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Luz al final del túnel para el turismo

El fin del estado de alarma ha disparado la contratación de viajes, pero el sector es cauto: sin visitantes extranjeros las cuentas no salen

Vista de la playa de Fuengirola
Vista de la playa de FuengirolaEsther GómezEFE

Como si de un ave fénix se tratara, la industria turística nacional comienza a resurgir de sus propias cenizas después de atravesar la tempestad más complicada de su historia. Tras más de un año prácticamente sin viajeros internacionales y con las restricciones de movilidad torpedeando cualquier atisbo de recuperación del mercado nacional, el fin del estado de alarma el pasado 9 de mayo supuso el pistoletazo de salida para arrancar una temporada turística que pone todas sus esperanzas en el mercado nacional. «Comenzamos a divisar la luz al final del túnel, aunque por desgracia hay muchas empresas del sector que se han quedado por el camino. Las que han logrado resistir el envite ya están notando una tendencia al alza en reservas y en intención de viajar durante los próximos fines de semana, sobre todo por parte de los españoles, con un gran protagonismo del mercado emisor procedente de Madrid y, en menor medida, de Cataluña y de País Vasco. La demanda internacional por ahora es otro cantar», reconoce José Luis Zoreda, vicepresidente ejecutivo de Exceltur.

Aluvión de reservas

Los datos avalan esa percepción y el tsunami turístico parece inmediato, ya que esta semana «el aumento de contrataciones se ha desbocado casi un 80% en comparación con mediados de abril», confirma Ángel García Butragueño, director del Área de Turismo y Ocio de la consultora Braintrust, quien recuerda que «partíamos de unos meses casi tocando suelo, de ahí el fuerte impulso hacia arriba». De hecho, según Alberto Gutiérrez, CEO de Civitatis, especializada en tours y visitas guiadas, «hemos notado un incremento en la reserva de actividades esta semana. Si seguimos a este ritmo, en mayo triplicaremos las reservas de abril, a pesar de que fue Semana Santa». Y una cifra similar arroja el informe «World Hotel Index» de SiteMinder, donde se confirma que las reservas hoteleras se han disparado hasta alcanzar el 72% en comparación con el mismo periodo de hace dos años.

El empujón de esas reservas se traduce en la reapertura de un gran número de alojamientos que han permanecido tristemente dormidos durante estos meses, hasta el punto de que las grandes compañías ya cuentan con cifras de entre el 60% y el 80% de su planta abierta en nuestro país y confían en alcanzar el 100% a principios de verano, según confirman fuentes de NH Hotel Group y de Barceló Hotels Group a LA RAZÓN. «La tendencia de estos días nos lleva a pensar que este verano podemos alcanzar unos niveles de demanda nacional cercanos al 65% respecto a lo que teníamos en 2019», pronostica Ramón Estalella, secretario general de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat).

Sin embargo, a pesar de que todas las señales apuntan a un buen inicio de temporada alta, lo cierto es que esto no ha hecho más que arrancar y el sector se confiesa cauto: «Las expectativas están mejorando, gracias al levantamiento de las restricciones y al avance de la vacunación en nuestro país, pero ahora falta que se conviertan en certezas, ya que la mayoría de reservas se realizan con una gran flexibilidad, sin costes de cancelación y a precios muy ajustados. Esta pandemia nos ha demostrado que el castillo de naipes puede desmoronarse casi de un día para otro si no existe una coordinación central», reconoce Zoreda.

Lejos de la rentabilidad

La pandemia volverá a ser una zancadilla difícil de esquivar para la cuenta de resultados de la industria los próximos meses. «No nos engañemos, pues el mercado nacional sólo cubre el 30% de las camas turísticas de nuestro país, por lo tanto, necesitamos al visitante extranjero», reconoce Estalella. Y así lo reafirma Zoreda, quien insiste en que «la fuerte demanda nacional nunca compensará la escasez de la internacional, pues hay territorios que en verano dependen al 90% de la llegada de visitantes de fuera y si éstos no vienen podrían volver a vivir un cataclismo por segundo año consecutivo. Para solventarlo necesitamos esfuerzos diplomáticos al mayor nivel posible».

Tal y como están las cosas ahora, con la conectividad aérea a medio gas y sin el pasaporte verde confirmado todo parece apuntar a que «habrá que esperar a mediados de agosto o a septiembre para alcanzar unos niveles de visitantes internacionales cercanos al 60% en aquellos destinos que más dependen de este mercado», advierte Estalella. Y esa desazón también permanece en las agencias de viajes, ya que para ellas «el producto nacional apenas supone el 25% del total de la facturación, mientras que el 75% restante lo representa el turismo emisor y el ’'business travel’' y esto todavía queda lejos», lamenta Carlos Garrido, presidente de la Confederación Española de Agencias de Viajes (CEAV), quien recuerda que «el fin del estado de alarma ha sido el punto de inflexión para que esta misma semana la práctica totalidad de las grandes redes de agencias de viajes hayan levantado la persiana, aunque con prudencia y con limitaciones de horarios y de personal. Pero ahora el turista nos necesita más que nunca, pues somos la garantía de un viaje seguro».