Despidos

El Banco de España pide implantar la “mochila austriaca” con los fondos europeos: ¿cómo funciona?

Propone que el Estado aporte 8.000 millones de euros en un periodo de cuatro años para mitigar parcialmente el sobrecoste que asumirían las empresas durante la transición hacia el nuevo esquema

Imagen de archivo de una hucha
Imagen de archivo de una huchalarazon

El Banco de España ha propuesto en su informe anual del año 2020 mitigar la “elevada desigualdad” que existe en las indemnizaciones por despido de los contratos temporales y los indefinidos implantando la llamada “mochila austriaca”, lo que propone financiar con parte de los fondos europeos que recibirá España.

La entidad propone un sistema mixto que combine la rebaja a la mitad del coste por despido a cambio de que las empresas establezcan un fondo de capitalización individual nutrido por las empresas, lo que se conoce como las mochilas. Esto, en su análisis, permitiría combatir la mayor destrucción de empleo entre los trabajadores temporales frente a los indefinidos, ya que su despido es más barato aunque su productividad sea la misma o mayor.

Además, actualmente la indemnización sólo puede percibirse si el trabajador ha sido despedido, limitando su movilidad laboral, ya que si abandona voluntariamente el empleo, pierde la indemnización. Algo que no sucede con la “mochila austriaca”. Este cambio hacia el modelo austriaco se podría hacer con la ayuda del Estado y los fondos europeos, ha sugerido el Banco de España. En concreto, propone que el Estado aporte 8.000 millones de euros en un periodo de cuatro años para mitigar parcialmente el sobrecoste que asumirían las empresas durante la transición hacia el nuevo esquema, unos 9.000 millones de euros, al tener que abonar, simultáneamente, las nuevas cotizaciones y las indemnizaciones por despido acumuladas bajo el esquema previo.

¿Cómo funciona la “mochila austriaca”?

Álvaro Granado, responsable del área de Pensiones de KPMG Abogados, explica a LA RAZÓN todos los detalles que conciernen al funcionamiento de la “mochila austriaca”.

Este modelo se implantó en 2003 en Austria como un instrumento regulador del mercado laboral. “La mochila acompaña al trabajador durante toda su carrera laboral”, explica Granado, y consiste en un fondo de capitalización individual en la que la empresa deposita una porcentaje del salario del trabajador, en el caso de Austria un 1,53%. Ese dinero acumulado sirve de colchón para indemnizar al trabajador en caso de despido, ya que allí no existe la indemnización por despido como en España. Si el trabajador cambia de empresa voluntariamente, la empresa de origen deriva a la nueva las aportaciones a este fondo.

Esta cobertura en caso de despido también sirve como complemento para la jubilación en caso de que el trabajador no sea despedido a lo largo de su trayectoria laboral y no haya hecho uso del dinero de la mochila. “En 2019, dentro de la posible reforma de pensiones se habló usar la ‘mochila austriaca’ para complementar la pensión”, explica el responsable del área de Pensiones de KPMG Abogados. Aunque para Granado, el 1,53% de Austria se le hace escaso si se piensa en un futuro complemento de jubilación.

Desventajas para los trabajadores

“Sustituir el sistema actual por el de ‘mochila austriaca lo veo complicado’”, opina el experto. La implantación de este modelo “va a suponer claramente una pérdida de derechos” para los trabajadores con mayor antigüedad, añade. Además, “no sabemos si esos 8.000 millones de euros pueden compensar realmente las ventajas del sistema actual de despido. La clave es ver si el porcentaje de aportación es equivalente a la indemnización por despido actual”, aclara a LA RAZÓN.

Ventajas para las empresas

“Obviando los temas económicos, este tipo de regulación suponen un cierto alivio para las empresas cuando tiene que hacer ajustes de plantilla, ya que muchas veces no se despide a la gente con más antigüedad porque es la que supone un mayor coste”, comenta Álvaro Granado. “Con la ‘mochila austriaca’, como la antigüedad no es un hándicap a la hora de ajustar plantilla, pueden fijarse en criterios de productividad a la hora de despedir, independientemente del tiempo que lleva la persona en la empresa”, apostilla.

Simulación de la implantación en España

Según las simulaciones llevadas a cabo por el Banco de España en su informe, tomando como referencia el periodo laboral de 2013-2016, los costes totales pagados por las empresas con la “mochila austriaca” (incluyendo tanto las aportaciones al fondo como las nuevas indemnizaciones por despido) serían muy similares al importe total de las indemnizaciones por despido que las empresas deberían abonar bajo el modelo actual (28.010 millones de euros frente a 27.998 millones).

Caso práctico de un trabajador con la “mochila austriaca”

A modo de ejemplo, un trabajador con un salario mensual de 1.500 euros al mes, con inicio de contrato el 1 de enero de 2011, que sufriese un despido objetivo por razones económicas el 31 de diciembre de 2014, percibiría 60 días de sueldo (20 por cada año anterior a la reforma y 10 por cada uno posterior), es decir, 3.000 euros de indemnización. Además, dispondría de otros 600 euros en su fondo individual (6 días por año después de la reforma) para un total de 3.600 euros. Ese mismo trabajador, en el esquema actual sin reforma, percibiría 80 días (20 por cada uno de los 4 años de antigüedad), es decir, 4.000 euros. Por el contrario, si el trabajador se moviese voluntariamente a otra empresa, en el esquema actual no percibiría nada, pero dispondría de un fondo de 600 euros bajo la reforma propuesta

La implantación de la “mochila austriaca” ya ha sido propuesta en ocasiones anteriores por el Banco de España, pero en esta ocasión calcula el hipotético coste de implantación. Esta medida para abaratar el despido también fue planteada en la reforma laboral socialista de 2010 y por el propio Ejecutivo actual en su “Agenda del Cambio” de 2019, topándose con el rechazo de Podemos y los sindicatos, e incluso la patronal CEOE descartó copiar el modelo.