en un escenario inercial, sin incluir la reformas estructurales que Europa exige a España. Por tanto, el Gobierno confía en situar el déficit en 2024 por debajo del 3% que exigirá Bruselas, una vez se levante la suspensión de las reglas fiscales. Con este esfuerzo que se realiza en ajustar el déficit, sin exigencia, de momento, alguna por la Comisión, Montero aseguró que España fortalece su reputación en Europa.

Mientras, la deuda pública seguirá prácticamente situada en la barrera del 120% del PIB este año, al descender tan sólo medio punto porcentual para quedar estancada en el 119,5% del PIB. No será hasta el próximo año cuando se produzca una reducción significativa de la deuda de 4,4 puntos porcentuales para quedar en el 115,1% del PIB. Esta tendencia bajista se aminorará en 2023, con un retroceso de 1,6 puntos porcentuales al situarse en el 113,5% del PIB. Caída similar se registrará en 2024, fecha en la que quedará situada la deuda pública en 112,1% del PIB, lejos de los niveles prepandemia. Es decir, en cuatro años se recortará casi ocho puntos porcentuales, ritmo de reducción insuficiente para situarla por debajo del 60% del PIB, requisito exigido por Bruselas una vez se regrese a la senda de estabilidad. Precisamente, en esta cuestión la ministra de Hacienda dio por sentado hoy de que habrá un debate en Europa sobre el ritmo al que se regresa a los objetivos de estabilidad, así como sobre los parámetros. En ese sentido, recordó que antes de la pandemia del coronavirus ya se había abierto ese debate en la CE. De hecho, prepandemia se cuestionaba la eficacia y conveniencia de mantener un objetivo del deuda del 60% del PIB.

Tributos modernos

En plena campaña electoral madrileña, Montero no desaprovechó la oportunidad que le brindaba la presentación de las nuevas previsiones de déficit para arremeter contra el PP. En ese sentido, resaltó que las recetas aplicadas por el Gabinete de Sánchez para combatir la crisis económica actual han mostrado ser más “eficaces e igualitarias” que las recetas neoliberales desarrolladas en la anterior crisis por el Gobierno de Rajoy. Eso sí, para no interferir en la campaña eludió en todo momento hablar de subida de impuestos, como sí hizo hace unos días. Muy al contrario, prefirió utilizar el término “modernización” y “no de subidas de impuestos” para referirse a la reforma fiscal que prepara su Departamento, con subidas de los impuestos de Sociedades, Sucesiones y Patrimonio.

Además, la titular de Hacienda no contempla en ningún momento que la Comisión Europea no realice pago alguno a España este año de anticipo de la partida de los 70.000 millones de euros de fondos europeos que le corresponden. Montero aclaró que el primer pago asociado a los hitos y a los objetivos, vinculados a las reformas estructurales que se pondrán en marcha previa negociación con los sectores afectados, llegará a España en el primer semestre de este año.