Covid-19

El Banco de España defiende abaratar el coste del despido

Propone que las empresas creen un fondo de capitalización, que los empleados podrían recuperar en caso de pérdida involuntaria del empleo o en el momento de la jubilación

El Banco de España vuelve a repetir receta en su informe anual de 2020, en el que analiza la crisis económica provocada por la pandemia del coronavirus, para apuntalar la recuperación económica. En ese sentido, reitera al Ejecutivo de Sánchez la necesidad de acometer un ambicioso plan de reformas estructurales, entre las que destaca la del mercado de trabajo, la del sistema público de pensiones y la del modelo tributario español. En la primera, la autoridad monetaria advierte del elevado coste del despido para las empresas de algunos contratos en España y reclama abaratar el coste de las indemnizaciones.

En concreto, en las modificaciones laborales, “entre las distintas opciones que podrían considerarse”, propone un sistema mixto que combine una reforma de los costes de despido en nuestro país, encaminada a favorecer una distribución más equitativa entre los distintos tipos de contratos, con el establecimiento de un fondo de capitalización en el que las empresas realicen periódicamente una contribución a nombre de cada uno de sus trabajadores. Los empleados podrían recuperar estas contribuciones en caso de pérdida involuntaria del empleo o, si no lo han hecho antes, en el momento de la jubilación.

En este terreno, se muestra partidario de favorecer la movilidad de los trabajadores, mediante la utilización de fondos europeos para cubrir parte de los costes de la puesta en marcha de esta reforma, como los del despido. Es decir que el Banco de España pide al Gobierno destinar una parte de los 70.000 millones de fondos europeos que recibirá España a fondo perdido al desarrollo de esta medida. Además, a nuestro país también le corresponde otra cuantía similar vía créditos y, por tanto, a devolver del Plan de Recuperación comunitario para la reactivación en la era postcovid.

En sintonía con las recomendaciones de Bruselas, se muestra partidario de acabar con la elevada dualidad que existe en el mercado de trabajo español, como ha confirmado la crisis actual, que se ha cebado, especialmente, con los empleos temporales, los más vulnerables. Además, defiende que el diseño de los ERTE siga adaptándose a la evolución de la coyuntura económica y sanitaria, “persiguiendo una configuración crecientemente focalizada que facilite la necesaria reasignación del empleo hacia las empresas y los sectores más productivos. El hecho de que algunos grupos de trabajadores vean dificultada su reincorporación laboral, a medida que la crisis se prolonga en el tiempo, también aconsejaría complementar los ERTE con otras medidas”.