Impuestos

Los autónomos tendrán que destinar seis meses de trabajo a pagar cuotas e IRPF al Estado

La aplicación del nuevo sistema por tramos para cotizar por ingresos reales diseñado por la Seguridad Social dispararía hasta un 55% la factura fiscal y social

El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá
El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis EscriváEUROPA PRESS/O.CAÑAS.POOLEuropa Press

Trabajar la mitad de la jornada y entregar hasta el 55% de los ingresos para cumplir con las obligaciones impuestas por el Estado.

Ese es el futuro que les espera a los autónomos si el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, sigue adelante con su reforma del Régimen Especial del Trabajo Autónomo (RETA) para que se cotice por ingresos reales a través de un nuevo sistema de tramos. Éste fue presentado por sorpresa la semana pasada en el último borrador de la reforma de las pensiones y ha provocado que esta mesa del diálogo social se haya cancelado indefinidamente.

Los autónomos denuncian que este sistema no ha sido negociado y es «absolutamente confiscatorio», ya que para todos los tramos, pero especialmente para los rendimientos más elevados, la suma del pago de la cotización a la Seguridad Social más el pago del IRPF supone que el autónomo esté obligado a destinar un 50% de media de sus ingresos a saldar sus obligaciones fiscales y sociales.

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AutónomosAntonio Cruz

Para Lorenzo Amor, presidente de ATA, la mayoría de los trabajadores por cuenta propia «estarían trabajando para el Estado, al que estarían pagando más que el rendimiento obtenido. Eso es una vergüenza».

Un ejemplo clarifica la situación a la que podría enfrentarse este colectivo si Escrivá logra su propósito. Los autónomos con 49.000 euros de rendimiento neto tendrían pagar entre cotizaciones e IRPF 27.000 euros al año, y únicamente podrían disponer en sus cuentas de 22.000 euros, es decir tendrían que abonar el 55% de todos sus ingresos.

Igualmente, quien obtenga rendimiento neto de 32.000 euros pagará al Estado un 40%, «quedándole limpio para el autónomo» solo 19.000 euros. «Este sistema planteado así solo empobrece al autónomo, fomenta la economía sumergida y desincentiva la actividad a partir de determinados tramos de facturación», critica con dureza Amor.

Se censura desde ATA que haya tramos con menor rendimiento neto en los que, al final, «el autónomo tenga para su casa más dinero disponible que otros con mayor rendimiento neto». Esto pasaría en el tramo entre 42.000 y 48.000 euros de rendimiento neto anual, en detrimento de rendimientos netos superiores.

En este caso, para los que cuentan con rendimientos de más de 48.000 euros anuales, su cuota llegaría hasta los 14.640 euros anuales, mientras que el pago del IRPF sería de otros 12.137 euros, lo que restaría en el bolsillo del trabajador por cuenta propia 22.222 euros, cantidad menor que el resultado obtenido por los tramos anteriores, que tras el pago de impuestos su factura supondría el 55% del total de sus rendimientos. Por tanto, la anunciada progresividad que se buscaba por parte de la Seguridad Social no sería tal.

Escrivá pretende que los autónomos no puedan elegir sus bases de cotización para evitar que coticen por la base mínima. Pero quería hacerlo con un sistema progresivo: los que más ganen deberían pagar más, y al revés, objetivo que no se cumple con esta propuesta.

Tramos de cotización de los autónomos

En base a los 13 tramos de cotización sobre rendimientos neto, un autónomo que obtenga unos rendimientos de hasta 3.000 euros deberá abonar en 2031 una cuota anual de 1.080 euros –90 euros al mes–, lo que supone el 36% de sus ingresos, el más elevado de toda la tabla aún siendo el que menos rendimientos acumula. Aunque su situación será aún peor en 2023, el primer año del periodo de transición, ya que debería abonar 2.400 euros anuales, casi el 80% de lo que gane en un año.

Con este sistema, los que se verán más beneficiados serán los comprendidos en el tramo de 22.000 euros, que abonarán al año 3.660 euros en cuotas, solo el 16,60% de su cotización. Si se compara con los de 3.000 euros o incluso con los de 9.000 –estos acabarían pagando 2.220 euros al año, el 24,7%–, la progresividad brilla por su ausencia.

Los 3,2 millones de autónomos pagaron en 2019 un total 9.348 millones de euros en cotizaciones. Con el sistema de Escrivá, la factura se dispararía un 40% en base a los rendimientos declarados en ese ejercicio, recaudando así unos 4.000 millones más, 13.348 millones.

Si finalmente se impone el criterio de Escrivá, los autónomos tendrán que pagar una media de 1.300 euros más al año en cuotas, unos 110 euros al mes de más.