Covid-19

Las empresas han sufrido con mayor virulencia que las familias la crisis

Funcas asegura que el Gobierno ha protegido más a los hogares españoles que a las compañías

Locales de la calle la calle de Carretas de Madrid cerrados por la pandemia.
Locales de la calle la calle de Carretas de Madrid cerrados por la pandemia.Cristina BejaranoLa Razón

La crisis económica desatada por el confinamiento de la población para frenar el coronavirus ha azotado con mayor virulencia a las empresas que a las familias, a las que el Gobierno se ha forzado en ayudar más. Así lo advierte Funcas, en el último número de Cuadernos de Información Económica. Como botón de muestra, en esta publicación editada por Funcas, la economista María Jesús Fernández ejemplariza su aseveración con el descenso de la renta bruta disponible de los hogares en 2020 del 3,3%, frente a una caída del PIB del 10,8% y del consumo del 12%. Mientras que el excedente bruto de explotación de las empresas bajó un 18%, la mayor caída de toda la serie histórica, y su renta disponible bruta se redujo un 17%. El artículo constata que las empresas no han contado con medidas de apoyo equiparables a las de los hogares, y junto a una caída histórica en sus resultados, se ha producido un aumento del endeudamiento y de la presión financiera. También se ha incrementado el porcentaje de las que presentan resultados negativos y de las que se encuentran en situación de vulnerabilidad, lo que ha tenido su fiel reflejo en el cierre de empresas.

Funcas pone el énfasis en que una de las consecuencias más llamativas de la crisis ha sido el ascenso histórico de la tasa de ahorro de los hogares, fruto de una caída del consumo mayor que de la renta. El exceso de ahorro ascendería a 60.000 millones de euros, de los que 32.000 millones corresponderían a ahorro precautorio y 28.000 millones, a ahorro forzoso. Esta bolsa no se va a gastará en su totalidad, pero proporciona un importante potencial de crecimiento al consumo, por lo que cabe esperar un shock positivo sobre el gasto cuando se levanten las limitaciones a la movilidad y se vaya culminando el proceso de vacunación.

La pandemia no solo ha impactado en hogares y empresas sino que ha alterado, quizá con carácter irreversible, los pagos minoristas, alerta Funcas. Según el Barómetro de ODF-Funcas, el porcentaje de población que ha realizado algún pago con el teléfono móvil subió desde el 55,7% antes de la pandemia hasta el 63,2% en los últimos meses de 2020. Por otro lado, el uso de aplicaciones para transferir dinero entre particulares, de las que el ejemplo más expresivo en España es Bizum, ha crecido del 62,8% al 75,3%. Este auge de los pagos entre particulares merece especial atención. Están cambiando los usos e interacciones sociales realizadas con dinero, desde dividir el importe de una comida en un restaurante hasta realizar una donación. Aunque estas plataformas, de creciente penetración también en Europa, arrancan como un medio para transferencias entre particulares, se están extendiendo como posibilidad de pago tanto en comercios online como físicos, convirtiéndose en una alternativa bancaria sólida a la irrupción en los pagos de operadores tecnológicos (Paypal, GooglePay, SamsungPay o ApplePay).

Cambio climático

Se abren también camino las operaciones con códigos de respuesta rápida (QR) y los de reconocimiento biométrico. La adopción de objetivos de sostenibilidad, un elemento que atraviesa cada vez con más fuerza el discurso de toda la política económica, ha avanzado de forma destacable en el sector financiero en los últimos cinco años. En este Cuaderno de Funcas, el artículo de José Manuel González Páramo analiza el impacto potencial de los riesgos climáticos sobre la economía y la estabilidad financiera. Los bancos centrales pueden promover tomar en consideración los escenarios climáticos alternativos en las pruebas de estrés y promover su integración en la gestión de riesgos de las entidades.

Para catalizar el cambio y en su papel de financiador de la economía, las entidades tienen la oportunidad de orientar los flujos financieros según criterios responsables y sostenibles. También pueden promover con sus stakeholders los objetivos de la lucha contra el cambio climático y ofrecerles orientación sobre cómo contribuir a los mismos. Pero la emergencia climática genera también oportunidades para el sector financiero ante el creciente número de inversores que desean un destino “verde” para sus inversiones, con un sistema de información transparente y auditado. La necesidad de mejorar la demografía empresarial española y el clima de negocios, promoviendo el emprendimiento y el aumento del tamaño y eficiencia de las empresas, es uno de los once ejes que configuran las principales reformas del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.